Probamos el Velca One, un 'scooter' eléctrico para circular por la ciudad, y más allá

Velca Motor es una empresa española que diseña vehículos eléctricos de dos ruedas, que hasta ahora ha estado centrada en el ámbito urbano con bicicletas, ciclomotores y scooters, con un ámbito de uso reducido y centrado en la ciudad, que se convertían en una alternativa a los VMP (vehículos de movilidad personal) que infestan nuestras ciudades. Sin embargo, la creciente demanda de vehículos eléctricos con mayor capacidad de uso ha llevado a Velca a desarrollar su primer scooter eléctrico con aspiraciones mayores, que permita desplazamientos desde el extrarradio y que tenga suficientes prestaciones para moverse en un tráfico más fluido y veloz. Ese es el One.

El One va a tener que jugar en la liga donde se encuentran los modelos más vendidos del mercado, los scooters de gasolina de 125 centímetros cúbicos, y para ello ha sido dotado de las herramientas necesarias. Exteriormente nos recuerda a un Yamaha X Max 125, pero no es extraño en Velca usar patrones ajenos. Basta con echar un vistazo a su catálogo para descubrir que sus ciclomotores y scooters se inspiran en el diseño de la Vespa.

Cuestiones estéticas aparte, el Velca One ofrece buenos acabados y una concepción moderna. Es amplio, la posición de conducción es cómoda y el pasajero disfruta de un amplio asiento. Cuenta con un parabrisas que ofrece buena protección. En cierto modo, podemos decir que se aleja del aspecto espartano de los vehículos eléctricos, y en este sentido podemos entender esa inspiración que han tomado en el X Max de Yamaha, porque lo que pretende Velca es pelear en ese segmento, y para ello han decidido ofrecer algo de similar aspecto a lo que ofrece la competencia.

El Velca One tiene una batería CATL de 8,2 kWh, no extraíble, asociada a un motor que ofrece una potencia nominal de 7 kW, con un pico máximo declarado de 12 kW. Se recarga en un enchufe doméstico y tarda cuatro horas y media en el proceso de carga completa, desde cero. Velca garantiza 1.000 ciclos de carga u 80.000 kilómetros, y establece revisiones cada 18 meses o 10.000 kilómetros.

Tiene tres modos de conducción seleccionables con un interruptor, que limitan sus prestaciones para ajustarse al entorno. La primera posición podemos denominarla de uso urbano, porque tiene una velocidad máxima por debajo de 60 km/h, mientras que la segunda permite rodar hasta casi 80 km/h y la tercera ofrece máximas prestaciones, lo que se traduce en alcanzar con facilidad los 120 km/h para rodar seguro en los tramos de carretera o autovía.

El motor está situado en la rueda trasera, lo que tendría que dejar un amplio espacio bajo el asiento, pero el tamaño de la batería limita el volumen disponible, y aunque queda hueco para guardar paquetes de mediano y pequeño tamaño, no cabe un casco integral. También dispone de un hueco sin tapa en la parte izquierda del escudo, ideal para guardar pequeños objetos, llaves… si es que tienes buena memoria y no olvidas haberlos puesto allí.

Las suspensiones son convencionales, y los frenos tienen ABS de doble canal. Además, monta los muy eficientes neumáticos Michelin City Grip2, en llantas de 13 pulgadas. Carece de freno de mano, pero tiene pata de cabra y caballete central, y dado su contenido peso, 156 kilos, resulta muy sencillo subirla al caballete. Los mandos son básicos, sencillos, pero retroiluminados, y la pantalla de información, que se adapta a la luz exterior, es amplia y de buena lectura. Y cuenta con sistema keyless y toma USB.

El Velca One se ofrece en cinco colores diferentes, y su PVP es de 6.490 euros, pero se puede beneficiar de las ayudas a la compra del Plan Moves III y la bonificación en el IRPF, que reduce notablemente su precio. Además, y como oferta de lanzamiento, a las primeras 60 unidades matriculadas se les ofrece matriculación, envío peninsular, un baúl Shad SH33 y seguro básico hasta 80 euros.

En marcha

Hay una cosa que es inevitable preguntarse cuando te acomodas en el asiento. ¿Por qué tiene tapa de depósito con llave en la plataforma? Se ha aprovechado para conseguir un cómodo acceso a la conexión de la controladora. Al principio pensaba que allí estaría la clavija del enchufe de recarga, pero este se encuentra bajo el asiento, donde hay un pequeño rebaje para pasar el cable y mantener el asiento cerrado durante el proceso de recarga.

Los tres modos se pueden activar en marcha y no se aprecia ningún efecto en la respuesta del motor. Simplemente llega un punto en el que alcanza el límite establecido y no ofrece más potencia. En el tercer modo, el de máximas prestaciones, se alcanzan los 120 km/h con facilidad. Acelera progresivamente y con energía; y, llaneando, llegué a ver 131 km/h en el marcador. En pendientes pronunciadas no acusa el esfuerzo y sigue respondiendo con vigor, permitiendo adentrarse con seguridad en los carriles izquierdos de la carretera para realizar adelantamientos. En este sentido, el Velca facilita mucho la tarea y se agradece su vigorosa respuesta.

La amplitud que ofrece y su buena protección aerodinámica son una garantía para un uso más allá de la ciudad, porque es en este terreno donde verdaderamente tiene un comportamiento notable.

En ciudad, su comportamiento se ve perjudicado por la ausencia de transmisión, y por la desconexión del empuje del motor al accionar los frenos. Hay una desconexión con el acelerador que provoca un vacío, y en el primer golpe de gas un desfase en la respuesta hasta que entra la potencia, de golpe, haciendo que circulemos a tirones. Da igual el modo que se emplee. Se nota especialmente en atascos, cuando queremos avanzar dosificando el gas, como haríamos con un motor de combustión, con suaves empujes. Aquí se consigue el efecto contrario, y hay que estar muy atentos a la súbita llegada de la potencia.

Tampoco es agradable la respuesta en giros lentos tras frenar. La desconexión del motor deja sin el menor empuje, y hay que aprender a jugar con las inercias para mantener el impulso en esos giros lentos para que, al abrir gas, la llegada de la potencia no resulte incómoda. Además, el ABS trasero es demasiado intrusivo y ofrece una respuesta molesta.

El consumo energético es bastante ajustado a la realidad. Velca anuncia 220 kilómetros en uso mixto, y entre 150 y 170 en utilización exclusivamente interurbana. En nuestro uso combinado, con mucha más carretera que ciudad, el Velca One se movió en cifras en torno a los 150 kilómetros de autonomía, un valor que, dadas sus prestaciones, resulta muy positivo.

Ficha técnica. Velca One

Motor: Eléctrico, de ventilación forzada.

Potencia nominal: 7 kW (12 kW potencia máxima).

Capacidad de la batería: 8,2 kWh.

Distancia entre ejes: 1.425 mm.

Altura de asiento: 790 mm.

Peso: 156 kg.

Frenos: ABS de doble canal, disco de 240 mm delante, disco de 230 mm detrás.

Neumáticos: 110/70-13 delante y 130/60-13 detrás.