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Ray 7.7, un scooter eléctrico de altas capacidades... y de marca española
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El 80% de sus componentes, 'made in Spain'

Ray 7.7, un scooter eléctrico de altas capacidades... y de marca española

Hace un par de meses se presentó el nuevo fabricante Ray Electric con su primer modelo, el scooter 7.7 eléctrico. Ya lo hemos probado a fondo y hemos quedado gratamente satisfechos

Foto: Ray Electric ha entrado en el mercado de los scooters eléctricos con el Ray 7.7, que destaca por su excelentes prestaciones y su acertado diseño.
Ray Electric ha entrado en el mercado de los scooters eléctricos con el Ray 7.7, que destaca por su excelentes prestaciones y su acertado diseño.

Cuando se presentó oficialmente a los medios de comunicación, la primera y fugaz toma de contacto del Ray 7.7 fue bastante positiva. Pero para evaluar un producto que entra en la nueva movilidad de las motos eléctricas hacía falta una prueba más larga e intensa, y hemos podido disfrutar de este scooter durante una semana, sometiéndolo a un uso intenso en las más variadas condiciones. Porque el Ray no obedece al esquema habitual de los scooters eléctricos que conocemos, con un ámbito de funcionamiento marcadamente urbano. El Ray 7.7 es un scooter de altas capacidades que no tiene por qué estar confinado en la ciudad.

placeholder Su autonomía sigue siendo limitada, pero combinando los modos de conducción puedes hacer amplios recorridos, dentro y fuera de la ciudad.
Su autonomía sigue siendo limitada, pero combinando los modos de conducción puedes hacer amplios recorridos, dentro y fuera de la ciudad.

La primera sensación que nos transmite es de un impecable acabado. Para ser el primer producto de una marca nueva en el mercado se presenta como un modelo bien hecho, sin detalles por pulir, con calidad, buenos materiales y soluciones innovadoras e imaginativas. Se ve que tiene encima muchas horas de diseño.

placeholder Su afilado frontal tiene un doble faro que la hace inconfundible. La óptica cumple sobradamente con su propósito.
Su afilado frontal tiene un doble faro que la hace inconfundible. La óptica cumple sobradamente con su propósito.

El Ray 7.7 es equiparable a un scooter de 125 cc, por dimensiones y prestaciones, aunque a primera vista se ve como un scooter amplio, y lo es, con una larga distancia entre ejes que asegura un amplio espacio para el conductor y el pasajero. Tiene plataforma plana, con las ventajas que ello reporta en comodidad de acceso y capacidad de carga, algo que poco a poco se ha ido perdiendo en los scooters de combustión, y enseguida encontramos acertados detalles de diseño. El asiento del conductor es fácilmente regulable en altura. De por sí no es elevado (785 mm), pero se puede bajar unos milímetros (770 mm) si se hace necesario, quedando el asiento del pasajero como un pequeño apoyo para el conductor.

placeholder Dispone también de conexión para los cargadores Tipo 2, los más habituales en los puntos de recarga.
Dispone también de conexión para los cargadores Tipo 2, los más habituales en los puntos de recarga.

Llama igualmente la atención la disposición del caballete, inmediatamente detrás de la rueda delantera, bajo la plataforma, que tiene un pequeño rebaje para empujar el caballete cuando queremos aparcar la moto, accionando la marcha atrás para ayudarnos a fijarlo sobre el suelo. Una solución sencilla pero imaginativa, que demuestra la gran capacidad de resolución de este fabricante.

placeholder La Ray 7.7 es un scooter eléctrico muy avanzado, que puede ser un aliado en la movilidad sostenible.
La Ray 7.7 es un scooter eléctrico muy avanzado, que puede ser un aliado en la movilidad sostenible.

La disposición de las celdas de batería en la parte baja de la moto, abrazando el basculante y la rueda trasera, ha forzado el traslado del caballete hacia delante, y es un acierto esta disposición, porque se traslada el centro de gravedad de la moto a la zona baja, dotándola de una gran agilidad y manejabilidad. Luego lo veremos.

placeholder El caballete cambia de sitio, y va en la parte delantera de la moto, pues su espacio natural está ocupado por las baterías. Una solución ingeniosa.
El caballete cambia de sitio, y va en la parte delantera de la moto, pues su espacio natural está ocupado por las baterías. Una solución ingeniosa.

También destaca la sencillez de su instrumentación y el menú. Se maneja con un pulsador situado en la piña izquierda. Es sencillo e intuitivo, dispone de tres modos de conducción que pueden cambiarse en cualquier momento, incluso en marcha, y ofrecen una clara información del rendimiento de la moto. Además de la velocidad a la que se circula, obviamente, nos indica el nivel de carga de la batería, la autonomía estimada que nos queda en cada modo en función de nuestro ritmo, así como la temperatura del motor y la batería. Esto es un detalle importante porque en determinadas condiciones el rendimiento puede ser mayor. Hay que reconocer que las bajas temperaturas de estos días (en nuestra soleada sesión de fotos apenas llegamos a los 4 grados centígrados) no son el mejor aliado para las baterías.

placeholder El conjunto de baterías tiene una capacidad de 7,7 kW, y se alojan en la zona baja abrazando el basculante y la rueda trasera, lo que baja el centro de gravedad.
El conjunto de baterías tiene una capacidad de 7,7 kW, y se alojan en la zona baja abrazando el basculante y la rueda trasera, lo que baja el centro de gravedad.

El sistema permite ajustar el nivel de recarga de la batería. Es decir, que se cargue al 100% o hasta el porcentaje que deseemos. También podemos regular el ritmo de la carga, hasta 3,3 kW como máximo. Esto resulta muy práctico cuando hacemos una recarga doméstica y necesitamos emplear algún otro dispositivo del hogar (poner un horno, una lavadora…) y no queremos saturar la instalación. Podemos cargar la batería a baja potencia, y así, aunque enchufemos otro aparato, no nos saltarán 'los plomos'… En carga rápida, en poco más de dos horas y media se recarga la batería. Hicimos una recarga a solo 0,8 kW, con la batería prácticamente agotada (la habíamos dejado al 4%), y en poco más de cuatro horas la batería estaba al 100%. Y teniendo en cuenta la hora a la que lo hicimos y el tiempo empleado, nos gastamos unos 45 céntimos en electricidad…

Nos ponemos en marcha

¿Y qué tal va?, me han preguntado los curiosos que se me han acercado atraídos por la llamativa Ray 7.7. Va muy bien. Dinámicamente no tiene nada que envidiar a ningún scooter de combustión. Tiene mucha más potencia que un 125 cc, y es estable y ágil. A pesar de su larga distancia entre ejes (1.452 mm) se maneja increíblemente bien, y en el complejo tráfico urbano de Madrid nos hemos movido con fluidez y sin problemas. Es una sensación nueva moverse en silencio entre coches parados, apenas acompañados de un leve rumor.

El asiento del conductor puede bajarse 15 mm. No va muy alto, pero de esa manera ganamos seguridad para poner los pies en el suelo.

Además, la llanta delantera de 15 pulgadas le confiere una gran estabilidad, y su bajo centro de gravedad ayuda a que su comportamiento dinámico sea impecable. Tiene un peso declarado de 165 kilos pero, sinceramente, no lo parece. Me ha sorprendido encontrar esa cifra cuando he buscado el dato en la ficha técnica. Salvando las distancias, transmite la misma sensación que una BMW GS, a la que la ves como un mastodonte por sus dimensiones, pero su bajo centro de gravedad permite que se mueva ligera como una gacela.

placeholder Pilotos e intermitentes cuentan con diodos LED, con un diseño esquemático y moderno, replicando la doble óptica delantera.
Pilotos e intermitentes cuentan con diodos LED, con un diseño esquemático y moderno, replicando la doble óptica delantera.

Tiene frenada combinada, y el equipo de frenos, firmado por J.Juan (más tecnología nacional), cumple sobradamente. La suspensión delantera, una horquilla convencional, va un poco justa, y en terreno bacheado ofrece una respuesta desagradable. Quizás este sea el único pero que se le puede poner a la Ray.

placeholder Gracias al empleo de una correa dentada como transmisión secundaria la entrega de potencia es suave y sin tirones.
Gracias al empleo de una correa dentada como transmisión secundaria la entrega de potencia es suave y sin tirones.

El motor derrocha potencia. En velocidad punta se llegan a los 130 km/h de marcador, y ruedas por autovía con holgura a 110-115 km/h. En esa situación, si tienes que adelantar a un vehículo, abres gas y lo superas sin problema. No hay scooter de 125 que pueda hacer eso. Y yendo a ese ritmo, en fuertes pendientes la velocidad no decae. Y todo con una suavidad en la entrega, sin tirones, fruto de su transmisión secundaria por correa dentada.

placeholder Su diseño es inconfundible, con sus ópticas LED, tanto en los faros como en luz diurna e intermitentes.
Su diseño es inconfundible, con sus ópticas LED, tanto en los faros como en luz diurna e intermitentes.

El motor dispone de tres modos, y marcha atrás: City, para usar en la ciudad; Flow, un modo intermedio, y Sport, claramente extraurbano. La entrega y la disponibilidad de la potencia varían en función del modo, pero circulando por Madrid el modo City no se queda corto. Se estira muy por encima de lo que se necesita, con lo que nunca te sientes en peligro ni sobrepasado por un tráfico que va más deprisa que tú. ¡Ah! Y los modos Sport y City son, además, regenerativos al cortar gas.

Y de autonomía, ¿cómo andamos? Pues esta es la cuestión clave, como en todos los vehículos eléctricos. Como vivo fuera de la capital (a 40 kilómetros) quise probar si era capaz de aguantar un viaje de ida y vuelta a Madrid por autovía, callejeando por la capital entre medias, y empleando proporcionalmente en el mismo kilometraje los tres modos de conducción. Fui a Madrid en modo Sport, a 110-115 km/h, callejeé en modo City y me volví a casa en modo Flow, a 80-90 km/h, usando en ocasiones las vías de servicio para ir más cómodo. Tras 90 kilómetros de recorrido, casi a partes iguales, dejé la batería con solo un 4% de su carga. Es decir, un poco justo para alguien que vive tan lejos como yo, pero si no resides en la ciudad y te encuentras a una distancia media de 20-25 kilómetros de ella, la Ray 7.7 te permite ir y regresar sin problemas.

placeholder Al desplazar las baterías a la parte baja sigue disfrutando de un gran espacio bajo el asiento, donde cabe un casco.
Al desplazar las baterías a la parte baja sigue disfrutando de un gran espacio bajo el asiento, donde cabe un casco.

La cuestión de la autonomía será una espada de Damocles que, de momento, siempre penda sobre las motos eléctricas, pero viendo el rendimiento de la Ray 7.7 podemos decir que este modelo sale bastante airoso de la prueba. Solo es cuestión de que cada usuario valore su caso personal, aunque también el coste del modelo, desde 8.500 euros, es un tema espinoso, si bien las ayudas a la compra por parte de las diferentes administraciones son un incentivo que no se encontrará en otras motos.

placeholder A diferencia de otros modelos, tiene una amplia plataforma para apoyar bien los pies y llevar algún bulto adicional.
A diferencia de otros modelos, tiene una amplia plataforma para apoyar bien los pies y llevar algún bulto adicional.

Ficha técnica

Motor: eléctrico corriente continua 89 V refrigerado por aire.

Potencia nominal: 10,7 kW (14 CV). Potencia máxima declarada: 17,5 kW (23 CV).

Par máximo declarado: 60 Nm.

Chasis: tubular de acero.

Frenos: un disco delantero de 260 mm, un disco trasero de 220 mm.

Suspensiones: horquilla telescópica de 110 mm de recorrido, y dos amortiguadores de 95 mm.

Peso: 165 kg.

Precio: 8.500 euros.

Cuando se presentó oficialmente a los medios de comunicación, la primera y fugaz toma de contacto del Ray 7.7 fue bastante positiva. Pero para evaluar un producto que entra en la nueva movilidad de las motos eléctricas hacía falta una prueba más larga e intensa, y hemos podido disfrutar de este scooter durante una semana, sometiéndolo a un uso intenso en las más variadas condiciones. Porque el Ray no obedece al esquema habitual de los scooters eléctricos que conocemos, con un ámbito de funcionamiento marcadamente urbano. El Ray 7.7 es un scooter de altas capacidades que no tiene por qué estar confinado en la ciudad.

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