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¿Merece la pena invertir en bonos si no protegen contra las caídas de las bolsas?
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correlación entre bonos y acciones

¿Merece la pena invertir en bonos si no protegen contra las caídas de las bolsas?

La firma T. Rowe Price sitúa la inflación como el factor más importante para determinar la relación entre acciones y bonos

Foto: Foto: EFE/Justin Lane.
Foto: EFE/Justin Lane.
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La idea de que las acciones deberían subir mientras caen los precios de los bonos, y viceversa, es un concepto muy extendido en el mundo de la inversión. Pero la historia ha demostrado que la relación entre las dos clases de activos es más complicada. Los expertos del mercado afirman que merece la pena tener esto en cuenta, ya que los datos de Morningstar muestran que los bonos del Tesoro y las acciones estadounidenses de gran capitalización rara vez han estado tan sincronizados como ahora.

En un periodo de tres años, la correlación entre la deuda pública a medio plazo y las acciones de gran capitalización alcanzó un máximo de 0,57 en diciembre, su nivel más alto desde septiembre de 1997, y ha permanecido cerca de este nivel hasta finales de abril. Dado que los rendimientos de los bonos se mueven en sentido opuesto a los precios, los periodos de fuerte correlación entre las acciones y los bonos del Tesoro implican que los precios de las acciones tienden a subir cuando caen los rendimientos de los bonos del Tesoro, y viceversa.

Una correlación de 1,0 significa que dos tipos de activos suben y bajan en perfecta sintonía, mientras que una correlación de -1,0 significa que uno de ellos sube y el otro baja. Una correlación de cero indica que apenas existe relación entre ambas. Muchos inversores consideran que los bonos han perdido su capacidad de proteger sus carteras de acciones frente a las ventas repentinas. Para muchos, la debacle de 2022, cuando las acciones y los bonos cayeron al unísono, todavía sigue latente.

Y dado que las acciones estadounidenses han seguido subiendo desde sus mínimos de octubre de 2022, el abismo entre los rendimientos de las acciones y los bonos ha suscitado dudas sobre si los bonos siguen mereciendo una asignación importante en las carteras de todos los inversores, salvo de los más conservadores.

Foto: El ministro de Economía, Carlos Cuerpo. (EP/Gustavo Valiente)

La caída a lo largo de tres años de los bonos estadounidenses ha sido la más larga en la historia del "Bloomberg U.S. Aggregate Bond Index (AGG)", un amplio barómetro del mercado de bonos que incluye bonos del Tesoro, bonos corporativos, valores respaldados por activos o ABS (Asset-Backet Security por sus siglas en inglés) y bonos municipales. Fue lanzado en la década de los setenta. Pero la expectativa de que los bonos acudirán inmediatamente al rescate cuando las acciones sufran un revés es en gran medida el resultado de un sesgo reciente, según afirma Amy Arnott, estratega de carteras de Morningstar que ha publicado artículos sobre la correlación entre acciones y bonos.

En realidad, la correlación negativa —a menudo extrema— entre acciones y bonos que prevaleció durante casi 20 años antes de que la relación pasara a ser positiva en 2022 fue la verdadera anomalía. Según Arnott, antes de esto, la relación entre acciones y bonos estaba a menudo más próxima a cero. "Mucha gente se ha detenido en lo que ocurrió con las correlaciones tras la crisis financiera, y en lo profundamente negativas que fueron. Pero si nos remontamos más atrás en el tiempo, en realidad no es tan común que la correlación sea negativa", señaló Arnott sobre la relación entre acciones y bonos.

El creer que los bonos acudirán al rescate cuando las acciones sufran un revés es en gran medida el resultado de un sesgo reciente.

Entretanto, los periodos en los que ambos tipos de activos estaban tan correlacionados como en la actualidad iban y venían, y solían durar entre uno y ocho años, apuntó Arnott. Los estudios demuestran que hay dos factores que determinan en última instancia la relación entre las acciones y los bonos. Sébastien Page, responsable de multiactivos globales y director de inversiones de la gestora T. Rowe Price, afirma que el más importante es el nivel de inflación.

"A través de mi investigación he descubierto que se puede determinar si la correlación entre acciones y bonos va a ser positiva o negativa a partir de un modelo muy sencillo", afirmó Page durante una entrevista con MarketWatch a principios de esta semana. "El modelo es el siguiente: ¿se está produciendo un shock de inflación o un shock de crecimiento? Si se trata de un shock de inflación, que es lo que ha ocurrido en los últimos tres años, tanto las acciones como los bonos pueden bajar juntos".

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Wittek)

"Si se trata de un shock de crecimiento, yo seguiría apostando a que los bonos diversificarán las acciones y obtendrán buenos resultados cuando las acciones se desplomen". El hecho de que la Reserva Federal suba o baje los tipos de interés también influye, puesto que la subida de los tipos ayudó a situar la correlación en niveles positivos a mediados de la década de los noventa, cuando las acciones y los bonos cotizaron por última vez tan estrechamente acompasados, explicó Arnott.

Salvo que se produzca una drástica reaceleración de la inflación, los bonos deberían empezar a actuar como una protección más eficaz para las acciones una vez que la Reserva Federal empiece a bajar los tipos de interés, lo que los operadores esperan que ocurra antes de finales de año, según la herramienta FedWatch de CME Group. Y aunque la Reserva Federal mantenga los tipos durante más tiempo, los bonos podrían ofrecer cierta cobertura a las acciones si la economía estadounidense se debilita, según Arnott. Incluso ahora, el hecho de que los bonos y las acciones no estén perfectamente correlacionados significa que los bonos siguen ofreciendo algunos beneficios de diversificación.

Foto: La pugna Biden-Trump.

"Dado que la correlación sigue siendo significativamente inferior a 1, añadir bonos a una cartera exclusivamente de renta variable debería mejorar el rendimiento ajustado al riesgo", asegura Arnott. "Sigue habiendo un beneficio de diversificación significativo incluso si las correlaciones rondan el 0,6 o el 0,7". Las materias primas también están estrechamente correlacionadas con las acciones en estos momentos, aunque un equipo de expertos del Wells Fargo Investment Institute cree que las materias primas siguen ofreciendo algunas ventajas de diversificación.

Veamos: las acciones y las materias primas no se habían movido al mismo ritmo desde 1980. Esto es lo que deben saber los inversores. Los rendimientos de los bonos del Tesoro subieron el miércoles, con el rendimiento a 10 años subiendo 2 puntos básicos al 4,48%, mientras que los futuros de las acciones estadounidenses apuntaban a una apertura a la baja en Wall Street.

"Añadir bonos a una cartera exclusivamente de renta variable debería mejorar el rendimiento ajustado al riesgo"

Desde principios de año, el S&P 500 ha subido un 8,8% hasta los 5.187 puntos al cierre del martes, mientras que el Nasdaq Composite ha subido un 8,8% hasta los 16.332 puntos, y el Dow Jones Industrial Average ha ganado 1.194 puntos, o un 3,2%, hasta los 38.884 puntos.

*Contenido con licencia de MarketWatch. Traducido por Federico Caraballo

La idea de que las acciones deberían subir mientras caen los precios de los bonos, y viceversa, es un concepto muy extendido en el mundo de la inversión. Pero la historia ha demostrado que la relación entre las dos clases de activos es más complicada. Los expertos del mercado afirman que merece la pena tener esto en cuenta, ya que los datos de Morningstar muestran que los bonos del Tesoro y las acciones estadounidenses de gran capitalización rara vez han estado tan sincronizados como ahora.

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