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El miedo a perderse la próxima subida en bolsa es racional: podría pasarle
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El miedo a perderse la próxima subida en bolsa es racional: podría pasarle

A pesar de las altas valoraciones de la bolsa y los temores de exuberancia de la IA, la historia sugiere que no invertir cuando los tipos empiezan a bajar sería una mala idea

Foto: Bolsa de Nueva York. (Getty/Spencer Platt).
Bolsa de Nueva York. (Getty/Spencer Platt).
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Si tiene FOMO [acrónimo inglés de Miedo a Perderse Algo —Fear of Missing Out—] a la hora de decidir si invierte en bolsa, es porque, efectivamente, podría perderse algo.

Es difícil deshacerse de la sensación de que el mercado podría estar coqueteando con la burbuja. Incluso en un momento en que los bancos centrales están frenando las expectativas de sus recortes de tipos, los inversores han abrazado las apuestas por la inteligencia artificial generativa. El Nasdaq cerró el jueves en máximos históricos, superando por fin el anterior récord, registrado el 19 de noviembre de 2021.

Incluso asumiendo que los gigantes tecnológicos que impulsan el rally no están sumidos en una burbuja, sus elevadas valoraciones hacen probable que las recompensas futuras por invertir en ellos sean menores a partir de ahora. Y el resto del mercado de renta variable tampoco está especialmente barato. Así que la tentación de los inversores de dejar su efectivo aparcado en depósitos o fondos del mercado monetario es más que comprensible. Ahora mismo, estos últimos están pagando rendimientos del 4,9% en Estados Unidos.

Pero aquí está el problema: si espera a que los tipos empiecen a bajar para comprar activos de más riesgo, podría estar renunciando a muchas ganancias.

Foto: Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, junto a la presidenta, Christine Lagarde. (Reuters/Wolfgang Rattay)

El miércoles, el banco suizo UBS publicó la versión 2024 de su Global Investment Returns Yearbook, un compendio de datos de rentabilidad a muy largo plazo que solía publicar Credit Suisse. Una de las principales conclusiones es que la mayoría de los rendimientos obtenidos históricamente por los inversores se han producido en épocas en las que las autoridades bajaban los tipos de interés o los mantenían sin cambios después de haberlos bajado.

En Estados Unidos, la rentabilidad real anualizada de la renta variable durante los ciclos de relajación ha sido del 9,4%, frente a solo el 3% durante los ciclos de endurecimiento. En el Reino Unido, las cifras son del 8,5% frente al 2,9%, con un rendimiento del efectivo superior al de las acciones en los momentos en que subieron los tipos.

Foto: Sede de Banco Central Europeo. (Reuters/Heiko Becker)

Parte de la diferencia de rendimiento bursátil entre los ciclos de relajación y endurecimiento se debe a que la inflación es más alta cuando los bancos centrales se vuelven agresivos, erosionando las ganancias nominales. Pero la mayor parte se debe, en primer lugar, a los mayores rendimientos nominales.

En el caso de la renta fija, los periodos de subida de tipos casi no han generado beneficios. A diferencia de la renta variable, esto se debe sobre todo a que el aumento de la inflación los aniquiló.

Otros estudios también muestran que, históricamente, la mayoría de las ganancias del mercado de valores se han producido durante unos pocos días, a veces justo después de que los bancos centrales bajaran los tipos.

Foto: Ciudadanos paseando por las calles. (iStock/Ox Avdeenko)

Una pega a esta teoría es que los inversores han tomado conciencia del precedente histórico. Según un estudio de TS Lombard, el mercado de renta fija valora cada vez más las bajadas de tipos previstas antes de que se produzcan. Esto plantea la posibilidad de que las acciones, también, ya hayan disfrutado antes de tiempo de gran parte de las ganancias de la próxima flexibilización de la política monetaria.

Puede que la bajada de tipos empiece más tarde de lo que pensaban los inversores, pero aun así es probable que se produzca en algún momento de este año. A juzgar por lo que ha ocurrido desde 1995, a veces basta con esa relajación inicial para desencadenar una oleada de optimismo en el mercado, aunque los costes de endeudamiento acaben manteniéndose altos durante bastante tiempo.

Aunque sea a regañadientes, la mayoría de los inversores no podrán permitirse permanecer al margen.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.

Si tiene FOMO [acrónimo inglés de Miedo a Perderse Algo —Fear of Missing Out—] a la hora de decidir si invierte en bolsa, es porque, efectivamente, podría perderse algo.

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