Es noticia
¿Es imprescindible que la inflación vuelva a bajar hasta el 2%?
  1. Mercados
  2. The Wall Street Journal
la economía crecería con los precios

¿Es imprescindible que la inflación vuelva a bajar hasta el 2%?

Una inflación del 4% es perfectamente compatible con una economía sana que no se recalienta

Foto: EC Diseño.
EC Diseño.
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Los últimos datos sugieren que la inflación ya no está subiendo descontrolada, aunque siga siendo alta. Esto plantea la cuestión de por qué la política monetaria debe ceñirse a un objetivo arbitrario del 2%.

"¿Por qué la inflación debe estar en torno al 2%?" es una pregunta que obsesionaba a los banqueros centrales cuando la inflación se mantenía obstinadamente por debajo de su objetivo favorito. Ahora tiene más sentido preguntárselo.

Esta última semana, se han dado a conocer una serie de datos que sugieren que la inflación por fin está volviendo a bajar. El índice de precios de los gastos de consumo personal de EEUU, excluyendo los alimentos y la energía (la medida de inflación preferida por la Reserva Federal), registró su segundo menor aumento mensual del año, incluso a pesar de que el gasto de los consumidores haya aumentado y de que el empleo siga creciendo. Mientras tanto, la inflación de la zona euro retrocedió hasta un 10% en noviembre, lo que podría indicar que el 10,6% de octubre fue el máximo.

Foto: El presidente de la Fed, Jerome Powell. (Reuters/Elizabeth Frantz) Opinión

Las acciones han subido, especialmente después de que el presidente de la Fed, Jerome Powell, anunciara el miércoles que las subidas de los tipos de interés serán más pequeñas a partir de ahora. Pero también subrayó que el fin del endurecimiento aún tardará en llegar. De hecho, los banqueros centrales no buscan que la inflación deje de subir como tal: quieren que baje, que vuelva a la cifra del 2% que tienen que alcanzar.

Esto subraya el desajuste entre sus intereses y los de los demás, lo que debería preocupar a los inversores.

En muchos países ricos se ha producido una desaceleración de la inflación desde el mes de julio, pero los economistas no esperan que vuelva al 2% hasta un lejano 2025, según las previsiones medias. Los mercados de derivados prevén que la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra dejarán de subir los tipos en 2023, los recortarán a finales de año y luego se dormirán en los laureles durante dos años, mientras la inflación cae poco a poco.

Foto: Foto: iStock.

Pero ¿y si la inflación se estabiliza en una tasa más alta, digamos entre el 4% y el 6%? En este caso, que es plausible, los bancos centrales podrían verse obligados a empezar a subir los tipos innecesariamente de nuevo, cogiendo desprevenidos a los inversores. Tendría mucho más sentido elevar el objetivo de inflación en su lugar, o definirlo como un rango más amplio.

Sí, una inflación fuera de control implica grandes trastornos, ya que la incertidumbre sobre los costes da a las empresas una razón para recortar la producción, y los trabajadores con un poder adquisitivo decreciente recurren a las huelgas. Pero esos problemas se derivan de la aceleración de la inflación, no de que sea alta.

Una inflación del 4% es perfectamente compatible con una economía sana que no se recalienta. Una posible razón sería la fragmentación de las cadenas de suministro mundiales, que, según varias investigaciones, antes reprimía las presiones sobre los precios.

Foto: Un grupo de personas pasa frente a una tienda en Berlín. (Getty/Carsten Koall)

Algunos en Wall Street temen que los salarios no sigan el ritmo y afecten al consumo, como lo está haciendo ahora la crisis de las materias primas. Pero, a largo plazo, las economías tienden a crecer, lo que significa que los ingresos reales también lo hacen. Y los datos históricos no demuestran que una mayor inflación desvíe una fracción menor de estos ingresos a los salarios en relación con los beneficios, o viceversa.

No hay duda de que los problemas surgen cuando la inflación es muy alta o, por el contrario, cuando hay deflación. Por eso la mayoría de los economistas abogan por una tasa de crecimiento de los precios pequeña pero positiva.

Sin embargo, no hay razón para que sea del 2%. El Banco de la Reserva de Nueva Zelanda, que fue pionero en la fijación de objetivos de inflación en 1989, eligió arbitrariamente una horquilla del 0% al 2% simplemente porque el entonces ministro de Finanzas, Roger Douglas, pensó que sonaba bajo. Probablemente, ayudó el hecho de que la media histórica de crecimiento del IPC en países como Estados Unidos y el Reino Unido fuera de aproximadamente el 2%.

Foto: mercados-bancos-centrales-inflacion-bra

Podría haber problemas si el aumento del objetivo de inflación desencadenara por sí mismo presiones salariales que retroalimentaran los precios. Cuando la inflación se mantenía por debajo del 2%, economistas como Olivier Blanchard, Larry Summers y Jordi Galí insistieron en que era un problema que había que resolver, y que un objetivo más alto podría solucionarlo. Sin embargo, este resultado es poco probable: las expectativas de inflación son menos importantes para la fijación de precios que los movimientos recientes de la misma.

Por el bien de los trabajadores, las empresas y los inversores, el momento de replantearse los objetivos no es ni cuando la inflación es baja ni cuando se acelera, sino cuando es alta y estable.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.

Los últimos datos sugieren que la inflación ya no está subiendo descontrolada, aunque siga siendo alta. Esto plantea la cuestión de por qué la política monetaria debe ceñirse a un objetivo arbitrario del 2%.

Inflación Banco Central Europeo (BCE) Reserva Federal
El redactor recomienda