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El radar de 'Barron's': por qué es el momento de comprar acciones de Visa
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El radar de 'Barron's': por qué es el momento de comprar acciones de Visa

La liquidación del mercado ha golpeado con fuerza a Visa, pero sus ganancias sugieren que no les correspondía tanto golpe. Para los inversores que piden calidad a un precio razonable, Visa encaja en el perfil que buscan

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El retroceso de 2022 en el mercado bursátil ha sido casi indiscriminado, haciendo mella en las acciones de empresas tanto malas como buenas. Visa (ticker: V) parece ser un ejemplo de estas últimas, una acción buena que ha caído un 20% desde su máximo histórico en julio de 2021, frente a la caída del 13% del índice S&P 500 en el mismo periodo. A un precio reciente de 203 dólares, las acciones vuelven a estar cerca de los niveles que alcanzaron en enero de 2020, antes de que el crecimiento sobrealimentado de los pagos digitales impulsara las acciones durante la pandemia de covid-19.

Sin embargo, el gigante del procesamiento de pagos no ha visto muchos cambios. Visa presume de un amplio flujo de caja libre, no tiene deuda neta, y es una empresa que compone sus ventas y beneficios a dos dígitos en un futuro previsible. Sus beneficios y sus previsiones para el año fiscal 2023, publicadas tras el cierre del martes, confirman que esos factores siguen vigentes, aunque Visa parece más barata de lo que ha sido en años. Es una oportunidad que no se presenta muy a menudo.

"No hay muchas empresas que puedan crecer con la misma consistencia [que Visa]", afirma Ted Bridges, director general de Bridges Trust, que cuenta con Visa entre sus 10 principales participaciones. "Están tan arraigados en el mercado, y ahora el riesgo de valoración se ha reducido sustancialmente".

Foto: Tarjetas de Visa y Mastercard. (Reuters)

Fundada en 1958 por Bank of America, del que se escindió en 1970, Visa se ha convertido en el principal procesador mundial de pagos electrónicos de crédito y débito. Su red conecta a consumidores, empresas e instituciones financieras, facilitando la autorización, compensación y liquidación de más de 10 billones de dólares en cientos de miles de millones de transacciones anuales.

Es un negocio envidiable, con economías de escala, una profunda ventaja competitiva y amplios márgenes de beneficio. Visa obtuvo unos ingresos de 29.300 millones de dólares en su ejercicio fiscal de 2022, que finalizó en septiembre, y obtuvo 16.000 millones de dólares de ingresos netos, lo que supone un margen de beneficios del 55%. El flujo de caja libre fue de 17.900 millones de dólares, un margen del 61%.

También es una empresa de crecimiento rápido y constante: las ventas han aumentado un 11% anual en la última década, mientras que los beneficios por acción se han compuesto a un ritmo del 17%. "Es una fórmula muy sencilla", explica Lisa Ellis, analista de MoffettNathanson, que señala que, en un entorno macroeconómico y geopolítico muy incierto, un poco de previsibilidad debería ser un consuelo para los inversores. Ellis tiene un precio objetivo de 260 dólares para las acciones de Visa, un 28% más de su valor en el cierre del miércoles.

Foto: EC Diseño.

Sus acciones se han visto abrumada por las preocupaciones en 2022, aunque algunas parecen exageradas. La preocupación por una posible recesión ha afectado a las acciones, pero la historia muestra que Visa siguió creciendo incluso durante la crisis financiera de 2008-09. La legislación propuesta en el Senado impondría los llamados requisitos de doble ruta para las tarjetas de crédito con el fin de promover la competencia entre las redes de tarjetas, pero las probabilidades de aprobación parecen escasas y el impacto potencial debería ser manejable, del orden del 2% de los ingresos, según estimaciones de Ellis.

Más problemático es el efecto de la fortaleza del dólar, ya que Visa genera alrededor del 55% de sus ingresos fuera de EEUU. Sus previsiones para el año fiscal 2023 asumen un viento en contra de cuatro puntos por la conversión de divisas y dos puntos adicionales debido a su salida de Rusia. A pesar de estos problemas, el crecimiento de los ingresos debería ser de un solo dígito, y el director financiero Vasant Prabhu destacó que Visa puede recortar rápidamente los costes en caso de que se produzca una recesión del gasto de los consumidores más profunda de lo esperado el próximo año.

Wall Street sigue viendo que el beneficio por acción aumentará un 11% en el año fiscal 2023 y otro 17% en el año fiscal 2024. La recompra de acciones, que ha supuesto una media del 3% de las acciones en circulación al año, debería ayudar, al igual que un repunte más rápido de los viajes internacionales, que podría hacer que las transacciones transfronterizas volvieran a suponer un 23% de las ventas. El martes, Visa dio a conocer una nueva autorización de recompra de 12.000 millones de dólares y aumentó su dividendo en un 20%. Se espera que el flujo de caja libre por acción aumente un 14% en el año fiscal 2023, y otro 20% en el año fiscal 2024.

"Si lo único que tienes es la tasa de crecimiento del flujo de caja libre, sigue siendo una rentabilidad de dos dígitos bajos o medios para la próxima década", expone Bridges. "Eso no elimina el riesgo de precio a corto plazo de la acción, pero si lo vemos desde el punto de vista del propietario del negocio en torno a esta empresa, es muy bueno".

Foto: Corredores de bolsa trabajan en la sede de la Bolsa de Valores de Nueva York.

El crecimiento a largo plazo debería seguir siendo fuerte a medida que el uso de efectivo disminuye en favor de las tarjetas. A nivel mundial, alrededor del 45% de las compras de los consumidores se realizaron a través de redes de tarjetas en 2021, frente al 41% en 2020 y el 27% en 2011. Ese porcentaje podría recibir un nuevo impulso a medida que siga aumentando la penetración en América Latina, Oriente Medio y África, que todavía están por debajo del 35%. En total, Ellis, de MoffettNathanson, prevé unos cinco puntos de crecimiento gracias a la expansión de la economía mundial y cinco puntos gracias a las conversiones de efectivo a tarjeta. Se trata de un poderoso viento de cola para todo el sector, tanto para Visa como para sus rivales.

Sin embargo, Visa cotiza con descuento. Después de su caída en el último año, la acción se cotiza a unas 24 veces los beneficios estimados para el próximo año, en comparación con las 26 veces de Mastercard (MA) y la media de 30 veces de Visa en los últimos cinco años. El múltiplo de valoración actual de Visa supone una prima de aproximadamente el 45% sobre el S&P 500, frente a su media histórica de más del 60%. Las acciones cotizan a unas 23 veces el flujo de caja libre futuro, o un rendimiento del flujo de caja libre del 4,4%.

"Visa tiene un modelo de negocio muy resistente; tiene poder de fijación de precios; sus ingresos crecen más rápido que el PIB, y con una fuerte conversión de flujo de caja libre", opina Bart Rekucki, de Gabelli Funds. "Eso tiene que reflejarse en el múltiplo". Con el tiempo, es casi seguro que lo hará.

*Contenido con licencia de Barron’s.

El retroceso de 2022 en el mercado bursátil ha sido casi indiscriminado, haciendo mella en las acciones de empresas tanto malas como buenas. Visa (ticker: V) parece ser un ejemplo de estas últimas, una acción buena que ha caído un 20% desde su máximo histórico en julio de 2021, frente a la caída del 13% del índice S&P 500 en el mismo periodo. A un precio reciente de 203 dólares, las acciones vuelven a estar cerca de los niveles que alcanzaron en enero de 2020, antes de que el crecimiento sobrealimentado de los pagos digitales impulsara las acciones durante la pandemia de covid-19.

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