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No, el secreto de la fortaleza del dólar no es la Reserva Federal
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No, el secreto de la fortaleza del dólar no es la Reserva Federal

Los periodos de fortalecimiento o debilitamiento del dólar no han coincidido de forma exacta con los ciclos económicos. Hay más factores en juego

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El dólar ha alcanzado un nivel de supremacía mundial que solo se da una vez en la vida. Tras 11 años y una ganancia del 40% respecto a las principales divisas utilizadas para el comercio global, algunos empiezan a preguntarse si ha llegado el momento de una caída.

A corto plazo, es plausible que el dólar se vuelva más débil, a medida que los gobiernos europeos absorben la amenaza financiera que suponen los precios de la energía para sus economías y los bancos centrales extranjeros se apresuran para alcanzar a la Reserva Federal en la subida de tipos. El pico de optimismo en los mercados del viernes hizo retroceder al dólar, ya que el dinero que lo había buscado como refugio volvió a marcharse.

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Pero los largos periodos de fortalecimiento o debilitamiento en el pasado no han coincidido obviamente con los ciclos económicos o de política monetaria. Algo más está sucediendo, y para tratar de predecir el final de este megaciclo del dólar tenemos que considerar qué podría ser.

Marvin Barth, antiguo economista del Tesoro de Estados Unidos, cree que todo tiene que ver con la innovación. Ahora dirige una empresa de investigación independiente llamada Thematic Markets y su tesis de base es que la posición de liderazgo de Estados Unidos en la investigación académica, y los estrechos vínculos de las universidades y las empresas, dieron al país una ventaja en materia de informatización en los años setenta y principios de los ochenta, de internet en los noventa y con las nuevas aplicaciones de internet y la inteligencia artificial más recientemente.

Cada innovación provocó una oleada de inversiones para aprovecharla. Esto mejoró la rentabilidad y atrajo capital extranjero, lo que hizo subir el dólar.

Foto: Intercambio de billetes de euro por dólares. (EFE/Arshad Arbab)

Los inventos no permanecen en un solo país durante mucho tiempo. Pero en cada caso, la ventaja de Estados Unidos le dio unos años de tiempo antes de que las inversiones en otros países parecieran tan rentables. Para entonces, los beneficios generados habían fluido hacia la sociedad y financiado un 'boom' de consumo que acabó convirtiéndose en un 'boom' inmobiliario. Para financiar la construcción de viviendas, Estados Unidos absorbió capital incluso tras perder su ventaja competitiva, por lo que el dólar tuvo que caer para que el dinero extranjero lo encontrase atractivo.

Es una historia bonita, y ayuda a explicar cómo las tendencias a largo plazo del dólar pueden continuar incluso a través de la interrupción temporal de las recesiones.

Como prueba, Barth estudió la duración de los ciclos de varias variables económicas utilizando una técnica de análisis de frecuencia de la ingeniería. El ciclo de la proporción del gasto de capital en el producto interior bruto coincide con el del dólar, con una duración de unos 17 años, mientras que los factores importantes a corto plazo, como la política monetaria, tienen poca influencia a tan largo plazo.

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No hay nada mágico en que los ciclos pasados hayan durado 17 años, y no hay razón para pensar que los futuros tendrán la misma duración. Esta última tendencia alcista del dólar ya ha durado más que cada uno de los periodos de ganancias plurianuales desde que el presidente Richard Nixon desvinculó la moneda del patrón oro a principios de la década de 1970.

Barth cree que podría durar mucho más, porque ha ocurrido algo interesante con el gasto de capital. La inversión fija privada de EEUU, excluyendo la vivienda, se ha estabilizado en una proporción bastante alta del PIB, evitando el auge y la caída de los anteriores ciclos del dólar. A pesar de las frecuentes quejas de que el sector privado no invierte lo suficiente, la media de 10 años actual es la más alta desde que Ronald Reagan dejó la presidencia. El gasto en investigación y desarrollo también ha alcanzado máximos históricos como porcentaje del PIB.

La desglobalización también puede prolongar el ciclo, lo que exigirá un mayor despliegue de capital a nivel nacional para sustituir las cadenas de suministro internacionales y dificultará la difusión de nuevos inventos.

"Este ciclo tiene mucho que ver con la supremacía económica de Estados Unidos"

Incluso los inversores que no se creen la historia de la innovación no pueden negar que Estados Unidos ha hecho un trabajo mucho mejor que el resto del mundo desarrollado en lo que a la reconstrucción de su economía tras la crisis financiera se refiere. Ahora tiene la ventaja de ser también una potencia energética, gracias a otra innovación liderada por Estados Unidos, el 'fracking'.

"Este ciclo tiene mucho que ver con la supremacía económica de Estados Unidos", afirma Kit Juckes, jefe de estrategia de divisas de Société Générale, que cree que podría estar llegando a su máximo.

A corto plazo, las cuestiones habituales de los tipos de interés y los temores de recesión harán oscilar al dólar. Pero si Estados Unidos puede mantener su vitalidad económica en relación con el resto del mundo, el dólar podría mantenerse en lo alto durante mucho tiempo.

*Contenido con licencia de 'The Wall Street Journal'.

El dólar ha alcanzado un nivel de supremacía mundial que solo se da una vez en la vida. Tras 11 años y una ganancia del 40% respecto a las principales divisas utilizadas para el comercio global, algunos empiezan a preguntarse si ha llegado el momento de una caída.

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