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Los problemas crecen para Draghi con el acelerón del euro hacia los 1,40 dólares
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Los problemas crecen para Draghi con el acelerón del euro hacia los 1,40 dólares

Por si no bastaba con el temor a la deflación, la subida de la divisa europea crea más revuelo en torno a la reunión que el BCE celebrará mañana

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Ya están todos. Por si no bastaba con los problemas que tiene el Banco Central Europeo (BCE) para que sus decisiones monetarias estimulen el crédito. Por si no era suficiente con los temores deflacionistas aparecidos en la Eurozona en los últimos meses. Por si todo fuera poco, ahora el euro se suma a la fiesta. En el fondo, no es nada nuevo, puesla divisa europea lleva varios meses acechando la cota de los 1,40 dólares, sobre la que no camina desde 2011, pero al producirse en las horas previas a la reunión que la entidad celebrará mañana, alcanza otra dimensión. Más aún, si se tiene en cuenta que entre la clase política europea crece el runrún por la pasividad que, a su juicio, el presidente de la institución, Mario Draghi, manifiesta ante la fortaleza de la moneda única.

Este martes, la divisa europea se apreció un 0,4%, hasta los 1,393 dólares, con un máximo diario en los 1,395 dólares, que a su vez supuso su cambio más alto desde mediados de marzo. En lo que va de año, el euro acumula una subida del 1,4% contra el billete verde.

El último sprint del euro se apoya en dos resortes. El primero, y clave, el leve repunte de la inflación en abril. Según los datos provisionales, durante el mes pasado los precios subieron un 0,7% en tasa interanual, por encima del 0,5% de marzo. Además, la inflación subyacente, que excluye los elementos más volátiles, ascendió del 0,7 al 1%. Con ambas lecturas un poco más lejos del 0% que un mes antes, el BCE cuenta con menores urgencias para lanzar más medidas expansivas esta misma semana. "El mercado ha ido reduciendo sus expectactivas de que el BCEdecisiones en la reunión de esta semana", apunta José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España."No esperamos ningún cambio en la reunión de mayo", afirman los expertos de Nomura.

Y el segundo, la mejoría económica transmitida por los datos del sector manufacturero y del sector servicios en abril. El mes pasado, la activividad empresarial mejoró en la Eurozona de los 53 puntos de marzo hasta los53,4 puntos. Y la del sector servicios, creció de los 52,2 a los 53,1 puntos, el dato más alto desde 2011. Las dos, por tanto, están por encima de los 50 puntos, el nivel a partir del cual se considera que la economía se está expandiendo. Y como esta fotografía concuerda con la hipótesis del BCE de que la región disfrutará de un "crecimiento moderado", Draghi contaría con otra excusa para dejar las cosas como están y no introducir novedadesen la cita de mayo.

El mercado, además, es consciente de que si el BCE no dispara más munición, la diferencia entre el tamaño de su balance y el de la Reserva Federal (Fed) estadounidense se seguirá ampliando, una dinámica que está resultando clave en la fortaleza del euro en los últimos meses. Actualmente, el de la entidad europea se limita a 2,2 billones de euros, cuando hace un año ascendía a 2,6 billones y durante 2012 superó los 3 billones. En contraste, el balance de la Fed no deja de engordar y ya alcanza los 4,3 billones de dólares -al cambio actual, 3,09 billones de euros-.

El problema para el BCE reside es que se van escuchando más voces que critican su postura con respecto a la fortaleza del euro. Aunque Draghi ha recurrido a las intervenciones verbales para intentar contener el ímpetu alcista de la divisa, Francia ya ha pedido varias veces en las últimas semanas, por mediación incluso de su nuevo primer ministro, Manuel Valls,que se deje de sutilezas y emprenda medidas más contundentes.

Además de la preocupación por el impacto que una moneda más fuerte puede tener en las exportaciones europeas fuera de la Zona Euro, esa inquietud crece en esta ocasión porque un euro más fuerte sería, además, un factor deflacionista adicional. Ambosriesgos actúan como caldo de cultivo para la aparición de esaspresiones políticas.

Sin embargo, esas exigenciaspueden ejercer un efecto contrario al pretendido. En caso de que el BCE reaccionara, podría interpretarse como una pérdida de independencia, un riesgo del que Draghi es consciente. Y que le obligará a ser muy preciso tanto si actúa como si no, puesto que en el mercado se ha instalado en los últimos meses la idea de que la tolerancia de la institución con el euro se acabaría más allá de los 1,40 dólares. Ya los roza.

Ya están todos. Por si no bastaba con los problemas que tiene el Banco Central Europeo (BCE) para que sus decisiones monetarias estimulen el crédito. Por si no era suficiente con los temores deflacionistas aparecidos en la Eurozona en los últimos meses. Por si todo fuera poco, ahora el euro se suma a la fiesta. En el fondo, no es nada nuevo, puesla divisa europea lleva varios meses acechando la cota de los 1,40 dólares, sobre la que no camina desde 2011, pero al producirse en las horas previas a la reunión que la entidad celebrará mañana, alcanza otra dimensión. Más aún, si se tiene en cuenta que entre la clase política europea crece el runrún por la pasividad que, a su juicio, el presidente de la institución, Mario Draghi, manifiesta ante la fortaleza de la moneda única.

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