Los 'Pablos' de Feijóo para seducir al Ibex (por si hay empate)

El equipo de Alberto Núñez Feijóo para llegar al Palacio de la Moncloa sigue todavía en formación. No hay visibilidad sobre quién sería parte del núcleo duro para gobernar, más allá de los compromisos con Cuca Gamarra y Esteban González Pons. El gallego esconde sus cartas. De momento, cuenta con viento de cola, como ya reflejan todos los sondeos demoscópicos en comparación con 2019, y con algunos extra a favor, como la victoria por mayoría del PP en Andalucía o el próximo resultado de las inminentes autonómicas y municipales, donde es muy difícil que el PSOE repita la cuota de poder con que acude a la cita electoral.

El líder de los populares va con pies de plomo en su aterrizaje en Génova, aunque el tiempo apremia. El pasado mes de marzo, presentó en sociedad la 'nueva' fundación vinculada al partido, bautizada como Reformismo21, para canalizar el flujo de colaboraciones de expertos y grupos de interés sin necesidad de vincularse a la marca PP. Además de los exministros Fátima Báñez y Román Escolano, también contaba con la participación del recién fallecido Josep Piqué, con quien trabó complicidad durante sus retiros médicos en Galicia y a quien ofreció la plataforma antes de reclutar para su causa al economista y abogado gallego Pablo Vázquez.

Su paso como director general de Fedea entre 2005-12, donde explotó su perfil como divulgador a través del entonces popular blog 'Nada es gratis'

La vuelta al calcetín ha sido total. Lo que fue la Fundación Concordia y Libertad, inspirada por Pablo Casado con la presidencia de Adolfo Suárez Illana, es ahora un laboratorio programático con vocación de "reconstruir" España a través de "un gran proyecto sin etiquetas", en el que se "reconozcan la gran mayoría de los españoles", basado en la moderación, la centralidad y alejado de "radicalismos". Y para ello, Feijóo ha entregado los mandos a un tecnócrata con pasado como presidente de las públicas Ineco y Renfe en tiempos de Mariano Rajoy, con Ana Pastor como ministra de Fomento, y antes como fontanero monclovita en las legislaturas de José María Aznar.

A pesar de su deliberado perfil bajo, Vázquez es conocido en los estamentos económicos del país. Su paso como director general de Fedea entre 2005-12, donde explotó su perfil como divulgador a través del entonces popular blog Nada es gratis, que en esos años agrupó a economistas con proyección como Luis Garicano, Tano Santos, Samuel Bentolilla, Jesús Fernández-Villaverde, Antonio Cabrales..., le granjeó cierta proyección en el Ibex (fichó para dirigir Cunef), ampliada luego tras su paso por la consultora McKinsey y por la fundación montada por el alcalde Martínez-Almeida (Madrid Futuro) junto a las principales compañías tras la pandemia.

Este cambio, en apariencia sutil, está moviendo placas tectónicas en Génova. El exiguo equipo económico donde figuraba el mediático economista Daniel Lacalle está en retirada ante las competencias asumidas por nuevas caras internas como Juan Bravo, exconsejero de Hacienda de la Junta de Andalucía, que aunque no parece llamado a ministrable ha ejecutado el marrón del cambio de ciclo en el PP y es una pieza destacada dentro del equipo económico de Feijóo. Sin embargo, los papeles importantes van a pasar por las manos de Vázquez, identificado ya como el jefe de gabinete en la sombra para los asuntos de economía y empresa.

Tras casi dos décadas como consejero delegado de Inditex, el madrileño Pablo Isla es un gallego de adopción

El otro Pablo que gravita en torno a Feijóo tiene también raíces gallegas. Tras casi dos décadas como consejero delegado de Inditex, el madrileño Pablo Isla es un gallego de adopción. Sus carreras profesionales han corrido paralelas en el tiempo y en la región, uno con sede en Santiago de Compostela y el otro en A Coruña. Durante este tiempo, el político (61 años) y el ejecutivo (59 años) han trabado cierta relación de complicidad y confianza, sin imaginar que su futuro fuera de Galicia podría volver a cruzarlos en el camino, esta vez en Madrid: uno como aspirante a presidente del Gobierno y el otro como potencial candidato para regresar al Ibex.

La brillante trayectoria como consejero delegado y presidente de Inditex, a la sombra del fundador Amancio Ortega, ha diluido la vocación política de Isla, que fue número uno de su promoción para abogado del Estado y que con la llegada del PP de Aznar ocupó el cargo de director general de Patrimonio del Estado, sacrificando su incipiente y prometedora carrera en Banco Popular. En la segunda legislatura, recaló en la semipública Altadis, donde estuvo cinco ejercicios tras reemplazar a César Alierta, uno de sus mentores, que había saltado a Telefónica para sofocar los incendios provocados por Juan Villalonga en la operadora.

La relación de Isla con Alierta fue tan estrecha que ya en 2002, cuando todavía estaba al frente de la antigua Tabacalera, entró como consejero independiente de Telefónica, un puesto que luego detentó durante la friolera de 15 años, la mayoría de ellos compaginando el cargo con su nueva vida como primer ejecutivo del gigante textil desde 2005. Puede decirse que su carrera en la operadora duró casi tanto como la de su padrino corporativo, hasta que fue relevado por José María Álvarez-Pallete. Y paradojas de la vida, años después, ya fuera de Arteixo, el entorno de Feijóo fantasea con su nombre para regresar al cuartel general de la 'telco' en caso de ganar las generales.

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Cualquier sillón del Ibex tendría poco upside para alguien que está construyéndose un perfil internacional (Nestlé y Bertelsmann), pero la derivada política de Telefónica es diferente. Ese ángulo y su relación cordial con Feijóo, cuya mujer, Eva Cárdenas, trabajó durante 15 años como directiva de Zara Home, pueden servir para persuadirle como un eventual sustituto de Pallete. Siempre en caso de que el gallego decida hacer caso a la entourage corporativa afín al PP, que ha interpretado ciertas decisiones de la operadora como un guiño al aparato sanchista. Y antes que pagar favores no solicitados a 'trepas' del madrileñeo empresarial, el líder del PP prefiere a un hombre de Estado casi gallego.

Pallete ha mantenido parte de la cuota socialista heredada de Alierta, con caras conocidas como Javier de Paz, Trinidad Jiménez o Fernando Moraleda, tantas como podía haber del PP. Y Miguel Barroso y José Miguel Contreras han articulado un nuevo bloque accionarial en Prisa a costa de la participación de Telefónica, provocando un cambio de control en favor del fondo de inversión Amber Capital. El presidente confía ahora en el oficio de Rosauro Varo para entrar en el PP por la puerta del malagueño Elías Bendodo.

Vázquez e Isla sirven para ganarse a la clase empresarial del país, como también lo haría otro Pablo, el gobernador del Banco de España, Hernández de Cos, cuyo mandato expira a mediados de 2024. Feijóo necesita vender algo más que centrismo para movilizar al electorado corporativo que puede inclinarse por el perfil alfa de Vox. Y si no hay programa (o solo se limita a "que se vaya Sánchez"), que al menos haya un equipo fiable, algo poco obvio, sobre todo si se tiene en cuenta que, en más de un despacho, empieza a considerarse factible la posibilidad de que no haya mayoría de gobierno. Y esa incertidumbre no ayuda a reclutar talento (ni dinero) en los aledaños del Ibex.