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PIB de España: una caída menor de la temida que da pie a la confianza
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Contracción del 0,5%

PIB de España: una caída menor de la temida que da pie a la confianza

Pese a la contracción, la economía española ha vuelto a evitar los peores augurios y confirma una tendencia de menos a más que apuntala las expectativas de recuperación

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La economía española se contrajo en el primer trimestre de 2021 y eso es algo que a estas alturas a pocos debería tomar por sorpresa. Frente a las expectativas de progresiva mejora de la actividad que habían alentado las vacunas en el tramo final del pasado año, el primer cuarto del ejercicio estuvo marcado por una serie de contratiempos (desde el repunte de la incidencia del virus a la borrasca Filomena, pasando por los efectos del Brexit o la subida del petróleo) que acabaron motivando una recaída de la actividad económica en el país en paralelo a lo ocurrido en gran parte de Europa.

Partiendo de esa base, la caída del 0,5% que experimentó la economía nacional puede incluso interpretarse como un buen dato, al quedar lejos del deterioro del 1% en torno al que lo fijaban la mayor parte de las firmas de análisis. Ha sido una constante casi desde los primeros compases de la crisis que los peores augurios resulten sorteados por una economía que, con todo lo sufrido, se ha mostrado más resistente de lo que cabía esperar, dada la magnitud del 'shock'.

En gran medida se puede considerar un hecho que buena parte de las empresas han aprendido a 'convivir' con el virus, encontrando la manera de sostener su actividad sin excesivas distorsiones. Y a poco que las condiciones del virus permiten un alivio de las restricciones, la normalización de las actividades viene acompañada de una mejora de las cifras que permite ser optimista respecto a la capacidad de recuperación una vez que se logre contener la pandemia.

La economía vuelve mostrar su capacidad de mejora en cuanto se alivian las restricciones

Como resalta José Emilio Boscá, catedrático de Análisis Económico en la Universidad de Valencia y colaborador de Fedea, "la economía en el primer trimestre ha ido de menos a más y eso permite ser optimista sobre que, a poco que el ritmo de vacunación permita cierto alivio de las restricciones la recuperación se acelerará en los próximos trimestres".

La confianza empresarial que se trasluce de la mejora de la inversión en maquinaria y bienes de equipo, la resistencia del sector exterior, el ahorro embalsado del que disponen las familias españolas o los planes de inversiones al amparo del programa de recuperación europeo Next Generation aparecen como pilares en torno a los que se pueden afianzar esas favorables expectativas.

En cualquier caso, parece difícil concebir una recuperación sólida de la economía nacional sin un fuerte retorno de la actividad ligada al turismo internacional. En este sentido, los expertos parecen mostrarse cada vez más optimistas, conforme los avances de la vacunación en Europa hacen factible esperar, según observan en Capital Economics, el levantamiento de buena parte de las restricciones antes del final del segundo trimestre. "El tercer trimestre debería ver un mayor progreso, una vez que la reapertura en Europa permite que los turistas regresen en mayor número", consideran en Bloomberg Economics, donde advierten, no obstante, que "cualquier retraso en el programa de vacunación o la aparición de nuevas variantes podría poner en riesgo la recuperación".

La recuperación del turismo en verano resulta esencial para una remontada sólida

Es esta última una perspectiva que conviene no perder de vista. Porque aunque existen buenas razones para confiar en que la recuperación puede estar próxima, España la estaría encarando desde un punto de partida más de un 9% inferior a los niveles prepandémicos y eso supone un agujero enorme del que, por mucho que se confíe en las medidas atenuantes implementadas (que sin duda han resultado efectivas), inevitablemente pueden aflorar vulnerabilidades que lastren la remontada.

No en vano, son cientos de miles los trabajadores que permanecen en ERTE y muchas empresas siguen esperando por unas ayudas directas que, aunque aprobadas, aún no se han hecho efectivas. "La gran incógnita es cuánto van a poder aguantar esas empresas que están al límite y cuántos de esos trabajadores en situación de ERTE no se acabarán viendo afectados por un ERE", apunta Boscá.

Aunque el puerto de la recuperación aparezca ya a la vista y la nave se muestre bien encaminada, no se pueden obviar los boquetes que amenazan su estabilidad pues cualquier imprevisto en el camino podría convertirse en una amenaza muy seria. Cualquier triunfalismo precipitado puede resultar fatal si se olvidan las heridas que aún quedan por restañar para hacer posible una recuperación convincente.

La economía española se contrajo en el primer trimestre de 2021 y eso es algo que a estas alturas a pocos debería tomar por sorpresa. Frente a las expectativas de progresiva mejora de la actividad que habían alentado las vacunas en el tramo final del pasado año, el primer cuarto del ejercicio estuvo marcado por una serie de contratiempos (desde el repunte de la incidencia del virus a la borrasca Filomena, pasando por los efectos del Brexit o la subida del petróleo) que acabaron motivando una recaída de la actividad económica en el país en paralelo a lo ocurrido en gran parte de Europa.

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