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España se la juega en verano: el turismo nacional solo cubre el 40% del extranjero
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43.000 MILLONES EN CUATRO MESES

España se la juega en verano: el turismo nacional solo cubre el 40% del extranjero

La temporada estival es la clave. Entre junio y septiembre, España se juega 43.000 millones, que es lo que ingresó antes de la pandemia por la entrada de turistas extranjeros

Foto: Tumbonas apiladas en una playa de Gran Canaria. (EFE)
Tumbonas apiladas en una playa de Gran Canaria. (EFE)
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¿Puede sustituir el turismo nacional al extranjero? La respuesta es sencilla: no. Un dato lo avala. El 60,2% de los ingresos turísticos totales procede del extranjero. Es decir, de las visitas que hagan los foráneos a España, lo que deja en manos del levantamiento de las restricciones en frontera la recuperación de la actividad económica. No en vano, el turismo, antes de la pandemia, representó nada menos que el 12,4% del PIB. O lo que es lo mismo, un valor monetario equivalente a 154.487 millones de euros, lo que da idea de su importancia, no solo en términos de PIB sino, sobre todo, de empleo. Alrededor de 2,72 millones de trabajadores estaban ocupados en la industria turística antes de la pandemia.

Las cifras proceden de la 'Encuesta satélite de turismo' que elabora Estadística, y reflejan la enorme dependencia de la economía de los progresos en la vacunación. No solo en España, lo que podría acelerar el levantamiento de las restricciones en el interior entre provincias y comunidades autónomas, sino fundamentalmente en las fronteras, que es realmente el campo donde se juega la recuperación de la economía española debido al enorme peso del gasto turístico.

Por el momento, lo que se sabe es que en los dos primeros meses del año, un periodo todavía poco representativo, el gasto de los turistas internacionales cae a un ritmo anual del 92%, hasta los 772 millones de euros, lo que refleja con crudeza la intensidad del desplome. Ahora bien, ese porcentaje se compara con febrero de 2020, cuando todavía los gobiernos no habían impuesto la prohibición de viajar.

Eso quiere decir que a partir de marzo —el estado de alarma entró en vigor el día 14— comenzará a conocerse realmente si hay recuperación del turismo. Pero eso dependerá, como se ha dicho, del levantamiento de las restricciones y de los controles sanitarios en frontera (ya sea tomas de temperatura, pruebas de antígenos o PCR) para viajar a España. También de la eficacia y del buen funcionamiento del llamado pasaporte sanitario.

Países de riesgo

Pero dependerá, en particular, de lo que suceda en los tres principales países emisores de turistas, Reino Unido, Francia y Alemania, que en 2019, antes de la pandemia, representaron el 40,4% del gasto turístico total. O lo que es lo mismo, 37.304 millones de euros vinieron de tres países, lo que muestra la importancia que tiene para la economía española las decisiones que se tomen en Londres, París y Berlín en función de la evolución interna de la pandemia. Las cuarentenas obligatorias durante 10 días, hay que recordarlo, solo afectan hoy a países con escasa incidencia en el turismo nacional, como Brasil, Sudáfrica, Colombia o Perú, al ser considerados de riesgo.

La dependencia del turismo extranjero, en todo caso, es especialmente relevante en Cataluña, Canarias y Baleares, que concentran nada menos que el 57% de los ingresos turísticos internacionales de España, sin contar el gasto de los nacionales. En total, en el conjunto del país, 92.278 millones de euros.

Lo que sucedió el año pasado, como se sabe, es que apenas se alcanzaron los 19.740 millones, lo que significó una pérdida de ingresos equivalente a 72.539 millones, más de la mitad de lo que ingresará este año la Seguridad Social por cotizaciones de los trabajadores.

La dependencia del turismo extranjero es relevante en Cataluña, Canarias y Baleares, que concentran el 57% de los ingresos

Baleares y Canarias, sin embargo, son las regiones más dependientes en cuanto a pernoctaciones de extranjeros (92% y 87%, respectivamente). En tercer término, se sitúa Cataluña (73%). En Madrid, las pernoctaciones hoteleras de extranjeros se situaron en 2019 en el 56%. En el caso de Cataluña, sin embargo, la cercanía con Francia podría suavizar el impacto de las restricciones a los viajes internacionales, sostienen fuentes especializadas. Por zonas turísticas, fuera de los archipiélagos, sobresale la dependencia del turismo extranjero en Barcelona y la costa catalana (hasta el 80%), Costa del Sol (72%), Costa de Guipúzcoa (56%) y Costa Blanca (52%).

La incógnita ahora, por lo tanto, es conocer cuánto se podrá recuperar este año de esa ingente pérdida de recursos turísticos. Los dos primeros meses del año no auguran nada bueno, pero son todavía escasamente representativos. Hay que tener en cuenta que el turismo de sol y playa continúa acaparando la oferta nacional. En solo cuatro meses, junio, julio, agosto y septiembre, España, en concreto, se juega casi 43.000 millones de euros si este año se reprodujeran las pautas de visitas que se producían antes de la aparición del covid-19.

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Llegada de vuelos de Alemania en el aeropuerto de Son San Joan de Mallorca. (EFE)

Lo que se sabe, por el momento, es que la mayor parte de los trabajadores asalariados que hoy están en ERTE (743.628) proceden, según los clasifica la Seguridad Social, de servicios especializados en comidas y bebidas, con 243.595 personas, lo que supone casi el 30% del total de los afiliados en este sector. Los segmentos con mayor porcentaje de trabajadores en suspensión de empleo son, de hecho, agencias de viajes, con el 60,5% de sus afiliados en esta situación; servicios de alojamiento, con un 57% de sus afiliados bajo este instrumento de protección, actividades de juegos de azar (42,67%) y transporte aéreo (42,14%).

Eso explica que incluso en términos de la balanza de pagos, al no haber por el momento alternativas, España se la juega en verano. Antes de la pandemia, las exportaciones de servicios turísticos supusieron nada menos que el 4,7% del PIB, lo que supone el 13% de las exportaciones conjuntas de bienes y servicios. En 2020, sin embargo, la participación de las exportaciones turísticas en el PIB disminuyó hasta el 1,2%.

Es verdad que el desplome de los ingresos turísticos, en términos de balanza de pagos, se compensó parcialmente por la intensa caída que también experimentó el turismo de los españoles en el extranjero. Pero sus efectos, como sostienen fuentes del Banco de España, son muy “parciales y limitados”, toda vez que el gasto turístico realizado por los españoles en el exterior supone apenas el 35% del realizado por los extranjeros en España. Toca mirar a Europa y al ritmo de vacunación.

¿Puede sustituir el turismo nacional al extranjero? La respuesta es sencilla: no. Un dato lo avala. El 60,2% de los ingresos turísticos totales procede del extranjero. Es decir, de las visitas que hagan los foráneos a España, lo que deja en manos del levantamiento de las restricciones en frontera la recuperación de la actividad económica. No en vano, el turismo, antes de la pandemia, representó nada menos que el 12,4% del PIB. O lo que es lo mismo, un valor monetario equivalente a 154.487 millones de euros, lo que da idea de su importancia, no solo en términos de PIB sino, sobre todo, de empleo. Alrededor de 2,72 millones de trabajadores estaban ocupados en la industria turística antes de la pandemia.

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