Es noticia
Mes y medio y 100 personas para validar el mayor plan de inversión de la historia de la UE
  1. Economía
Plan de recuperación

Mes y medio y 100 personas para validar el mayor plan de inversión de la historia de la UE

Un pequeño grupo de técnicos comunitarios tendrá menos de dos meses para revisar miles de páginas de los planes de recuperación de los países europeos

Foto: Tres banderas de la Unión Europea ondean frente al edificio Berlaymont, sede de la Comisión Europea en Bruselas (Bélgica). (EFE)
Tres banderas de la Unión Europea ondean frente al edificio Berlaymont, sede de la Comisión Europea en Bruselas (Bélgica). (EFE)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El reloj está corriendo ya para algunas de las principales economías de la Unión Europea. Francia, Alemania, Italia, España, Portugal y Grecia han entregado sus planes nacionales con los que tener acceso a los más de 800.000 millones de euros del fondo de recuperación. En teoría, en dos meses, la Comisión Europea tendrá que dar su luz verde a las estrategias de los Estados miembros, y después el Consejo tendrá un mes más para aprobarlas. La práctica será distinta: empezando porque los técnicos comunitarios tendrán menos de los dos meses acordados originalmente.

Ahora empieza el trabajo para el Ejecutivo comunitario. Un pequeño equipo de tan solo 100 personas, dirigido por la francesa Céline Gauer, va a ser el encargado de pasar la lupa a todos los planes. Y no van a tener un trabajo sencillo, porque a ellos también habrá quien les tenga bajo su lupa. Cuando se negoció el fondo, los que se oponían, liderados por Mark Rutte, primer ministro de Países Bajos, solamente cedieron bajo la promesa de que la Comisión Europea sería dura y exigente con los planes.

Durante los últimos años, los técnicos comunitarios se han ganado la fama de ser demasiado laxos, de nunca llegar a aplicar las normas y de vivir siempre en los grises. Cada vez que un país incumplía sus objetivos de la senda de consolidación fiscal, la Comisión Europea encontraba alguna forma de librar a las capitales de la multa. Incluso la Italia del derechista Matteo Salvini y los populistas del Movimiento 5 Stelle, uno de los gobiernos más problemáticos de los últimos años, se libró del choque.

Foto: Nadia Calviño. (EFE)

Esa actitud no podía mantenerse si se iba a ejecutar un plan de más de 800.000 millones de euros. La Comisión Europea debería ponerse seria esta vez. Y el Ejecutivo comunitario ha puesto al frente del equipo de análisis de los planes de recuperación a Gauer, una funcionaria europea de nacionalidad francesa con décadas de experiencia en materia de Competencia. Es dura negociando y todos los que la conocen coinciden en calificarla con un adjetivo: exigente. Y eso es lo que quieren los 'frugales', los países más escépticos con el plan, que tienen la posibilidad de armar ruido en el Consejo e incluso activar el llamado 'freno de emergencia' para elevar el asunto en el ámbito de los líderes si ven que un plan no se está cumpliendo.

Durante los últimos meses, Gauer y su equipo han estado siendo muy exigentes con las capitales. El objetivo es minimizar posibles errores y asegurar que todo está en su sitio. Por ejemplo, el Gobierno español y el italiano han mantenido un contacto continuo con el equipo de la Comisión Europea, para asegurarse de que todos los cabos están bien atados. Gauer y los suyos han exigido un altísimo nivel de detalle, hasta el punto de enfadar a algunos ministros de Finanzas. El pasado domingo, el ‘Corriere della Sera’ contó que Mario Draghi, primer ministro, telefoneó a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, indignado con el nivel de exigencia y detalle, y según aseguraron las fuentes del Gobierno al periódico italiano, sus palabras fueron contundentes: “No creo que debamos dar más explicaciones, es suficiente. Hace falta respeto hacia Italia. No se puede pedir todo de inmediato a un país con una economía de rodillas”.

Dos meses recortados

Gauer y los suyos saben que tienen mucha más presión que tiempo y manos para trabajar en los planes. Desde hace semanas, algunos ministros quieren, además, que cuenten con menos tiempo en el calendario. Entre ellos está Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno, que ha pedido que la Comisión Europea utilice menos de los dos meses con los que cuenta para realizar el análisis.

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, se reunió ayer con el nuevo delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández.

El argumento de Calviño y otros ministros es que los técnicos comunitarios han estado siguiendo de cerca el diseño de los planes, y que por lo tanto los conocen perfectamente y no necesitan dos meses completos. Pero fuentes comunitarias explican que necesitan los dos meses. Un Gobierno había enviado un borrador de 50.000 páginas, según señalan las fuentes. Y hay muy pocas manos incluso para revisar que todo lo que se ha hablado en los últimos meses está bien reflejado en los documentos. Las fuentes descartaban esa opción hasta hacía unas semanas.

Pero no han podido elegir. La Comisión Europea tendrá que revisar los planes en menos de dos meses, una pequeña victoria para Calviño y los que pedían pisar el acelerador. De hecho, el equipo de 100 técnicos contará con poco más de un mes. Este jueves, António Costa, primer ministro de Portugal, el país que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo, ha anunciado que convoca a los ministros de Finanzas de la Unión el próximo 18 de junio para aprobar un primer paquete de planes. Eso deja poco tiempo a los técnicos. Y, además, por el momento no se ha ampliado el equipo.

La Comisión Europea se juega mucho, y tiene una ingente cantidad de páginas, miles y miles, en las que encontrar cualquier error

No todo el mundo cree que sea buena idea pisar el acelerador. Empezando por los propios técnicos que conforman el equipo y por muchos analistas que han seguido el proceso de cerca. “No habrá ninguna diferencia económica si la Comisión tarda uno o dos meses en evaluar los planes de los Estados miembros. Pero será, políticamente, enormemente perjudicial si la Comisión no detecta un proyecto realmente estúpido que explote en la cara de todos más tarde. Así que debe primar la diligencia sobre la velocidad”, escribía Lucas Guttenberg, economista del Delors Centre de Berlín.

El alemán da en la clave que preocupa a muchos en la capital comunitaria. Basta con que haya un proyecto que salga mal, o en el que se demuestre que no se han cumplido unos mínimos estándares, para que se manche el prestigio de todo el fondo de recuperación. La Comisión Europea se juega mucho, y tiene una ingente cantidad de páginas, miles y miles, en las que encontrar cualquier error.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este miércoles en el Congreso. (EFE)

La preocupación no es solo por España o Italia, siempre en el foco de los más ortodoxos por ser dos de las cuatro principales economías de la Unión. El plan español es uno de los más completos y robustos, según numerosas fuentes, y el italiano ha generado muy buenas sensaciones. Lo que más preocupa es el este. Ahí la oficina antifraude europea (OLAF) ha descubierto fraudes a gran escala que involucran fondos europeos. El Gobierno húngaro quiere destinar 2.800 millones de euros a la “modernización de las universidades” justo cuando el Ejecutivo de Viktor Orbán, que mantiene un pulso con la Comisión Europea por su deriva autoritaria, ha puesto las universidades bajo el control de sus aliados.

Lo cierto es que por mucho que España, Francia, Alemania e Italia han presionado a la Comisión Europea para pisar el acelerador de sus análisis, el dinero no llegará mucho antes, por eso Guttenberg acierta al asegurar que las diferencias a nivel económico no serán muchas. Porque para que puedan recibir la prefinanciación, todos los Estados miembros tienen que haber ratificado la decisión de recursos propios (DRP) necesaria para que la Comisión pueda acudir a los mercados y endeudarse para financiar el fondo de recuperación. Y todavía quedan ocho países que no han ratificado la decisión, un proceso que el Ejecutivo comunitario espera en todo caso que finalice en junio, para poder emitir en el mes de julio. Algunas fuentes creen que, en cualquier caso, los fondos no empezarían a llegar hasta agosto o septiembre.

Mano dura

Pero Bruselas, entre la espada del calendario y la pared del riesgo de cometer errores, no va a limitarse a aprobar los planes. Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, ha insistido esta semana en una entrevista con el 'Financial Times' en que el Ejecutivo comunitario no dudará en cortar el grifo de los fondos si los Estados miembros no cumplen con los objetivos.

Foto: Foto: EFE.

Porque los desembolsos llegarán únicamente cuando las capitales puedan certificar que han ido cumpliendo una serie de hitos concretos. El único dinero que llegará antes de tener que cumplir objetivos es el 13% de prefinanciación a que tienen derecho los Estados miembros, que es el que se espera este verano o en septiembre. El resto llegará cada seis meses tras certificarse que se han cumplido determinados objetivos muy concretos que las capitales han tenido que reflejar en el plan junto a un calendario también muy detallado.

Los planes entregados son similares en casi todos los casos en los aspectos de inversiones. La Comisión Europea ha puesto una serie de puntos clave que quiere que las capitales aborden. La transición ecológica y la digital son dos de los pilares para el Ejecutivo comunitario. Alemania se volcará especialmente en esos puntos. Las inversiones irán más o menos por la misma dirección. No así las reformas. En este punto, el plan español es uno de los más ambiciosos al abordar tres reformas distintas que siempre han estado en boca de la Comisión Europea a la hora de analizar los fallos en la economía española: la reforma laboral, la del sistema de pensiones y la fiscal. El Gobierno pretende aprobar la primera en 2021 y las otras dos en 2022.

El reloj está corriendo ya para algunas de las principales economías de la Unión Europea. Francia, Alemania, Italia, España, Portugal y Grecia han entregado sus planes nacionales con los que tener acceso a los más de 800.000 millones de euros del fondo de recuperación. En teoría, en dos meses, la Comisión Europea tendrá que dar su luz verde a las estrategias de los Estados miembros, y después el Consejo tendrá un mes más para aprobarlas. La práctica será distinta: empezando porque los técnicos comunitarios tendrán menos de los dos meses acordados originalmente.

Comisión Europea Unión Europea
El redactor recomienda