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La CNMV aguarda la respuesta de Grifols, pero tardará "semanas" en dar su veredicto
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EN PLENA CRISIS BURSÁTIL (-41%)

La CNMV aguarda la respuesta de Grifols, pero tardará "semanas" en dar su veredicto

El supervisor ha pedido a la empresa que aclare los lazos que la unen a uno de sus principales accionistas, Scranton Enterprises, y varias dudas contables suscitadas por el fondo Gotham

Foto: Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV. (Europa Press/Fernando Sánchez)
Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV. (Europa Press/Fernando Sánchez)
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Si los accionistas de Grifols esperan una resolución rápida de la incertidumbre que ha provocado la destrucción de 3.600 millones de euros de su capitalización bursátil, deberán reajustar expectativas. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que espera de forma inminente la información requerida para aclarar la situación contable y de gobernanza corporativa de la multinacional de hemoderivados, tardará "varias semanas" en dar su veredicto.

El plazo para que Grifols remita la documentación expira este miércoles, 15 días después de que el inversor bajista Gotham City Research acusara a la empresa de aprovechar un complejo entramado societario para manipular sus cuentas. Desde entonces, Grifols ha caído un 41% en bolsa.

Tras el requisito de información, la CNMV tiene mucho trabajo por delante. Fuentes del sector al tanto de la situación señalan que "no cuestión de medio año, pero tampoco días", sino que el proceso de análisis "va a llevar varias semanas". El supervisor tiene que evaluar toda la información recibida y compararla con la que la compañía ha venido dando al mercado desde su salida a bolsa, en 2006.

Además, señalan, lo más habitual en este tipo de procesos es que la información inicial sea incompleta o necesite más contexto, por lo que es muy probable que el proceso necesite algún tipo de nuevo requerimiento por parte de la CNMV, ya sea en forma de nueva información o de aclaraciones. Todo ello dilataría los plazos en un momento en que la compañía catalana está bajo el foco del mercado.

Foto: Junta general de accionistas de Grifols. (EFE/Andreu Dalmau)

Desde que Gotham publicó su informe acusador, la compañía catalana ha tratado de capear la tormenta bursátil de dos formas: arrojando algo de luz sobre sus lazos corporativos con Scranton Enterprises, una opaca sociedad holandesa que posee el 8,4% de Grifols y cuenta con accionistas de la familia y personas vinculadas a la farmacéutica, y justificando los razonamientos contables que le permiten consolidar los beneficios generados por dos filiales de Scranton sobre las que tiene una opción de compra. Según la información remitida por Grifols a la CNMV en 2011, en ese ejercicio, la familia y directivos de la empresa controlaban el 70% del capital del holding holandés.

De momento, no ha tenido éxito: las acciones de Grifols recibieron el informe de Gotham a 14,24 euros y ahora cotizan en 8,36 y, aunque Gotham ha deshecho buena parte de su posición bajista tras el primer ataque, otro inversor a corto, Millenium Capital, ha apostado a la baja el 0,66% del capital de la farmacéutica. El plan de Grifols pasaba por dar toda la información posible a la CNMV y encomendarse a que un eventual visto bueno del supervisor contribuyera decisivamente a recuperar la confianza del mercado.

Las opciones de la CNMV

Una vez que la CNMV reciba la información de Grifols, se abre todo un abanico de opciones que, de mejor a peor escenario para la compañía, van desde que todo esté correcto a que se considere que la información transmitida al mercado es materialmente incorrecta. En el medio hay una escala de grises, algunos de los cuales pueden no estar perfectamente definidos en los reglamentos y requerir de una interpretación valorativa por parte del supervisor.

En función de las conclusiones de ese análisis, el supervisor presidido por Rodrigo Buenaventura ejecutará alguna de las medidas incluidas en el siguiente abanico: en el mejor de los casos para Grifols, si todo está correcto, así lo comunicará al mercado; en el peor de los casos, podría obligar a reformular o reexpresar las cuentas de la compañía de hemoderivados.

En medio de los dos extremos, podría obligar a hacer algunas correcciones menores en las cuentas —para enmendar errores que no afectan a la imagen contable general que ha dado la compañía—, a publicar aclaraciones o también a ofrecer un desglose contable de ciertas partidas. Esto último se haría en caso de que, sin detectar una incorrección en una cifra, el supervisor considerase que un desglose de sus componentes o ciertas aclaraciones ayudarían al mercado a comprender y contextualizar mejor ese dato.

Una vez que la CNMV reciba la información de Grifols, se abre todo un abanico de opciones

Todo ello, a su vez, podría derivar en expedientes sancionadores. Uno de los casos más mediáticos de la CNMV a nivel contable fue el de Banco Popular, en que determinó que el banco, ahora en manos de Santander, dio información no veraz al mercado. Esta posible multa está en suspenso por prejudicialidad penal.

Si los accionistas de Grifols esperan una resolución rápida de la incertidumbre que ha provocado la destrucción de 3.600 millones de euros de su capitalización bursátil, deberán reajustar expectativas. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que espera de forma inminente la información requerida para aclarar la situación contable y de gobernanza corporativa de la multinacional de hemoderivados, tardará "varias semanas" en dar su veredicto.

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