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Ómicron y la crisis de suministros frenan la mejora de los resultados del Ibex
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Disminuyen las expectativas

Ómicron y la crisis de suministros frenan la mejora de los resultados del Ibex

Las cotizadas del Ibex han mantenido en los últimos meses una inercia positiva en sus estimaciones de beneficios que se ha visto frenada por las tensiones más recientes

Foto: Vista del interior del Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE/Altea Tejido)
Vista del interior del Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE/Altea Tejido)
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Entre las muchas peculiaridades que ha dejado este 2021 en los mercados financieros cabe enmarcar la capacidad que han ido evidenciando las grandes empresas para lidiar con la sucesión de incertidumbres que han ido enturbiando el panorama económico. Aunque los augurios de un periodo de que el primer tramo de 2021 podía suponer el epílogo de la pandemia y la antesala de un periodo de fuerte prosperidad han ido cayendo en saco roto, las sucesivas campañas de resultados corporativos han apuntalado la confianza de los inversores.

Si las bolsas internacionales muestran hoy, con escasas excepciones, rendimientos en el año superiores a los dos dígitos solo puede explicarse gracias —entre otros factores— a la fuerte mejora que han ido experimentando las estimaciones de ganancias empresariales a lo largo del ejercicio. A día de hoy se calcula que los beneficios por acción del S&P 500 crecerán en 2021 cerca del 50% respecto al ejercicio anterior, en torno al 70% en el EuroStoxx y por encima del 120% en el Ibex 35.

Unas previsiones que han ido mejorando casi sin interrupción a lo largo de todo el año. "Las compañías han sido capaces hasta el momento de sobrellevar todas las adversidades mucho mejor de lo que esperaba el consenso y concatenamos en los últimos trimestres campañas de resultados con índices de sorpresas positivas muy elevadas tanto en unidades monetarias como en porcentaje", observa Patricia García, socia fundadora de Macroyield.

Foto: Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE)

Y esta tendencia se ha mantenido incluso en la segunda mitad de 2021, cuando se han acumulado las tensiones por el fuerte repunte de la inflación y los problemas en las cadenas de suministro y los persistentes rebrotes del coronavirus, que han conducido a una notoria desaceleración del crecimiento económico en los últimos meses. Pero esto no ha evitado que en el último semestre, la previsión del beneficio por acción del Ibex haya aumentado cerca de un 20%. "En la última campaña de resultados, cuando inversores y analistas estaban temiendo que las compañías sufrieran ya la presión de los precios y los problemas en las cadenas de suministros, buena parte de ellas continuaron mostrando capacidad para trasladar esos costes a los consumidores, incrementando incluso sus márgenes", corrobora García.

Es evidente que tras los números generales se esconden realidades muy variadas. Y en el caso del mercado español, la mejora de los resultados acumulados esperados cabe atribuírsela, en gran medida, a unos pocas compañías y sectores con gran relevancia sobre el total. Es el caso de los grandes bancos, acereras como ArcelorMittal o grupos favorecidos por el repunte de los precios energéticos, como Repsol.

Pero ni la favorable tendencia de estas compañías ha impedido que la mejora de las previsiones de resultados de las empresas españolas haya experimentado un frenazo en el último mes, a medida que el surgimiento de la variante ómicron en medio de un brusco repunte de los casos de coronavirus a nivel mundial ha reactivado los temores pandémicos, sumándose al resto de inquietudes en torno a la economía.

En tres semanas, las estimaciones de ingresos se han reducido más de un 1%

Según los registros de Bloomberg, los ingresos estimados para el Ibex a 2019 han descendido algo más de un 1% en las últimas tres semanas, mientras que los beneficios netos ajustados se han reducido por encima del 0,5% desde su pico de finales de noviembre. Se trata, claramente, de movimientos aún de escasa significación, pero que podrían suponer la señal de un cambio de inercia.

"Creo factible que a partir de ahora la tendencia general sea la contraria, y que se comience a revisar a la baja las expectativas de resultados de muchas empresas, especialmente de las más ligadas al ciclo económico y para los dos próximos trimestres, por lo menos", observa Juan José Fernández-Figares, director de Análisis de Link Securities, quien apunta, en cualquier caso, que el limitado seguimiento de las casas de análisis al mercado español "resta credibilidad al consenso salvo en los grandes valores".

Foto: EC.

En efecto, el viraje a la baja de las estimaciones de beneficios en las últimas semanas es especialmente perceptible en compañías inmersas en los negocios más sensibles a los vaivenes del ciclo económico y, especialmente, las más vulnerables al regreso de las restricciones ligadas a la pandemia. Esto se hace evidente en las cifras concernientes a empresas relacionadas con la industria turística como Amadeus, Meliá o Ferrovial, que han experimentado ajustes reseñables en sus estimaciones en el último mes.

Ante esta situación, García reconoce que la situación podría complicarse en las próximas semanas para este tipo de compañías, pero señala que sin dificultades adicionales en el panorama macroeconómico no esperaría recortes especialmente significativos en las estimaciones generales.

Foto: Centro logístico en Toledo. (EFE/Ismael Herrero)

Natalia Aguirre, directora de Análisis y Estrategia en Renta 4, también se muestra dudosa sobre cuál puede ser la evolución de las expectativas de resultados en adelante. En su opinión, las empresas habían logrado hasta ahora capear la preocupación sobre el impacto en márgenes de las crecientes presiones inflacionarias al mostrarse capaces de trasladar los mayores costes de los insumos a los precios de venta. "De cara al futuro, la clave estará en que las empresas sigan teniendo capacidad para trasladar esos mayores costes y no sufran los márgenes, lo que dependerá a su vez de si la demanda se mantiene fuerte y de cuánto se alarguen los cuellos de botella", observa.

Una recuperación lejana

Obviamente, lo que ocurra con las previsiones de resultados no es una cuestión menor, pues estas son la base para determinar lo más o menos atractivo que está el mercado. Actualmente y tras su negativa racha reciente, que ha consumido gran parte de sus ganancias en el año, el Ibex cotiza a un PER (relación entre su precio y las ganancias estimadas) para 2021 ligeramente superior a las 13 veces, cerca de los niveles medios en los que se ha movido en la última década —dejando el anómalo 2020 al margen— y que destaca como uno de los más bajos entre los grandes índices internacionales.

Esta baja valoración se explica, más que por las tensiones económicas más recientes, por la limitada perspectiva de mejora de las ganancias de las empresas del índice en el largo plazo. En este sentido, para la bolsa española resulta especialmente inquietante que, pese a la resiliencia mostrada a lo largo de este ejercicio ante las incertidumbres que han ido surgiendo, el retorno a las cifras habituales antes de la pandemia en variables clave como los ingresos o el ebitda se presenta como un camino de largo plazo, que no se completará, según las previsiones actuales, hasta, al menos 2024.

Entre las muchas peculiaridades que ha dejado este 2021 en los mercados financieros cabe enmarcar la capacidad que han ido evidenciando las grandes empresas para lidiar con la sucesión de incertidumbres que han ido enturbiando el panorama económico. Aunque los augurios de un periodo de que el primer tramo de 2021 podía suponer el epílogo de la pandemia y la antesala de un periodo de fuerte prosperidad han ido cayendo en saco roto, las sucesivas campañas de resultados corporativos han apuntalado la confianza de los inversores.

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