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La OCDE deja a España en el vagón de cola de la recuperación en Europa: crecerá un 4,5%
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Recorta su previsión en 2,3 puntos

La OCDE deja a España en el vagón de cola de la recuperación en Europa: crecerá un 4,5%

El organismo constata la lenta recuperación de la economía española, que crecerá este año casi un punto menos que la media de la eurozona. El PIB precrisis no volverá hasta 2023

Foto: El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann. (EFE)
El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann. (EFE)

La OCDE ha dado este miércoles un gran tijeretazo a sus previsiones de PIB de España: tras el optimismo de la reapertura ha llegado la cruda realidad del otoño. Si hasta ahora pensaba que iba a ser la economía europea con mayor crecimiento en 2021 después del batacazo de 2020, la realidad ha terminado por mostrar que tampoco será este el año de España. Los pobres datos de la recuperación registrados desde el final del estado de alarma han truncado todas las esperanzas y ahora la OCDE apunta a un crecimiento para este año del 4,5%, cifra que es nada menos que 2,3 puntos porcentuales inferior a la que estimaba hace solo tres meses.

Para 2022 se mantienen los recortes: estima un avance del PIB del 5,5% frente al 6,6% que anticipaba en septiembre. Esto significa que el crecimiento perdido en 2021 respecto a las previsiones no se capitaliza en 2022, sino que la recuperación se sigue retrasando. Entre los dos años (2021 y 2022) el recorte de las previsiones alcanza los 3,5 puntos, esto es, casi dos años de crecimiento normal para España.

El recorte de las previsiones se debe a los decepcionantes datos del PIB del segundo y tercer trimestre, lastrados especialmente por el consumo de los hogares, que sigue sin tirar. Después del desplome del 12% sufrido en 2020, para este 2021 la OCDE estima un avance de apenas el 4,4% y de otro 4,5% en 2022. De hecho, cree que el consumo de las familias españolas no habrá recuperado los niveles previos a la pandemia tampoco en 2023, lo que implica una salida muy lenta de la crisis.

Foto: Foto: Reuters/Stephane Mahe.

Tras este recorte de las previsiones de crecimiento, España pasa a ser el país con mejores expectativas de toda la eurozona a ser uno de los peores. Solo cinco países del centro y norte del continente (Alemania, Eslovaquia, Finlandia, Países Bajos y Letonia) crecerán menos que España este año, según sus previsiones. Todos ellos registraron una recesión mucho más leve que la de España, de modo que el efecto de la reapertura también ha sido inferior.

Sin embargo, España compara muy mal con otros países del sur del continente que también sufrieron una fuerte recesión en 2020. Francia, Italia y Grecia crecerán este año por encima del 6%, esto es, en torno a dos puntos más que España. Todos ellos recuperarán en 2022 el nivel de PIB que tenían antes de la pandemia, sin embargo, España no lo logrará hasta 2023. Esto supone un retraso de un año y medio respecto a lo que predijo el Gobierno el pasado mes de septiembre.

Otro de los motivos que explican la rebaja de las previsiones de crecimiento es el ritmo lento de la inversión productiva, lastrada por la falta de ejecución de los fondos europeos. El Gobierno prometió que el plan de recuperación aportaría más de dos puntos al crecimiento ya en 2021, pero la realidad es que la llegada del dinero a la economía real se está retrasando.

La OCDE estima un leve rebote de la inversión en España (medida como formación bruta de capital fijo) del 3,8%, una cifra que contrasta con el avance del 8,4% que esperaba hace solo seis meses. Esto es, la inversión será menos de la mitad de la prevista. Con los dos principales motores económicos gripados, el consumo y la inversión, la recuperación está condenada a decepcionar.

Foto:  El exministro de Hacienda, Cristobal Montoro, durante una entrevista con EC en la redacción. (Sergio Beleña)

La buena noticia para España es que el sector exterior sigue funcionando. La recuperación del turismo fue intensa durante los meses de verano (en septiembre la balanza turística con el exterior dejó un superávit del 70% respecto al que había antes de la pandemia). Las ventas de bienes al exterior también están funcionando. Ambos factores explican que la OCDE anticipe un crecimiento de las exportaciones del 11,7% que se compensa con el aumento del 11,4% de las importaciones. El saldo de ambas permite que el sector exterior vuelva a tener una contribución positiva al PIB.

Uno de los focos de incertidumbre actualmente es la elevada inflación. La OCDE prevé que el año cierre con una subida promedio de los precios del 2,9% (con los datos hasta noviembre la inflación media del año se sitúa en el 2,8%). Sin embargo, es más relevante la previsión que hace para 2022, ya que considera que los precios se mantendrán en niveles elevados, cerrando el año con una subida media del 3,2%.

La inflación permitirá un crecimiento superior del PIB nominal, lo que ayudará a la reducción del déficit público en 2021 y 2022. El organismo estima que este año las administraciones públicas cerrarán con un saldo negativo del 8,1%, tres décimas mejor que las proyecciones del Gobierno. Para 2022, estima que el déficit se reducirá hasta el 5,4% y en 2023 llegará al 4,2% del PIB. Esto es, cuando España salga de la crisis tendrá un déficit casi dos puntos del PIB superior al existente antes de la pandemia. Esta es la herencia de los presupuestos expansivos de las distintas administraciones durante estos años que solo se podrán atajar con medidas contundentes de contención del gasto o incremento de los impuestos.

La OCDE ha dado este miércoles un gran tijeretazo a sus previsiones de PIB de España: tras el optimismo de la reapertura ha llegado la cruda realidad del otoño. Si hasta ahora pensaba que iba a ser la economía europea con mayor crecimiento en 2021 después del batacazo de 2020, la realidad ha terminado por mostrar que tampoco será este el año de España. Los pobres datos de la recuperación registrados desde el final del estado de alarma han truncado todas las esperanzas y ahora la OCDE apunta a un crecimiento para este año del 4,5%, cifra que es nada menos que 2,3 puntos porcentuales inferior a la que estimaba hace solo tres meses.

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