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¿Hundir el euro? Por qué Europa no debe temer por la escalada de su moneda
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¿Hundir el euro? Por qué Europa no debe temer por la escalada de su moneda

El nuevo fondo de recuperación europeo ha dado un impulso adicional a la divisa comunitaria, que acumula un alza superior al 7% en los dos últimos meses

Foto: El símbolo del euro en la sede del Banco Central Europeo, en Fráncfort. (Reuters)
El símbolo del euro en la sede del Banco Central Europeo, en Fráncfort. (Reuters)

Las esperanzas generadas por el nuevo fondo de recuperación para la economía europea han quedado lejos de resultar un acicate poderoso para los mercados de la región. Si ya el martes las bolsas continentales cerraron con avances poco significativos, el retroceso sufrido este miércoles ha acabado por borrar cualquier señal de alegría en los parqués europeos.

En cambio, la mejora que ha experimentado la imagen de Europa ante los inversores internacionales tras el histórico acuerdo parece haber encontrado un reflejo más evidente en la evolución del euro. La divisa europea registraba este miércoles una nueva jornada de fuertes avances que le llevaba a tocar el nivel de los 1,16 dólares por primera vez desde septiembre de 2018. La moneda estira así una sólida remontada que le ha llevado a apreciarse más de un 7% frente al billete verde en poco más de dos meses.

Y son varias las firmas que se han atrevido a pronosticar que, tras la aprobación del fondo, la moneda europea podría estirar su escalada, a niveles de 1,20 o hasta 1,30, que supondría regresar a niveles de 2014, antes de que el BCE iniciara sus programas masivos de compra de deuda. Como explican varias firmas, el euro se ha visto afectado en los últimos tiempos por una especie de prima de riesgo frente al dólar, motivada por las complejidades políticas, económicas y fiscales de la región, que habrían desincentivado el apetito de los inversores extranjeros por los activos europeos.

Foto: Pantallas de cotización en el interio de la Bolsa de Madrid. (EFE)

Pero esta situación podría estar cambiando ahora, con la señal que traslada el nuevo acuerdo de los líderes europeos. "El acuerdo representa una señal muy fuerte de compromiso con el proyecto de integración europeo y un precedente importante en el avance hacia una unión fiscal", considera Adrià Morron, economista senior en CaixaBank Research.

"El mensaje global es que finalmente Europa podría estar poniendo su casa en orden, lo que lleva a exigir una prima de riesgo menor para poseer exposición cambiaria al euro", defienden Peter van der Welle y Jeroen Blokland, expertos en multiactivos de Robeco, quienes añaden la sensación de que Europa está gestionando mejor la salida de la crisis del coronavirus y la expectativa de que Estados Unidos registre unos déficits mucho más elevados en los próximos años como factores que pueden jugar a favor de una revalorización del euro.

Se trata por lo tanto, de una apreciación de la moneda europea que estaría conducida por un incremento de la confianza en la región. Pero tras años en que el Banco Central Europeo (BCE) ha parecido buscar -de forma nunca admitida- el debilitamiento del euro como una palanca esencial para estimular la economía de la región, el cambio de rumbo de la moneda podría llegar a entenderse como un fenómeno peligroso.

placeholder Cotización del euro, en dólares, en el último año.
Cotización del euro, en dólares, en el último año.

En un escenario caracterizado por la persistente debilidad de la inflación, la devaluación -directa o indirecta- de las monedas se ha mostrado durante años como una de las palancas más socorridas por parte de los bancos centrales para favorecer un impulso de los precios (al encarecer las exportaciones) y mejorar la competitividad exterior de sus economías. Y no parece que perder ese estímulo justo en un momento en que las economías tratan de recuperar tracción tras el shock del covid-19 sea la mejor de las noticias.

Sin embargo, Morron considera que es necesario distinguir entre apreciaciones de la moneda según su origen. "Estamos hablando de una apreciación modesta -el euro aún cotiza más de un 20% por debajo de sus máximos de la última década-, que refleja una visión más positiva de la capacidad de gestión de la UE. Es una apreciación buena, que no debería preocupar al BCE", considera el experto de CaixaBank Research, quien subraya que, precisamente, esa mejor visión sobre las perspectivas de la región ya debe llevar aparejada una mejora de las expectativas de inflación.

A priori, los datos parecen darle la razón en este sentido. Lejos de reflejar cualquier inquietud por la situación del euro, las apuestas del mercado sobre la inflación a largo plazo en la eurozona siguen mostrando en los últimos días la misma tendencia alcista en que se mueven desde hace varias semanas y que las ha llevado a sus niveles más elevados desde inicios del pasado marzo.

Los expertos creen que la moneda europea puede alcanzar niveles de 1,30 dólares sólo si se corrige la sobrecompra que muestra el dólar

Rui da Mota Guedes, consultor en el área de Análisis Económico y de Mercados de Afi, coincide en que el repunte experimentado por el euro se encuentra aún lejos de niveles que deban poner en alerta al BCE. "Mientras no supere claramente niveles de 1,30 no debería ser un factor de preocupación", afirma. Los expertos cifran en torno a esa cota el punto de equilibrio entre ambas monedas que justifican los fundamentales de ambas economías.

En cambio, Antonio Zamora, socio fundador de Macroyield sí ve una opción de que el movimiento acabe generando algunas inquietudes en el banco central si se acaba produciendo de manera brusca. En ese caso, no obstante, el margen de actuación de la institución que preside Christine Lagarde sería muy limitado. "Con una política ultraexpansiva ya en marcha y una clara resistencia a seguir profundizando en los tipos de interés negativos, el margen de actuación adicional es limitado, más allá de la prolongación en el tiempo de las compras de activos", observa.

En cualquier caso, la mesura con la que el mercado parece mirar el actual repunte del euro, en contraste con episodios anteriores de volatilidad en la moneda europea, también está relacionado con un enfoque diferente en la ruta de salida de la crisis. Si en los últimos años Europa había basado todas sus esperanzas en las actuaciones del BCE y su empuje al comercio exterior, mientras mantenía, en términos generales, una política de rígida contención fiscal, la actual respuesta a la crisis muestra un sesgo muy diferente, con una mayor disposición al estímulo fiscal, del que el nuevo fondo de recuperación representa una pieza fundamental.

Foto: El primer ministro de Grecia, el presidente de España, el primer ministro de Portugal, el presidente rumano y la canciller de Alemania en el Consejo Europeo. (EFE)

"Es indudable que a Europa le interesa tener esa fortaleza exterior apoyando la economía, pero en el corto plazo va a ser muy importante el consumo interno. Y precisamente, este fondo es una muestra de lo que se está intentando en estimular e incentivar esa inversión y consumo interior", explica Da Mota.

Y en la misma línea, Morron defiende que, tras un golpe global como el que ha supuesto la crisis del coronavirus, no son válidas fórmulas de salida de la crisis basadas en la lucha soterrada de divisas, que en gran medida representa una forma de exportar deflación hacia otras regiones. Si ese tipo de soluciones han podido ser asumibles en momentos en que las economías de países como Estados Unidos o China han mostrado una solidez muy superior, el escenario actual no parece el más propicio. "Estamos ante un shock global y de aquí no se sale exportando hacia el exterior, porque los demás están sufriendo lo mismo. La manera de salir bien del escenario actual es de una manera coordinada", sugiere el economista.

Un aliciente para las bolsas

Y si la revalorización del euro no se muestra aún como preocupante para la economía regional, tampoco para los mercados financieros europeos. Más bien todo lo contrario. Un informe de Banco Santander fechado a inicios de junio resaltaba que en una primera fase, tras la creación de la moneda común, la correlación entre el euro y las bolsas europeas fue negativa, ya que se ponía en valor el perjuicio que un euro más fuerte suponía para las exportaciones de las empresas continentales, así como el efecto negativo que tenía en la traslación a euros de sus ganancias en el exterior.

Sin embargo, desde 2004 esa correlación habría tornado positiva, conforme el cambio euro/dólar ha sido utilizado como un referente de la fortaleza relativa entre Europa y Estados Unidos. Esto ha supuesto que en los últimos años, la debilidad del euro no haya evitado un mucho mejor comportamiento de Wall Street.

"Paradójicamente, aunque es lógico pensar en que la fortaleza del euro es negativa, porque resta competitividad a sus empresas, para las bolsas europeas son muy importantes los flujos de entradas de inversores de Estados Unidos y Asia, que han estado muy retraídos en los últimos años, por las dudas sobre la región, pero también por la depreciación de la divisa. En este sentido, la revalorización del euro puede ser un incentivo para que estos inversores vuelvan a invertir en Europa", explica Roberto Scholtes, director de Estrategia de UBS en España. La firma suiza pronostica que la moneda europea podría continuar su escalada este año hasta los 1,17 dólares y hasta 1,19 en 2021.

La apreciación del euro puede representar un incentivo más para el interés de los inversores internacionales en las bolsas europeas

Así, un euro al alza se presenta como un apoyo más a las crecientes apuestas que las bolsas europeas lo pueden hacer mejor que Wall Street en los próximos meses, en un entorno de mayor confianza sobre la región. Sobre esta cuestión, no obstante, Scholtes expresa sus dudas, pues por mucho que ayude el euro existen factores de fondo que justifican la mayor fortaleza a largo plazo del mercado estadounidense.

"Se puede jugar tácticamente a un mejor desempeño temporal de las bolsas europeas en un contexto de recuperación económica con tirón de los sectores cíclicos. Pero a largo plazo lo normal es que se quede rezagada, tanto por una cuestión de potencial de crecimiento de las economías como, sobre todo, por composición sectorial de las bolsas, con una mayor presencia en Estados Unidos de sectores tecnológicos y sanitarios, que tienen mejores perspectivas de crecimiento", advierte el experto de UBS.

Las esperanzas generadas por el nuevo fondo de recuperación para la economía europea han quedado lejos de resultar un acicate poderoso para los mercados de la región. Si ya el martes las bolsas continentales cerraron con avances poco significativos, el retroceso sufrido este miércoles ha acabado por borrar cualquier señal de alegría en los parqués europeos.

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