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Avefrías en agosto y golondrinas en diciembre: ¿por qué dejan de migrar las aves?
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Avefrías en agosto y golondrinas en diciembre: ¿por qué dejan de migrar las aves?

La crisis climática está alterando las pautas de comportamiento de las especies en todo el planeta. Uno de los grupos que muestran mayores cambios es el de las aves migratorias

Foto: El cambio climático está alterando la conducta migratoria de las aves. (Reuters/Baz Ratner)
El cambio climático está alterando la conducta migratoria de las aves. (Reuters/Baz Ratner)

Los noticiarios ornitológicos de nuestro país recogen cada vez más avistamientos de aves silvestres fuera de temporada: especies estivales en invierno y aves invernantes en verano. Ya ha dejado de ser insólito observar a las golondrinas sobrevolando las choperas amarillas en otoño, o a los bandos de avefrías, cuya presencia señalaba hasta hace poco la llegada del crudo invierno, picoteando los rastrojos en pleno mes de agosto. Nada es ya como antes en la migración de las aves.

Foto: Un zorzal charlo alimentando a sus crías en el nido. (iStock)

Un nuevo estudio elaborado por la organización conservacionista SEO/Birdlife confirma que las especies migratorias están alterando sus fechas de llegada y partida a la península Ibérica en respuesta al cambio climático. Según los datos registrados por los programas de ciencia ciudadana que impulsa esta organización, en los que miles de voluntarios comparten sus observaciones y notas de campo para sumar conocimiento, cada vez son más los pájaros viajeros que están cambiando su fenología para intentar adaptarse a las consecuencias del aumento de las temperaturas.

placeholder Bando de aves migratorias. (EFE/W. Jargilo)
Bando de aves migratorias. (EFE/W. Jargilo)

Una adaptación necesaria y de la que puede depender el futuro de buena parte de las especies de la avifauna ibérica, tal y como explica el biólogo Blas Molina, coordinador del programa Aves y Clima, de SEO/BirdLife: “Por ejemplo, iniciar tarde la fase de reproducción puede provocar que la cría de los polluelos no coincida con la presencia de alimento, lo que reducirá su probabilidad de supervivencia”.

Adaptarse al cambio

Para este nuevo estudio se han analizado los datos aportados por casi 37.000 observaciones de 18 especies diferentes entre 1980 y 2022, y en la mayoría de los casos se han producido cambios significativos en las fechas de migración. Así, especies como el águila calzada, el milano negro, el abejaruco común, el avión común y el alcaudón común están llegando entre siete y 10 días más pronto que hace cuatro décadas.

placeholder Pareja de alcaudones comunes. (EFE/Beldad)
Pareja de alcaudones comunes. (EFE/Beldad)

La grulla común llega dos semanas antes, la golondrina se adelanta más de 15 días y la cigüeña blanca arriba a nuestros campos con más de un mes de antelación. Respecto a esta última especie, los ornitólogos están comprobando que cada vez son más las que se quedan todo el año en la Península y deciden no migrar. Pero no solo ellas.

La información recopilada demuestra que también están dejando de migrar muchas otras de las especies consideradas tradicionalmente estivales, como la abubilla, cuya presencia en campos, parques y jardines se extiende ya durante todo el año en buena parte de nuestra geografía. Y lo mismo ocurre con algunos pájaros invernantes que prefieren quedarse en el norte de Europa y están dejando de bajar a la Península en otoño, como petirrojos, currucas y estorninos.

Los cambios en la migración de las aves son un testimonio más del avance del calentamiento global en todo el planeta

La golondrina común es la especie con más registros recopilados por SEO/BirdLife. Considerada uno de los pájaros más viajeros de la fauna ibérica, su llegada venía siendo un indicador clásico de la arribada de la primavera, pero eso también está cambiando. En Sevilla y Huelva empiezan a verse en enero, mientras que en algunas zonas del mediterráneo aún se pueden observar golondrinas hasta bien entrado octubre.

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La golondrina se está afincando en la Península todo el año. (EFE/SEO Birdlife)

Pero más allá de eso, desde hace un par de años, un equipo internacional de ornitólogos está estudiando a las golondrinas de Extremadura, que han decidido dejar de migrar y quedarse a pasar las Navidades a orillas del Guadiana, donde los inviernos son cada vez más calurosos e invitan a quedarse en lugar de emprender la travesía del desierto (literal) para llegar al África subsahariana.

Foto: Petirrojo europeo. Foto: SEO/Birdlife

Para SEO/BirdLife, estos cambios en la fenología de las aves silvestres las convierte en bioindicadores, testimonios vivos de un cambio climático que está impactando de manera generalizada en todos los ecosistemas y todas las especies del planeta. Un proceso que va a más y que en el caso de los pájaros se estaría convirtiendo en un selector natural al que se tienen que adaptar y que amenaza con alterar los patrones de presencia y distribución de las aves conocidos hasta ahora.

El programa Aves y Clima llevado a cabo por esta organización lleva más de 15 años estudiando la respuesta de las aves al calentamiento global. Todos podemos contribuir aportando nuestras observaciones, desde casa o en nuestras salidas al campo.

Los noticiarios ornitológicos de nuestro país recogen cada vez más avistamientos de aves silvestres fuera de temporada: especies estivales en invierno y aves invernantes en verano. Ya ha dejado de ser insólito observar a las golondrinas sobrevolando las choperas amarillas en otoño, o a los bandos de avefrías, cuya presencia señalaba hasta hace poco la llegada del crudo invierno, picoteando los rastrojos en pleno mes de agosto. Nada es ya como antes en la migración de las aves.

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