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¿Funcionó Madrid Central? Así afectaron las restricciones de tráfico a la contaminación
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No se produjo 'efecto frontera'

¿Funcionó Madrid Central? Así afectaron las restricciones de tráfico a la contaminación

Un estudio realizado por investigadores españoles asegura que los niveles de NO2 en la capital se redujeron hasta alcanzar los criterios exigidos por la Unión Europea

Foto: Foto: Jesús Hellín.
Foto: Jesús Hellín.

El 30 de noviembre de 2018 entró en vigor Madrid Central, el proyecto estrella de Manuela Carmena para reducir los alarmantes niveles de contaminación en la capital. Más de dos años después —y un relevo en el Ayuntamiento de por medio— todavía se discute si la medida fue eficaz o si, por el contrario, trasladó las partículas nocivas del centro a los barrios periféricos. Un grupo de científicos españoles y portugueses cree tener la respuesta.

Rafael Salas, de la Universidad Complutense de Madrid; María José Pérez y Juan Prieto, de la Universidad de Oviedo; y Ana Russo, de la Universidad de Lisboa, son los autores de un estudio, que acaba de publicarse en la revista 'Transportation Research', sobre las consecuencias de establecer una zona de bajas emisiones (ZBE) en la ciudad más habitada de España. La conclusión a la que han llegado es clara: la introducción de Madrid Central consiguió reducir las concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2), uno de los principales contaminantes de las grandes urbes y, precisamente, el que tomó como referencia el Consistorio madrileño.

Los investigadores consideran que el efecto fue suficiente para situar los niveles medios anuales de contaminación por debajo de los exigidos por la Unión Europea (40 μg/m3 al año), criterio que Madrid no cumplía desde 2010 y que llevó a Bruselas a presentar una denuncia contra España. Desde que se impuso Madrid Central, los niveles medios anuales de NO2 se redujeron en 11 µg/m3 en Plaza del Carmen, donde se sitúa la única estación medidora dentro de la zona restringida. Por poner en contexto, se trata de una cifra parecida a la de un día festivo. Estos resultados coinciden con los de Ecologistas en Acción, que cifra en un 36% la reducción de la contaminación en 2019, pese a que las condiciones meteorológicas no fueron las más favorables.

placeholder Mapa de Madrid Central. (EC)
Mapa de Madrid Central. (EC)

No sólo eso, sino que tampoco se produjo el llamado 'efecto frontera', que consiste en transferir la contaminación a los barrios limítrofes respecto a la zona de bajas emisiones. Cuatro estaciones de medición de la calidad del aire colindantes —Plaza de España, Escuelas Aguirre, Méndez Alvaro y Parque del Retiro— presentaron reducciones significativas, aunque menores, en los niveles de NO2: concretamente, de 1,8 μg/m3 como promedio.

La razón hay que buscarla en un "efecto colateral positivo", pues los ciudadanos de Madrid están cambiando sus hábitos de transporte. "El uso del metro ha seguido una tendencia creciente que continuó durante el período en que se aplicó Madrid Central, a pesar de algunos importantes trabajos de mantenimiento que se realizaron en la línea 5 (que representa más del 10% del total viajes de la red de Metro) y la estación de Gran Vía, que está cerrada desde agosto de 2018", apunta el trabajo. "Por el contrario, en el caso de los autobuses no observamos una tendencia creciente a largo plazo, más allá de las variaciones estacionales", añade.

El futuro incierto de Madrid Central

Una de las principales promesas del actual alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, era acabar con Madrid Central. Ya en el Palacio de Cibeles, sus primeros intentos se toparon con los tribunales, que suspendieron la moratoria de las sanciones a los conductores cuyos coches no tuvieran permitido acceder a la ZBE, argumentando que "la existencia de deficiencias en el sistema de multas debe ceder ante la protección a la salud y al medio ambiente".

La respuesta del alcalde fue presentar su propio plan anticontaminación para reemplazar a Madrid Central. Así nació Madrid 360, que en buena parte respeta el contenido del que aprobó la anterior administración, pero incluye algunas variaciones. Así por ejemplo, los propietarios de vehículos con etiquetas B, ECO y Cero se rigen por las mismas normas que antes, pero ahora se permite la entrada de vehículos con etiqueta C al centro de Madrid siempre que transporten, al menos, a dos pasajeros.

Si el Tribunal Supremo ratifica la anulación de Madrid Central, las multas impuestas decaerán

A día de hoy, el futuro de Madrid Central continúa en manos de los jueces. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) reiteró el pasado 5 de febrero la anulación de Madrid Central —cuestión sobre la que dictó tres sentencias en 2020— por un defecto de forma al no respetar el proceso de información pública y memoria económica. Ecologistas en Acción recurrió en casación esos fallos ante el Tribunal Supremo (TS), pero en el caso de que las sentencias dictadas sean firmes, todas las multas impuestas decaerán. Fuentes del área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento indicaron a Efe que todavía siguen pendientes de resolución otros dos recursos, presentados por Automovilistas Europeos Asociados (AEA) y Pyramid Consulting.

El 30 de noviembre de 2018 entró en vigor Madrid Central, el proyecto estrella de Manuela Carmena para reducir los alarmantes niveles de contaminación en la capital. Más de dos años después —y un relevo en el Ayuntamiento de por medio— todavía se discute si la medida fue eficaz o si, por el contrario, trasladó las partículas nocivas del centro a los barrios periféricos. Un grupo de científicos españoles y portugueses cree tener la respuesta.

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