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"A las nutrias que les den": Cataluña reduce a mínimos el caudal ecológico de los ríos
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"A las nutrias que les den": Cataluña reduce a mínimos el caudal ecológico de los ríos

El gobierno de la Generalitat quebranta sus compromisos medioambientales y se dispone a vaciar todavía más los cauces fluviales, lo que causará daños irreversibles a la naturaleza y provocará una alta pérdida de biodiversidad

Foto: La conservación de los caudales ecológicos es fundamental para mantener unos ríos con vida. (EFE/P. Puente)
La conservación de los caudales ecológicos es fundamental para mantener unos ríos con vida. (EFE/P. Puente)

El agua es la sangre de la naturaleza, y los ríos sus venas y arterias. Sin agua que corra por ellos los ecosistemas de ribera colapsan, la vida acuática desaparece y los paisajes fluviales se derrumban. Por eso, a la hora de planificar la captación de agua de los ríos, es necesario establecer la cantidad que debemos dejar en ellos. La parte necesaria para el sustento de la biodiversidad que albergan: lo que llamamos caudal ecológico, es decir, la parte de la naturaleza.

La Ley de Aguas señala que los caudales ecológicos o demandas ambientales de los ríos, basados en criterios científicos, no tendrán carácter de uso, sino que deberán considerarse como una limitación a todo sistema de explotación y/o extracción. Eso significa que los caudales ecológicos tienen que fijarse previamente y antes de atender a cualquier otro tipo de requerimiento. Para ello, la normativa establece que las autoridades del agua de cada demarcación serán las responsables de realizar los estudios específicos para fijar el régimen de caudales ecológicos que deberá aplicarse a cada río y que prevalecerá sobre cualquier tipo de uso.

El organismo responsable de la planificación y la gestión del agua en Cataluña es la Agencia Catalana del Agua (ACA). Dependiente del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat, que tiene todas las competencias en medio ambiente, entre sus funciones está la de "proteger y conservar la calidad ambiental de las masas de agua y sus ecosistemas asociados".

Foto: La crisis climática esta afectando a los ríos. (EFE)

Atendiendo a ese compromiso medioambiental, y cumpliendo con lo que establecen dos de las principales normativas europeas, la Directiva Marco del Agua y la Directiva Hábitats, la ACA elaboró en noviembre de 2005 el Plan Sectorial de Caudales de Mantenimiento (PSCM). En dicho plan se fijaron "los caudales que deben respetarse en los ríos para garantizar un buen estado de los ecosistemas", aunque solo atañe a los ríos de las cuencas internas de Cataluña, para los que tiene plenas competencias.

Preservar la biodiversidad

Los volúmenes establecidos en el PSCM fueron de 5.500 litros por segundo (l/s) para el Ter, 4.300 l/s para el Llobregat y 1.200 l/s para el río Muga, que discurre por la provincia de Girona. Ahora bien, la propia ACA puntualiza que ese régimen de caudales ecológicos o ambientales podrá modificarse "cuando se declare formalmente una situación de sequía que dé lugar a la activación del Plan Especial de actuación en situación de alerta y eventual Sequía (PES)", como así ha ocurrido.

Hasta aquí todo parece ajustarse al doble objetivo de garantizar la disponibilidad de agua para los diferentes usos y preservar los ecosistemas acuáticos. Está claro que ante una situación de emergencia por sequía cabe la posibilidad de reajustar los caudales ecológicos para garantizar las demandas básicas del acceso al agua. Pero lo que resulta más difícil de justificar es que, en un momento en el que los hábitats fluviales también están sufriendo un estrés hídrico sin precedentes, con una alta mortandad de fauna y flora y un grave deterioro del conjunto de los ecosistemas, la Generalitat los haya reducido en más de un 90%.

placeholder El río Muga a su paso por Peralada, Girona: ¿y el caudal ecológico? (EFE/David Borrat)
El río Muga a su paso por Peralada, Girona: ¿y el caudal ecológico? (EFE/David Borrat)

Así, y como resultado de la activación del PES, el caudal ecológico de los ríos que forman parte de la Demarcación Hidrográfica Cuencas Internas de Cataluña, va a ser reducido de manera drástica, dejándolo en 600 l/s en el caso del Ter, 250 l/s en del Llobregat y en apenas 40 l/s para el Muga. El govern justifica esta decisión en la necesidad de retener más agua en los embalses y alargar así su lenta agonía. Según la información aportada por el propio consejero de Acción Climática, David Mascoert, se alargarán en 136 días las reservas de los embalses del Ter y el Llobregat y en 240 días las del pantano de Boadella, en el río Muga.

Ante esta situación, la federación Ecologistas de Cataluña (EdC), que agrupa a una veintena de entidades repartidas por todo el territorio catalán, ha denunciado a la ACA ante la Fiscalía de Medio Ambiente por un presunto delito medioambiental. Los ecologistas reprochan que la Generalitat no haya aportado ningún informe de evaluación sobre el impacto ambiental que ocasionará esta reducción de los caudales de mantenimiento, ni ningún estudio científico que justifique un recorte tan brutal.

En una nota de prensa conjunta, los ecologistas catalanes denuncian que la Generalitat quiere "dejar a los ríos sin agua dejándolos sin vida" y la menta que se trate de una decisión tomada de manera unilateral y a la desesperada, que va a poner en riesgo numerosos espacios naturales protegidos, algunos de los cuales forman parte de la Red Natura 2000 de la UE, y que supone de facto una amenaza directa para medio centenar de especies protegidas y en peligro de extinción.

Foto: Vista del pantano de la Baells (Barcelona). (EFE/Siu Wu) Opinión
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Como sostiene uno de sus miembros en conversación con El Confidencial, "a nadie puede sorprender que para unos responsables políticos que se están viendo totalmente superados por una situación que se veía venir, la suerte que pueda correr la flora y la fauna de nuestros ríos y unas especies que ha costado tanto recuperar, les traiga sin cuidado". Para este amante de la naturaleza estamos ante un claro ejemplo de dejación de funciones, ya que "ellos como gobernantes deberían ser los primeros en defender los derechos de nuestros ríos, en cambio, ¿los patos, los bosques de ribera, las truchas, las nutrias? ¡Que le den a las nutrias!".

La ACA responde que la medida no se va a tomar de manera inmediata ni el recorte se aplicará de un día para otro. Además, afirma que desembalsará agua dos veces por semana para mantener la vida fluvial. En opinión de los ecologistas, estas actuaciones, llamadas hidropuntas, solo complicarán más la situación, pues se ha demostrado sus efectos negativos en los ecosistemas fluviales por lo que no servirán para nada, "tan solo para arrastrar hasta la desembocadura a todos los seres vivos que mueran por falta de caudal ecológico".

La amenaza a los ríos catalanes ha provocado la reacción de las organizaciones ecologistas de todo el Estado. Juan Carlos del Olmo es el Secretario General de WWF España. Preguntado al respecto opina que "reducir de forma tan severa los caudales ecológicos de los ríos es la peor medida que se puede tomar, una barbaridad. En los momentos en los que hace falta más agua en los cauces naturales, reducir los caudales ecológicos va en contra de la conservación de sus funciones y la protección de su biodiversidad". Además, cree que "se trata de una medida totalmente inútil que no ayudará en nada a superar un problema que tiene su verdadera raíz en la mala gestión del agua y que solo va a servir a las autoridades para justificarse ante la ciudadanía, dando a entender que no dejan ‘escapar’ el agua de los ríos".

placeholder El agua es esencial para los servicios que nos presta la naturaleza. (Jose Luis Gallego)
El agua es esencial para los servicios que nos presta la naturaleza. (Jose Luis Gallego)

Muy al contrario de lo que acaba de decidir el gobierno catalán, "desde WWF —comenta Del Olmo en conversación con El Confidencial—llevamos años exigiendo que se establezcan unos caudales ecológicos acordes a las necesidades de nuestros ecosistemas frente a unas sequías que cada vez van a ser más severas y persistentes por culpa del cambio climático. Pero no hay manera. Los caudales de mantenimiento que tenemos ahora son ridículos y ni siquiera cumplen su función ecológica. Son tan solo una distracción administrativa, reducirlos más es un despropósito de enorme gravedad".

En todo caso, lo que parece fuera de toda duda es que la mejor manera de gestionar una sequía pluviométrica e hidrológica no es agravando la sequía de los ríos. Como coinciden en destacar los científicos que siguen la evolución del cambio climático, la naturaleza es nuestra mejor aliada para combatirlo, por lo que al debilitarla estamos fortaleciéndolo y agravando sus consecuencias, además de renunciar a los valiosos servicios ecosistémicos que nos presta.

El agua es la sangre de la naturaleza, y los ríos sus venas y arterias. Sin agua que corra por ellos los ecosistemas de ribera colapsan, la vida acuática desaparece y los paisajes fluviales se derrumban. Por eso, a la hora de planificar la captación de agua de los ríos, es necesario establecer la cantidad que debemos dejar en ellos. La parte necesaria para el sustento de la biodiversidad que albergan: lo que llamamos caudal ecológico, es decir, la parte de la naturaleza.

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