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Los bufetes nacionales hacen piña contra las firmas anglosajonas: "El dinero no lo es todo"
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Coloquio en la Universidad de Deusto

Los bufetes nacionales hacen piña contra las firmas anglosajonas: "El dinero no lo es todo"

Los líderes Garrigues, Cuatrecasas, Uría y GA_P defienden que los despachos españoles son las mejores estructuras en las que desarrollar el talento de los futuros abogados y critican el modelo "despiadado" de algunas firmas americanas

Foto: De izquierda a derecha, Javier Fontcuberta (Cuatrecasas), Fernando Vives (Garrigues), Gema Tomás (Universidad de Deusto), Salvador Sánchez-Terán (Uría Menéndez) e Íñigo Erlaiz (Gómez-Acebo & Pombo). (Cedida)
De izquierda a derecha, Javier Fontcuberta (Cuatrecasas), Fernando Vives (Garrigues), Gema Tomás (Universidad de Deusto), Salvador Sánchez-Terán (Uría Menéndez) e Íñigo Erlaiz (Gómez-Acebo & Pombo). (Cedida)
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Como a nivel político, social o futbolístico, el sector legal también libra sus propias batallas culturales. Una de ellas —quizá de las más interesantes, por las múltiples aristas que alberga— es la que confronta a despachos nacionales e internacionales, fundamentalmente anglosajones. En esta intensa disputa se entremezclan numerosos elementos, como los distintos modelos de firma; su enfoque de negocio y de relación con el cliente; la gestión del talento; las reglas y estructura del partnership, o la aportación e implicación de los bufetes con el conjunto de la economía y la sociedad. Cuestiones nucleares para definir la identidad, el propósito y la cultura de un despacho, y de las que se debate, no siempre desde una perspectiva racional. En los distintos relatos también afloran elementos profundamente emocionales, como el apego patrio, los complejos frente a lo exterior, y prejuicios de toda clase, ya sean personales o colectivos, o a favor en contra de unos u otros.

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En este sentido, el coloquio celebrado el pasado jueves por la Universidad de Deusto fue un magnífico ejemplo del sentir de los grandes bufetes nacionales, conscientes de que no pueden bajar la guardia ante los desafíos que plantea la presencia creciente de firmas internacionales en el mercado español. Una competición en la que, hasta la fecha, los despachos españoles pueden estar orgullosos de haberse desenvuelto con nota, algo de lo que no puede presumir la abogacía local de muchas otras jurisdicciones europeas, cuyas estructuras han sucumbido ante la sofisticación y el músculo financiero que provenía del mundo anglosajón —primero londinense y, en los últimos años, norteamericano—. Sin embargo, un mercado saturado y altamente competitivo no aconseja que nadie se duerma en los laureles, pues los retos para afrontar los próximos años, tanto en el ámbito de la atracción y retención del talento, como desde la perspectiva de los clientes, son enormes.

La jornada, moderada por la decana de la Facultad de Derecho, Gema Tomás, contó con la participación de Fernando Vives, presidente ejecutivo de Garrigues; Javier Fontcuberta, director general de Cuatrecasas; Salvador Sánchez-Terán, socio director de Uría Menéndez, e Íñigo Erlaiz, socio director de Gómez-Acebo & Pombo. Un cartel de primer nivel en un escenario espectacular, el paraninfo de la Universidad de Deusto en Bilbao, y ante un público —más de 300 personas— repleto de estudiantes de los últimos años de grado en Derecho y máster. Es decir, potenciales abogados a los que los cuatro ponentes no dudaron en tratar de seducir para que opten por el ejercicio en un gran despacho y hagan oídos sordos a los cantos de sirena que llegan desde la banca de inversión, las grandes empresas o el mundo de la consultoría.

placeholder Imagen del paraninfo de la Universidad de Deusto durante el coloquio. (Cedida)
Imagen del paraninfo de la Universidad de Deusto durante el coloquio. (Cedida)

"Es muy importante para un país tener firmas nacionales que apuesten por desarrollar la abogacía de este Estado, porque esa contribución es esencial para el crecimiento económico de este territorio", señaló, siempre reconocible en su discurso, Fernando Vives. El presidente ejecutivo de Garrigues subrayó que los abogados españoles, ya se encuentren en bufetes nacionales o internacionales, "estamos en la élite mundial". Eso sí, apreció que la contribución de los despachos varía en función de donde tengan su cuartel general. "Es muy importante que el centro de decisión esté en España; la cercanía es fundamental", resaltó, "pues nuestra apuesta por el desarrollo del derecho en nuestro país no es comparable con el compromiso de otras firmas, reconociendo que también tienen abogados magníficos".

Especialmente crítico con el modelo de algunos despachos internacionales se mostró Salvador Sánchez-Terán, quien manifestó tener "cero complejos" ante británicos y norteamericanos. "Dentro del mundo anglosajón, que no es uniforme, emerge un tipo de despacho estadounidense cuyo modelo es altamente disruptivo y exitoso, pero también despiadado", describió el socio director de Uría Menéndez, "porque que pone la rentabilidad y el dinero por encima de todo". Firmas con varios miles de millones de dólares de facturación y una rentabilidad cercana al 60%, ejemplificó. "Estos bufetes norteamericanos están teniendo un impacto muy relevante en Londres, pues están siendo capaces de captar de a algunos de los mejores clientes, abogados y socios del mercado. Son superexitosos desde la perspectiva de la rentabilidad y el dinero, pero no hacen prisioneros. Tienen una altísima rotación; el que no vale, se va a la calle", expuso.

placeholder De izquierda a derecha: Salvador Sánchez-Terán (Uría), Íñigo Erlaiz (GA_P), Juan José Etxeberría (rector de la Univ. Deusto), Gema Tomás (Univ. Deusto), Fernando Vives (Garrigues) y Javier Fontcuberta (Cuatrecasas).
De izquierda a derecha: Salvador Sánchez-Terán (Uría), Íñigo Erlaiz (GA_P), Juan José Etxeberría (rector de la Univ. Deusto), Gema Tomás (Univ. Deusto), Fernando Vives (Garrigues) y Javier Fontcuberta (Cuatrecasas).

No obstante, más allá de este concreto perfil de organización, Sánchez-Terán defendió que las firmas nacionales, en general, "miran más a largo plazo" que las anglosajonas, más enfocadas en la cuenta de resultados, relegando otras variables a un segundo plano. "Unos han hecho de la máxima rentabilidad el bien supremo, otros [los nacionales] contemplamos otras prioridades como hacer cantera o cuidar la relación con el cliente". Y recordó lo sucedido tras la crisis financiera de 2008. "Ninguno de nosotros llevó a cabo despidos; ingleses y americanos no pueden decir lo mismo". Finalmente, el socio director de Uría se mostró convencido de que sabrán hacer frente a los retos que plantea la expansión de los bufetes americanos, basando la retención de abogados y socios en otros elementos más allá del dinero.

En la misma línea, Íñigo Erlaiz defendió ante los estudiantes que los despachos españoles son sitios más interesantes en los que desarrollar una carrera. "Nuestro compromiso siempre ha sido el de cuidar la cantera y dar carrera a nuestros profesionales. Quienes estamos aquí priorizamos el crecimiento orgánico al inorgánico, por eso también nos mantenemos muy cerca de las universidades. Todos esos elementos son diferenciales en los despachos españoles que, por otro lado, no tenemos nada que envidiar en cuestión de calidad a nuestros colegas británicos y norteamericanos", aseveró el socio director de Gómez-Acebo.

placeholder Mesa debate del encuentro. (Universidad de Deusto)
Mesa debate del encuentro. (Universidad de Deusto)

Además, Erlaiz invitó a los estudiantes a reflexionar sobre dos elementos más a la hora de elegir primer destino profesional. El primero es la posibilidad de tener una experiencia internacional, cuestión que valoran mucho los jóvenes, una circunstancia que, según su experiencia, es mucho más sencillo desde un bufete español que dentro de las firmas anglosajonas, a pesar de que pueda resultar contraintuitivo. "También debéis tener en cuenta que en los despachos nacionales es más fácil que lleguéis a ser capaces de controlar el destino del proyecto. En las grandes firmas americanas e inglesas es muy complejo que, desde Madrid, podáis influir o participar en la toma de decisiones estratégicas", remató.

Asimismo, Javier Fontcuberta remarcó la importante apuesta que están llevando a cabo los grandes bufetes españoles fuera de nuestras fronteras, especialmente en Latinoamérica. "La inversión está siendo muy importante", aseguró, incidiendo en que la misma es muestra del compromiso de los despachos con la abogacía nacional. "Estamos exportando una manera de ver el derecho y de ejercer la profesión", afirmó.

Durante el encuentro, cuatro estudiantes de la Universidad de Deusto —Aroa Montero, Alberto Ramírez, Ane Álvarez y Marta Vélez— plantearon a Fontcuberta, Erlaiz, Vives y Sánchez-Terán sus inquietudes sobre el futuro de la profesión, el impacto de la inteligencia artificial y la formación que proporcionan las universidades a los estudiantes. También les hicieron llegar su preocupación por uno de los retos a los que se enfrentan las grandes estructuras, como es mejorar en materia de conciliación y flexibilidad. "Estamos buscando fórmulas para ser capaces de frenar la pérdida de talento femenino que sufrimos a partir de un determinado punto de la carrera", expuso el director general de Cuatrecasas, "pero no podemos decir que hayamos encontrado la receta. Seguimos trabajando en ello".

placeholder Audiencia del encuentro en el paraninfo de la universidad bilbaína. (Universidad de Deusto)
Audiencia del encuentro en el paraninfo de la universidad bilbaína. (Universidad de Deusto)

En cualquier caso, los cuatro señalaron que hay un límite infranqueable en ambas cuestiones, como es el servicio al cliente. "No tenemos miedo a adoptar las decisiones que sean necesarias para ajustar el modelo a las demandas de las nuevas generaciones y ser capaces de hacerles una propuesta de valor atractiva, porque hay margen para ello, pero siendo conscientes de que hay una línea roja infranqueable: el ofrecer un servicio de la máxima calidad al cliente", agregó Erlaiz. Ferando Vives, por su parte, reclamó tiempo para ver los avances en relación con la presencia de más mujeres en el partnership. "Una carrera es un proceso largo, lleva un tiempo que las abogadas que ya ocupan las posiciones inferiores alcancen la condición de socio", reflexionó. Y aportó un dato: en la última promoción interna de Garrigues, hombres y mujeres representaron el 50% de los nuevos socios. "Pero no por cuota, porque no creemos en ese sistema, sino por puro merecimiento, lo cual demuestra que no hay sesgo", indicó.

Finalmente, Salvador Sánchez-Terán realizó un ruego a las universidades y centros en los que se están formando los estudiantes de Derecho. "Mi petición es que inculquen la pasión por el derecho y les enseñen la grandeza de la profesión de abogado", trasladó el socio director de Uría Menéndez, pues si desde las instituciones educativas no trasladan el amor por la abogacía —"que es una profesión dura y exigente", admitió—, los despachos perderán la carrera ante fondos, empresas y otras corporaciones que también buscan talento en el grado de Derecho o en los dobles grados en que se forma en Derecho. "Estamos perdiendo cerebros para la abogacía; necesitamos que las universidades inoculen ese amor por el derecho y por la profesión", demandó Sánchez-Terán.

Como a nivel político, social o futbolístico, el sector legal también libra sus propias batallas culturales. Una de ellas —quizá de las más interesantes, por las múltiples aristas que alberga— es la que confronta a despachos nacionales e internacionales, fundamentalmente anglosajones. En esta intensa disputa se entremezclan numerosos elementos, como los distintos modelos de firma; su enfoque de negocio y de relación con el cliente; la gestión del talento; las reglas y estructura del partnership, o la aportación e implicación de los bufetes con el conjunto de la economía y la sociedad. Cuestiones nucleares para definir la identidad, el propósito y la cultura de un despacho, y de las que se debate, no siempre desde una perspectiva racional. En los distintos relatos también afloran elementos profundamente emocionales, como el apego patrio, los complejos frente a lo exterior, y prejuicios de toda clase, ya sean personales o colectivos, o a favor en contra de unos u otros.

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