Miguel Durán: "Quiero un colegio austero, habrá mano dura con dietas y gastos de viaje"
A pesar de ser el último en presentarse, el ex director de la ONCE se ve con la fuerza suficiente para ganar unas elecciones que, denuncia, están llenas de irregularidades
Después de haber dirigido seis años Telecinco y siete años la ONCE, el próximo objetivo de Miguel Durán es liderar la mayor corporación de abogados de España y de Europa: el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM). A pesar de haber sido el último en unirse a la carrera electoral, el mediático abogado asegura a El Confidencial que le sobran las ganas. Sobre todo, matiza, a medida que avanza la campaña y afloran las irregularidades. En este sentido, lamenta que el proceso no esté siendo siendo todo lo limpio que debería y critica especialmente a la comisión electoral, a la que tacha de parcial. Sobre su candidatura, Durán insiste en que quieren renovar la institución e involucrarla en los problemas del colectivo. Califica la gestión de José María Alonso de "plana" y "sin logros tangibles" y lamenta que no haya puesto en marcha alguna de sus promesas más esperadas, como la implantación del voto electrónico.
PREGUNTA. Usted fue el último en anunciar su intención de presentarse a decano. ¿Qué sensaciones tiene?, ¿cree que ha empezado la carrera con desventaja?
MIGUEL DURÁN. Desventaja temporal, sí, pero eso no es culpa de los contrincantes, eso es que nosotros no hemos tomado la decisión cuando la tomaron ellos y hemos perdido un tiempo importante. Los hay que llevan meses haciendo campaña de una u otra manera. Tenemos que tratar de recuperar el tiempo perdido.
P. ¿Qué le llevó a tomar esta decisión de conformar una candidatura?
M.D. Yo escribí una carta abierta a los candidatos donde les decía las cosas que veía imprescindibles, y me empezó a llamar gente. Me dijeron: "No hagas de capitán araña, que embarcas a la tropa y te quedas en España. Da el paso tú". Ahí empezaron algunos a ofrecerse a venirse conmigo si encabezaba la candidatura y me pareció coherente. Creo que hay muchas cosas por hacer y mi vida personal desde que nací ha sido una carrera de obstáculos que he ido superando. Este reto es muy atrayente. Y te diré más: cuanto más me meto en la campaña, más atrayente me resulta porque más deficiencias voy encontrando y más ganas tengo de corregirlas.
P. ¿Cómo valora la gestión de José María Alonso?
M.D. Con todo mi respeto personal y profesional como abogado, no me parece que haya sido una etapa brillante. Una buena parte de la gente que está participando en esta campaña han formado parte de su junta de gobierno, tres en concreto, así que no voy a ser yo quien cante loas si sus propios compañeros no lo hacen. Si tuviera que hacer un juicio de valor, diría que ha sido un periodo plano, no ha habido logros tangibles ni se ha conseguido que el colegio se acerque a sus miembros. Habrá sido un periodo provechoso para él, sin duda, pero no creo que pueda decirse que lo haya sido para el colectivo.
P. ¿Qué opina de las candidaturas que salen de la actual junta?
M.D. Creo que su propia trayectoria en la junta de gobierno saliente les deslegitima enormemente. Que vengan a decirnos lo que van a hacer después de haber estado cinco años en el cargo, sinceramente no es un título de legitimidad. En particular, sobre dos de ellos quiero significar que si yo soy decano, cuando se convoquen nuevas elecciones, ningún miembro de mi junta de gobierno podrá simultanear la condición de candidato a las nuevas elecciones con la de diputado de la junta de gobierno saliente. Me parece que eso es aprovechar una posición de ventaja, y lo saben ellos y se lo reprochan, pero el único que está dando la batalla jurídica soy yo. Lo recurrí ante la comisión electoral y el Consejo de la Abogacía de Madrid y, puesto que no quisieron atender mi recurso, fui a la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia. Si se repiten las elecciones no será mi responsabilidad. Será la de unas personas que, conociendo que esta situación, que está siendo cuestionada por todo el mundo, no dan sus brazos a torcer. Me recuerda un poco salvando la distancia a alguna ministra. Si estás en condiciones de rectificar un error, lo suyo es hacerlo y no pasa nada, lo malo no es haber cometido un error, sino perseverar en él.
P. En algún caso se ha denunciado que hay candidaturas que han empleado su cargo institucional para hacer campaña. De hecho, usted tiene recurrido el proceso electoral. ¿Cree que este es todo lo limpio que debería?
M.D. No. Y digo las causas. Hay una comisión electoral cuya imparcialidad está trufada de muchas e importantes dudas. De entrada, por la forma de nombrarse. Si llego a ser decano, la próxima comisión electoral será el resultado de un proceso absolutamente objetivo e imparcial, porque lo que ha sucedido aquí muy limpio no me parece. Si le dijéramos ahora a los señores legisladores que cambiasen la Ley Orgánica del Régimen Electoral General para que los miembros de las juntas provinciales o autonómicas se designaran a dedo por los gobiernos respectivos, la gente se echaría las manos a la cabeza. Pues aquí ha pasado eso.
Si llego a decano, la próxima CE saldrá fruto de un proceso objetivo e imparcial, porque lo que ha sucedido aquí no es muy limpio
P. ¿Cree que hay interés real en introducir mecanismos que favorezcan la participación?, ¿entiende que no se haya implantado el voto electrónico todavía?
M.D. No solamente no hay interés, sino que hay miedo por parte de la junta saliente a la participación. Hay miedo porque aquí lo que se ha pretendido es un continuismo a ultranza centrada principalmente en la candidatura de Ribón. Yo creo que es vox populi que Eugenio Ribón está en todas las oraciones de José María Alonso. ¿Habría habido alguna dificultad para el voto telemático tecnológicamente hablando? Ninguna. ¿Habría habido alguna dificultad para concertarse con los juzgados de todo Madrid para poner mesas electorales allí? Yo creo que no. ¿Habría habido dificultad en contar con algún Ayuntamiento para que prestasen sus locales para facilitar el voto hasta en el último rincón de Madrid? Sin duda, no. ¿Por qué no se ha hecho? Porque se quiere seguir dominando el colegio a base de jibarizar la participación. Cuando yo sea decano, si me premian los electores con su confianza mayoritaria, esto no sucederá. Daremos todas las facilidades para que la comunicación telemática habitualmente entre el colegio y sus miembros sea asunto cotidiano. Y en las elecciones, por descontado. Además, eso tendría la ventaja de que el decano elegido vería enormemente reforzada su legitimidad representativa.
Es vox populi que Eugenio Ribón está en todas las oraciones de José María Alonso
P. En la presentación de su candidatura dijo que quería presidir un ICAM "muy independiente respecto a las fuerzas políticas". ¿Hay grupos políticos influyendo en el colegio?
M.D. No. Yo creo que los grupos parlamentarios no tienen necesidad de influir en el Colegio, teniendo una institución tan cómoda y acrítica como es el ICAM en este momento. Si yo llego a ser decano, es posible que entonces sí se plantee que quieran influir porque empezaremos a ser menos cómodos.
P. ¿Qué le parece la denuncia de la presidenta de la comisión de igualdad sobre el 425 aniversario?
M.D. Lo del 425 aniversario, todo lleno de tíos, hablando en lenguaje coloquial, y con escasísima participación de la mujer fue un verdadero desastre. Y de eso es responsable el decano saliente y su delfín, el señor Ribón. Son responsables ellos. Han intentado cargarlo sobre la comisión de igualdad y Ángela Cerrillos, y hay que tener la cara de cemento armado para hacer eso. Porque creo que nadie puede discutir a estas alturas la trayectoria de Ángela en ese sentido. Yo le digo a las mujeres que vamos a hacer que todo lo que piden en este sentido, pero desde el convencimiento. No se trata de vencer, se trata de enseñar, de hacer pedagogía. Ese método cala mucho más hondo que la imposición. Ojo, eso no quiere decir que no haya que normar, establecer condiciones o incluso leyes.
P. Su candidatura incluye perfiles con experiencia más allá de la profesión como Adolfo Prego Oliver (magistrado del Supremo) o Ignacio Gordillo (exfiscal de la Audiencia Nacional). ¿Qué valor pueden aportar a la institución?
M.D. Adolfo lleva una década ejerciendo como abogado e Ignacio ídem. Todos ellos llevan años entendiéndose o debatiendo con abogados. Para tener una valoración de lo que esta profesión necesita no es imprescindible haberla ejercido durante décadas, como es mi caso. También se puede valorar lo que supone una institución como el ICAM habiendo estado en el otro lado de la trinchera. Es más, para una de las cosas que es nuestra clave de bóveda en la candidatura, como es la revolución de la Administración de Justicia, es una gran ventaja llevar cuatro pesos pesados que, antes de frailes, han sido cocineros. Es decir, que conocen perfectamente el funcionamiento de la Administración de Justicia, sus males, las causas de esos males y, por tanto, saben mucho mejor cuáles pueden ser los remedios. A la hora de hablar con jueces, magistrados, fiscales, yo voy a mandar a jueces, magistrados y fiscales.
P. ¿Cómo abordará las necesidades del turno de oficio? Siempre se señala como prioridad, pero después los avances son limitados.
M.D. Yo creo que la batalla está mal planteada. Se ha hecho una lucha de parcheo que pasa fundamentalmente en tratar de arañar en el presupuesto de la Comunidad Autónoma un poco más, pero yo no he visto al decano saliente en primera línea de combate diciendo al parlamento: "Señores, hay que adaptar la ley de justicia gratuita al siglo XXI". Tenemos un gobierno que presume de agenda 2030, habría que modificar la ley. A mí me escuece mucho el término indemnización para referirnos a los honorarios que perciben los integrantes del turno de oficio. Son honorarios, no indemnizaciones. Es un servicio público y el Estado debe reconocerlo y adecuar las cuantías. Y luego, el decano, que quiero ser yo, debe fajarse en primera línea con los poderes públicos para arreglar todos los problemas que tiene el turno de oficio.
P. Propone crear una comisión especial en el ICAM para asesorar a los colegiados ante las inspecciones de la Agencia Tributaria. ¿Por qué?
M.D. Yo he padecido en carne propia los abusos de Hacienda. Hace unos años me quiso aplicar un inspector jefe de zona en Cataluña para la sede de mi despacho de Barcelona. Nos quiso aplicar la doctrina de las operaciones vinculadas a una sociedad limitada profesional. Una sociedad que no solo no es unipersonal, sino que en el momento de padecer esa inspección tenía cerca de 60 trabajadores. Yo acudí a José María Alonso y le expliqué el problema. Se puso al teléfono, pero me dijo que me remitiría a otra persona. Nunca recibí un respaldo del Colegio. Si hubieran estudiado el problema, habría servido a otros. No me presento a estas elecciones, porque esté resentido por Alonso, ese pleito se lo hemos ganado a Hacienda a pulso, pero sin el apoyo del colegio. Quiero que en el turno de oficio haya un segmento específico para ayudar a la gente que no tiene dinero para enfrentar las tropelías de Hacienda. Quiero dar apoyo a todos los profesionales que puedan verse en la misma tesitura que yo. Quiero ser el decano que planta cara, que defiende a los suyos. Si no me debo a los míos, ¿a quién demonios me debo?
P. En su programa plantea que la abogacía tenga presencia ante el CGPJ. ¿Por qué lo ve necesario y cómo se consigue tal circunstancia?
M.D. Claro, es evidente. Yo no hablo de llegar ahí y exigir. Hablo de sentarme con la más alta representación del Consejo General del Poder Judicial para decirles 'vosotros sois pieza fundamental, pero sin nosotros no sois'. Así de claro. Que me demuestre alguien que sin la estricta presencia y esencia de los abogados puede funcionar al Estado de Derecho. ¿Verdad que no? Pues tendremos que tener un papel mucho más reconocido que el que tenemos hasta ahora, que parece que somos unos subordinados de los jueces. Yo creo que se puede convencer al CGPJ si colaboramos con ellos para que haya más jueces per cápita en España, para que estén mejor pagados, para que tengan más medios materiales y humanos. Pero además quiero decirles que su verdadera independencia radica en que le planten cara a los partidos políticos y no estén de colegueo con ellos para ver qué pueden sacar unos u otros, porque al final eso se convierte en una especie de carrera en la que el que llega lo hace utilizando como escalón la espalda de otro compañero. Lo importante es ponerse a andar con jueces y con fiscales para que Montesquieu no nos siga gritando desde el otro barrio que estamos fastidiando todo lo que él diseñó.
Quiero de sentarme con la más alta representación del CGPJ y decirles 'vosotros sois una pieza fundamental, pero sin nosotros no sois'
P. Uno de los grandes problemas de los abogados, especialmente los jóvenes, es la precariedad. ¿La combatirá desde el colegio si gana las elecciones?
M.D. Yo invito a cualquiera que lo desee a comprobar si entre los abogados de en mi plantilla hay algún autónomo. Todos y todas están en el Régimen General de la Seguridad Social. Eso puede dar muestra de cuál es mi convicción al respecto. Ahora bien. Que el colegio se meta, como dicen algunas candidaturas, en los despachos a exigir que se hagan los contratos así o asá, eso me parece que puede tener problemas serios. El colegio puede hacer recomendaciones, y debe, pero meterse en determinaciones y demás… Una cosa es que el Colegio contrate a abogados como becarios, como pasó hace algún tiempo, y otra es que por norma exija que todas las contrataciones que hagan los despachos de abogados sean en régimen laboral. Habrá alguna candidatura que lo pretenda, pero la mía no quiere inmiscuirse hasta ese extremo. Porque a veces, cuando intentas hacer un bien, lo que consigues es un mal. Que se lo pregunten a la ministra doña Irene Montero, por ejemplo.
P. ¿Cómo gestionará deontología? Hay quien solicita más transparencia en este departamento.
M.D. Yo tengo un sentido muy corporativo. Quien mantiene el Colegio son sus miembros, y si lo mantienen sus miembros, el Colegio a quien en primer lugar se debe es a ellos. Que haya clientes que planteen quejas ante el Colegio, a mí me parece perfectamente normal y legítimo. Pero no lo voy a alentar porque no es mi papel. Hay tres fases en la instrucción de un expediente. Yo lo voy a dejar en dos. Si se presenta una queja contra una persona, un miembro del Colegio, antes de darle la condición de expedientado, yo le voy a llamar y le pediré explicaciones. Y si la explicación que da tiene la apariencia de buen derecho, el colegio que yo presida no le va a abrir expediente. Tampoco va a dejar de lado al denunciante, pero sí se le va a indicar que existe una posición concreta por parte del colegiado que evidencia que la queja no tiene fundamento. Y si el cliente quiere seguir adelante, tendrá que prestar fianza para que ese expediente no salga gratis. En todo caso, yo abogo por proporcionar un arreglo de mediación entre el cliente y el abogado antes de pasar a mayores. El colegio se ha convertido en una especie de herramienta represora sobre los que le pagan, y eso conmigo no. Desde luego que no.
P. Otra de sus medidas que han resultado ser más llamativas, la de bajar las cuotas colegiales a varios colectivos. ¿Cómo compensaría este esta bajada en los ingresos?
M.D. Voy a hacer bastante incorrecto institucionalmente hablando. ¿Sabes cuánto paga el ICAM al Consejo General de la Abogacía? Más de tres millones de euros, con la nueva subida. Todas esas bajadas que yo propugno no alcanzan ni la mitad. Rebajas que han imitado muchos de mis contrincantes. La de los jóvenes, por ejemplo, Ribón y Ospina, salen ahora diciendo que también quieren eliminar la cuota de acceso. Coño, pues habéis tenido tiempo para hacerlo durante cinco años. La mayor parte de los jóvenes no se quieren colegiar porque consideran que no sirve para nada. Y al final, el problema no es la cuota, sino la desafección tan grande que hay respecto del colegio que lleva a la gente a pensar que la cuota es un gasto superfluo. Si hubiera un retorno tangible, a la gente no le importaría pagar 32 euros al mes, 83 o incluso más, pero siempre y cuando vieran que su colegio sirve para algo. No digamos ya cuando les hablas del Consejo General de la Abogacía.
P. ¿Cómo valora la reciente decisión del CGAE aumentar la cuota que deben abonar anualmente los letrados?, ¿qué le pareció que José María Alonso no se opusiera a la medida?
M.D. A mí me parece que ha hecho muy mal y es una actuación que corrobora lo que decía al principio. Jose María ha intentado no ser incómodo para nadie, que es la mejor manera de que te pasen la mano por el lomo. Y y no será porque no se lo advertimos. Cuando nos enteramos de la subida le dijimos que no lo consintiera, y creo que ni siquiera asistió a la reunión. Es una más sobre la que me gustaría que se pronunciaran, por ejemplo, los dos candidatos que siguen siendo miembros de su junta de gobierno.
P. El programa de algún compañero habla de revisar y suprimir algunos servicios que guardan escasa relación con el ejercicio de la profesión. ¿Cree que existe gasto supérfluo en el colegio?
M.D. Por poder, podríamos montar un spa; el candidato Ospina habla de una guardería… Pero yo no estoy por esas. Estoy en encontrar patrocinios para la formación, por ejemplo. Considero que hay grandes empresas en este país que querrían patrocinar cursos de formación para abogados para después utilizarlo como gran caladero de talento. Y opino, en efecto, que el colegio tiene que adelgazar mucho gasto superfluo. Por ejemplo, lo que se ha gastado en el 425 aniversario, porque ha sido un acto conmemorativo de puro autobombo. Me pareció un solemne montaje. Que intentaron que fuera un montaje solemne, pero sin mujeres. Y yo no estoy por esos gastos. Creo que el Colegio debe ser austero en su funcionamiento, hay que ver cuántos viajes y para qué se organizan, cuántas dietas y para qué se le da a la gente… Yo tendré mano dura en eso si me eligen.
El 425 me pareció un solemne montaje, aunque intentaron que fuera un montaje solemne. Y yo no estoy por esos gastos
P. ¿Deberían introducirse mecanismos que garanticen que los cargos del colegio no se contraten 'a dedo'?
M.D. Para mí, los criterios que se deben seguir son los de capacidad y mérito. Eso es lo que tiene que valorar la junta, al menos si soy decano. Si no lo soy, estaré con ojo avizor, y permítaseme la paradoja de que un ciego esté ojo avizor, para ver cómo lo hacen otros.
P. ¿Dígale, a quien se esté pensando a quién votar el 20-D, por qué debería apoyar su candidatura?
M.D. Porque estoy garantizando que el ICAM tenga una muy notablemente superior proyección social, institucional y profesional de la que ha venido teniendo hasta ahora. Y porque garantizo la transparencia y la participación. Debe elegirnos porque somos gente de acreditada capacidad. Tengo canas, pero tengo aún más ganas que canas. Pienso que vamos a hacer que se sientan orgullosos y orgullosas de pertenecer al ICAM y van a ver cómo hacemos que la sociedad deje de ver en el abogado un depredador, un enamorado exclusivamente del dinero. Y vamos también a decirles a nuestros colegiados que, sin ningún detrimento del secreto profesional, entiendan que la profesión periodística necesita nutrirse de noticias jurídicas si queremos conectar con la sociedad.
Después de haber dirigido seis años Telecinco y siete años la ONCE, el próximo objetivo de Miguel Durán es liderar la mayor corporación de abogados de España y de Europa: el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM). A pesar de haber sido el último en unirse a la carrera electoral, el mediático abogado asegura a El Confidencial que le sobran las ganas. Sobre todo, matiza, a medida que avanza la campaña y afloran las irregularidades. En este sentido, lamenta que el proceso no esté siendo siendo todo lo limpio que debería y critica especialmente a la comisión electoral, a la que tacha de parcial. Sobre su candidatura, Durán insiste en que quieren renovar la institución e involucrarla en los problemas del colectivo. Califica la gestión de José María Alonso de "plana" y "sin logros tangibles" y lamenta que no haya puesto en marcha alguna de sus promesas más esperadas, como la implantación del voto electrónico.
- Durán acusa a Ochoa de juego sucio y pide al Colegio de Notarios que vigile el acto de presentación Irene Cortés
- La presidenta de Igualdad del ICAM culpa a Ribón por la ausencia de mujeres en el 425 Pedro del Rosal
- Reducir cuotas al turno de oficio, jóvenes y no ejercientes: las propuestas de Durán para el ICAM Irene Cortés