Bar Manero se queda el restaurante favorito de Mick Jagger en el barrio de las Letras de Madrid

En el corazón del madrileño barrio de las Letras, rodeado por el Congreso de los Diputados y el Museo Thyssen-Bornemisza, se encontraba el restaurante Paradís, uno de los templos gastronómicos preferidos por los artistas internacionales cuando visitaban nuestro país, como demostró hace una década Mick Jagger, líder de los Rolling Stones, cuando paró a comer sobre estos manteles el mismo día que, por la noche, iba a dar un concierto en Bilbao.

Punto de encuentro habitual de periodistas y políticos, y referente donde tomar unos buenos calçots (plato típico catalán) en la capital, la pandemia fue más fuerte que la fama y Paradís apagó definitivamente sus fogones en este local del número 14 de la calle Marqués de Cubas el año pasado.

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El dueño del inmueble, el fondo Cerberus, a través de su inmobiliaria Divarian, movió rápidamente ficha y, en una operación exprés dirigida por TC Gabinete Inmobiliario, vendió el local a un inversor privado justo un día antes de tomarse las uvas.

El nuevo propietario ha llegado a un acuerdo con Bar Manero para abrir en este local su segundo establecimiento en Madrid, y quinto en toda España, que vendrá a alimentar la creciente oferta de restauración que está transformando el centro de la capital.

Los planes de la compañía alicantina para este local de 561 metros cuadrados, donde ha firmado un contrato de alquiler a 25 años con 10 de obligado cumplimiento, van dirigidos a combinar su cocina de tapeo gourmet y ambiente de vermutería europea, con la apertura del tercer Club Manero Dom Perignon.

El grupo dirigido por Carlos Bosch tiene una alianza con la marca de champán, junto a la que ha constituido un club semiprivado, dirigido a público de lujo, y que organiza catas, conciertos privados y diferentes eventos en locales de Manero.

Cerberus, a través de Divarian, ha vendido el local a un inversor privado que ha firmado un acuerdo de alquiler a 25 años con el grupo

Al requerirse unos determinados metros cuadrados y unas licencias que los autoricen, solo dos de los cuatro locales que tiene actualmente el grupo en España son también Club Manero Dom Perignon: uno en Alicante y otro en la calle Claudio Coello de Madrid, que abrió hace dos años.

El nuevo establecimiento de Marqués de Cubas también formará parte de este selecto club, gracias a que los nuevos propietarios prevén solicitar licencia de café espectáculo, lo que permitirá al establecimiento servir al público desde la una del mediodía hasta las cinco de la mañana, y elevar el aforo de 150 a 299 personas.

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Aunque las fuentes consultadas han declinado confirmar importe alguno de la operación, las últimas transacciones vistas en la zona para este tipo de activos se han movido en torno a los 6.000 euros el metro cuadrado, gracias al creciente atractivo que está teniendo Madrid para el turismo y la restauración de lujo, como demuestra el cada vez mayor desembarco de importantes cadenas internacionales.

Zuma, Jöel Robuchon o, más recientemente, el mexicano Grupo Rosa Negra son solo tres ejemplos de los gigantes de la restauración que han decidido encender sus fogones en el centro de Madrid, creciente oferta que compite con la nueva armada española, formada por grupos como Paraguas, Larrumba, Lalalá, Salvaje o Dani García.

El grupo alicantino combinará su cocina de tapas 'gourmet' con un ambiente de vermutería europea con un Club Dom Perignon

A esta edad de oro de la cocina se une el cambio de época que está produciéndose en el mundo de los locales comerciales, donde la irrupción del comercio electrónico se ha llevado por delante a gran parte de las tiendas de calle, tanto pequeñas como de grandes cadenas.

En el caso de las primeras, la competencia en costes y los nuevos hábitos digitales les han obligado a bajar la persiana en muchos casos; mientras que, entre las segundas, hace años que han apostado por concentrar su oferta en grandes tiendas insignia, lo que se conoce en la jerga el sector como flagships.

Estas dos tendencias y el auge de los restaurantes frente al ocaso de las tiendas están haciendo que cada vez más inversores inmobiliarios se lancen a firmar contratos con grandes cadenas de restauración, lo que también está favoreciendo su expansión.