El PSOE retrocede en Extremadura y Fernández Vara necesitará a Podemos para gobernar

El retroceso de la marca PSOE en Extremadura no le impedirá seguir mandando en la región, gracias básicamente a la extraordinaria fortaleza de su líder, Guillermo Fernández Vara, que no encuentra rival. El presidente extremeño volvería a ganar de manera holgada en las urnas, aunque perderá la mayoría absoluta y dependerá de Podemos para gobernar, según los datos de la encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial. El PP recorta a la mitad la ventaja del PSOE y sumaría con Vox un diputado más que los socialistas, lo que obliga a Fernández Vara a llegar a un acuerdo con Unidas por Extremadura, la coalición de Podemos con IU, para una mayoría parlamentaria estable. Extremadura se acerca así a su primera experiencia de un Gobierno de coalición. En los 40 años de autonomía, solo una vez el PP logró romper la hegemonía socialista (2011-2015). José Antonio Monago interrumpió la era Fernández Vara, que ahora tendría garantizado su cuarto y último mandato.

La victoria socialista será agridulce el 28-M. Si las elecciones se celebraran ahora, el PSOE obtendría un 42,4% de los votos y 30 escaños, con una ventaja de casi nueve puntos y seis diputados sobre el PP, que consigue recortar distancias a la mitad respecto a los resultados de 2019. Los populares, con una candidata poco conocida, mejoran seis puntos de intención de voto (33,6%) y lograrían 24 parlamentarios, cuatro más. La tendencia general en el mapa de Extremadura indica que la derecha sube y el PSOE cae.

El PP (24) recorta la distancia con el PSOE (30) a la mitad. Vox se estrenaría como tercera fuerza tras duplicar sus resultados. Avanza del 4,7% al 10,5%

Vox se convertiría en la tercera fuerza tras duplicar sus resultados. Avanza del 4,7% al 10,5% y se estrenaría en la Asamblea regional con siete parlamentarios. El estudio indica que tanto PP como Vox absorben la base electoral de Ciudadanos, aunque también se benefician de transferencias procedentes de la izquierda: el 12% de los votantes socialistas de 2019 se inclina ahora por un partido del bloque conservador, especialmente el PP. El partido naranja se derrumba y pasa del 11,1% al 2,5% de los sufragios. El indicativo más claro es que su mayor representante institucional, el alcalde de Badajoz, cambió de caballo hace unos meses y ahora cabalga como jockey popular.

Solo la presencia de Unidas por Extremadura (UE), la coalición de Podemos con IU, garantiza, por tanto, la investidura de Fernández Vara. PP y Vox sumarían 31, uno más que el PSOE, de modo que a Vara no le bastaría la abstención de Podemos, sino que tendría que darles entrada en su Gobierno si quiere una legislatura estable. Los morados mantendrían sus cuatro asientos actuales, pese al retroceso de cuatro décimas (6,8%) en el voto.

La distancia entre izquierda y derecha se estrecha notablemente, a tan solo tres escaños del vuelco electoral, frente a los 16 de margen en 2019. Por provincias, el PSOE está más fuerte en Badajoz que en Cáceres, donde la suma de la derecha obtiene 1,7 puntos más. Sin embargo, la izquierda cosecha un escaño más porque el voto de Ciudadanos se diluye. Si este se agregara a PP y Vox proporcionalmente, la derecha recuperaría ese asiento en el Parlamento regional, arrojando un escenario muy próximo al empate de fuerzas: 33 para la izquierda y 32 para la derecha, según el análisis detallado que hace de la encuesta Ignacio Varela, director del Observatorio Electoral de El Confidencial.

El sondeo de IMOP-Insights para este periódico muestra un descontento generalizado de los extremeños, tanto con la gestión del Gobierno autonómico como con su posición de desventaja comparativa en el conjunto del país, retratada en la precaria conexión de alta velocidad con Madrid, que no es tal, y en el enorme socavón que se ha abierto en la carretera —que no llega a ser autovía— que une las capitales de Cáceres y Badajoz. Solo el 29% considera que la situación actual de la región es buena, aunque la valoración no mejora ni entre los votantes afines: solo el 39% de los que votaron al PSOE está satisfecho. El 65% de la población afirma que están peor que el resto del país, un pesimismo que se manifiesta de modo transversal en todos los espacios políticos y segmentos sociales. El sentimiento de postergación sigue siendo muy acusado.

En cuanto a la gestión del Gobierno, el 35% la valora positivamente, frente a un 41% de opiniones negativas. Entre los votantes socialistas de 2019, solo el 55% expresa una opinión claramente positiva. El 25% se queda en un tibio “regular” y el 20% dice directamente que la actuación del Gobierno autonómico en esta legislatura ha sido mala.

Los rivales de Fernández Vara no resisten comparación con el socialista, que soporta toda la capacidad de resistencia del PSOE en la región

Entonces, ¿cómo se explica que el PSOE mantenga un 42,4% del voto y albergue una sólida expectativa de repetir en el Gobierno, aunque pierda la mayoría absoluta? La respuesta está en la extraordinaria fortaleza del candidato socialista en comparación con sus adversarios. Sobre todo, en el conocimiento. Cuando se solicita que puntúen a cada candidato de cero a 10, el 93% de los consultados da una puntuación al presidente regional, lo que indica un conocimiento prácticamente universal.

A la candidata del PP, María Guardiola, solo la puntúa el 40%. Al de Vox, el 20%. A la de Podemos-IU, Irene de Miguel, el 37%. Es decir, la gran mayoría de los extremeños no dan ninguna nota a esos candidatos, porque los desconocen o carecen de información sobre ellos como para darles una puntuación. Los rivales de Fernández Vara no resisten comparación alguna con el presidente socialista, que soporta sobre sus hombros toda la capacidad de resistencia del PSOE en Extremadura.

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Su imagen como gobernante es mucho más sólida que la de su partido y la de su propio Gobierno y se sobrepone a la percepción desfavorable sobre el estado de la región. De hecho, su mayor esfuerzo discursivo es salir de ese pesimismo general, pintar Extremadura como tierra de las oportunidades, sobre todo, aprovechar la transición ecológica para crear miles de empleos verdes frente a la despoblación. Su compromiso: usar el próximo mandato para zanjar "la deuda" histórica del Estado con la región. Los extremeños aprueban a su presidente con una nota media de 5,4.

El 58% de los encuestados afirma tener decidido su voto del próximo 28 de mayo. Los más movilizados son los votantes de Vox, a pesar de su candidato anónimo, Ángel Pelayo Gordillo, exconcejal del PP en Mérida. Antonio Granero, el chef de la televisión autonómica extremeña, candidato de Juntos X Extremadura, no llegará ni por asomo al Parlamento regional. La participación estimada si mañana se celebrasen los comicios autonómicos se sitúa próxima al 70%, tal como fue en 2019.

Ficha técnica

Universo:

Personas de 18 años y más censadas y con derecho a voto en las elecciones autonómicas de Extremadura.

Tamaño muestral:

822 entrevistas.

Diseño muestral:

Polietápico. Aleatorio no proporcional por tamaño de municipio. Con control de cuotas de sexo y edad independientes para la CC.AA. y cada provincia. Aplazamientos de las llamadas en distintos días y horarios.

Técnica de entrevista:

Telefónica asistida por ordenador mediante el sistema CATI. Un 64,6% de las entrevistas se realizaron a individuos localizados a través de teléfono móvil.

Equilibraje:

Al finalizar el campo, el fichero de datos se ha sometido a un equilibraje a partir de las siguientes matrices: sexo x edad x ámbito; tamaño de municipio y tipo de telefonía. La eficiencia de la ponderación es del 94,0%, lo que supone que la muestra efectiva es de 773 casos.

Margen de error de muestreo:

Aplicado el factor de diseño resultado de la necesidad de equilibrar los datos para darle a la provincia su peso proporcional, el margen de error de muestreo es de ±3,7 puntos porcentuales, para p=q=50 % y un nivel de significación del 95 %, siempre en el supuesto de un muestreo aleatorio simple.

Fechas de campo:

Del 10 al 13 de abril de 2023.

Instituto responsable de la investigación:

IMOP Insights, S.A.

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