Reportaje Antonio Villarreal | Guillermo Cid
Vídeo Patricia Seijas
Formato L. Martín | R. Márquez | M. G. Ortega | F. Anido

a promesa de un tren de alta velocidad Madrid-Lisboa con parada en Extremadura comenzó a fraguarse a finales del siglo XX. En junio de 1999, el entonces vicepresidente Rodrigo Rato dijo que por la comunidad “pasarán trenes de 250 kilómetros por hora”.

Desde entonces, todos los presidentes del Gobierno (Aznar, Zapatero, Rajoy, Sánchez) y todos sus ministros de Fomento (Álvarez-Cascos, Magdalena Álvarez, Pepe Blanco, Ana Pastor, Soria, De la Serna, Ábalos) han insuflado públicamente a los extremeños la esperanza de un AVE.

Dos décadas más tarde y tras una inversión de más de 3.700 millones de euros, la nueva línea Madrid-Badajoz, finalmente, se ha inaugurado este mes con gran fanfarria y la presencia de Felipe VI en el tren inaugural. Sin embargo, la terminología en el anuncio delata que algún problema hay. Se destaca la sostenibilidad del tren y su capacidad de conectar a la gente —incuestionable—, pero la velocidad pasa a un lugar muy secundario.

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En el año 2000, el entonces presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez-Ibarra, quiso contentar a los alcaldes de Mérida, Plasencia y Navalmoral de la Mata para que tuvieran sus respectivas paradas además de Badajoz y Cáceres. El problema es que todas estas ciudades no están en línea recta, sino que forman una ese. Fue una estrategia política que, para muchos, sacrificó un tren de alta velocidad por un regional exprés.

El cálculo era que, con la última actualización, apenas recortaba en una hora al anterior trayecto. Mucha gente señaló que sería más corto ir en coche a Badajoz que en el nuevo tren rápido.

Así que compramos un billete en el primer tren disponible para hacer la prueba. A la misma hora, un modesto Seat Ibiza saldría de Atocha en dirección a la Estación de Ferrocarriles pacense. Cuatro trepidantes horas por delante para conocer al campeón de la veloc… altas prestaciones.

7:05 h.

Suena el despertador

Antonio | Coche

Guille | Tren

Son las 7 de la mañana y ambos nos dirigimos a Atocha para encontrarnos allí. El objetivo de los dos es volver a vernos, poco antes de la hora de comer, en Badajoz, a 400 kilómetros de Madrid. Uno tomará el nuevo tren rápido y el otro irá en coche por la A5.

Un café y en marcha.

8:50 h.

Salida de Atocha

Tras tantos años de espera y sueños vendidos, el Gobierno autonómico y nacional ha intentado colocar el hito actual como una promesa cumplida, la llegada del esperado AVE a Extremadura, pero la realidad está lejos de esa narrativa. Un viaje en el mismo basta para ver que, si “las altas prestaciones” se refieren a la comodidad, puede pasar; pero, en lo que viene a ser velocidad, ni siquiera da para lo que han denominado como ‘AVE lento’.

Antonio | Coche

Guille | Tren

Antonio | Viaje en coche

Hay bastante tráfico a esta hora de la mañana para ser verano. Pese a los túneles me ha llevado casi media hora salir de Madrid. Una vez cogida la A5 todo va como la seda. Parece que no hay demasiada gente queriendo ir a Extremadura un martes de julio.

Guille | Viaje en tren

Desde la salida en Atocha poco se tarda en ver que aquello del AVE extremeño tiene alguna trampa. Sale de los andenes de los Cercanías, en menos de 20 minutos ya has parado en Leganés y atravesado estaciones como la de Fuenlabrada. Todo a un ritmo que no supera los 100 kilómetros por hora.

10:15 h.

Parada en Talavera de la Reina

Antonio | Coche

Guille | Tren

Guille | Viaje en tren

Tras hacer también parada en varios sitios de Toledo como Torrijos, Talavera de la Reina u Oropesa, el tren sigue siendo poco más que un “correo” como lo tildan unos cuantos fans del ferrocarril que nos acompañan en el viaje. Un convoy más que cómodo y moderno, pero ni rastro de la prometida velocidad.

“Es un correo con una pequeña zona de alta velocidad. Pero, vamos, hoy hemos venido como en el tren antiguo”, explica Fernando Lennon-Hunt, un fan de los trenes que habla como uno de los cientos de viajeros que llenan el Intercity que inaugura la línea. Esa es la sensación general, se trata de un tren que de nuevo tiene solo algunos kilómetros y está lejos de cumplir con la promesa de llevar a las capitales extremeñas a la situación de otras ciudades vecinas como Sevilla o Ciudad Real. Lo peor es que no tiene pinta de que vaya a mejorar mucho en los próximos años fuera de las fronteras autonómicas.

10:43 h.

Gasolina / Café

Antonio | Coche

Guille | Tren

Guille | Viaje en tren

En Monfragüe la cosa cambia. Aunque queda mucho por mejorar, aparece el llamado tren rápido y el paisaje se acelera, poco aún ante la falta de vías y electrificación, pero algo huele a AVE en el tren. Y a frenos, a eso también huele bastante en este primer viaje.

Antonio | Viaje en coche

Además del tiempo, está el dinero. Durante unos meses, el tren extremeño está subvencionado y cuesta menos de 20 euros por trayecto a Badajoz, después se duplicará. Mi coche, pese a no consumir mucho, menos de cinco litros a los 100, necesitará al menos 40 euros en combustible con los precios actuales. Mucho más si conduzco, como pretendo, con aire acondicionado.

Antonio | Viaje en coche

La ruta por la que voy y la vía del tren por la que va Guille solo se cruzan una vez en todo el recorrido, a la altura de Navalmoral de la Mata. Me pregunto cuál de los dos habrá llegado antes a esa intersección.

12:30 h.

Parada para estirar las piernas

Antonio | Coche

Guille | Tren

Antonio | Viaje en coche

Google calculaba unas cuatro horas de trayecto entre la estación de Madrid y la de Badajoz, frente a las 4:34 del tren. En teoría, debería llegar antes, pero, a diferencia del tren, yo tendré que parar en algún momento a descansar o repostar.

12:47 h.

Estación de Mérida

Antonio | Coche

Guille | Tren

Guille | Viaje en tren

Las buenas sensaciones se acaban en Mérida. El tren, ya muy cerca de Badajoz, se desvía de forma artificial para entrar en la capital extremeña y hace una larga parada de más de 10 minutos para que el maquinista cambie de lado del tren. Toca volver para atrás y coger de nuevo camino a Badajoz, casi una hora más de viaje por este apéndice.

Solo la última parte del trayecto, la que discurre de norte a sur de Extremadura, la que acaban de inaugurar, tiene aspecto de tener alguna obra en desarrollo. Hay camiones a los lados, que construyen la esperada segunda vía y levantan las necesarias catenarias para la electrificación del convoy (a día de hoy, el tren funciona con dos locomotoras con motores diésel). El resto se divide entre vías de tren clásicas y zonas habituales de los Cercanías o regionales que llevan a este ferrocarril a parar en Leganés o pasar de largo por la estación de Fuenlabrada.

13:07 h.

Llega Antonio

Antonio | Coche

Guille | Tren

Antonio | Viaje en coche

Finalmente, he llegado a Badajoz a las 12:57 y he tardado unos 10 minutos más en aparcar en la estación. El tren aún no ha aparecido, pero encima viene con más de 15’ de retraso. Es un medio de transporte maravilloso, pero a determinados perfiles no les resultará aún demasiado práctico para venir a Badajoz. Gente de negocios con prisa, por ejemplo.

13:24 h.

Llegada original del tren

El resultado final a bordo de este Madrid-Badajoz es el de un invento hecho a base de retazos que acaba con un tramo extremeño algo más rápido, pero sin llegar a los 250 kilómetros por hora que marca la alta velocidad y con anomalías como el apéndice para llegar a Mérida. Un ‘Frankenstein’ ferroviario lastrado por los compromisos que hace que tardes más del doble en recorrer los 400 kilómetros que hay de Madrid a Badajoz (lo haces según Renfe en cuatro horas y 20 minutos) que los 400 que separan la capital española de Córdoba (una hora y 48 minutos).

13:40 h.

Llega Guille

Antonio | Coche

Guille | Tren

Guille | Viaje en tren

El trayecto termina en Badajoz con 15 minutos de retraso sobre la hora prevista, con Antonio ganando la carrera y con la sensación de que queda mucho para que esto tenga algo que ver con el prometido AVE. Y poder competir verdaderamente con la carretera.

Una vez inaugurada la línea, vuelven las promesas. La próxima es electrificar el resto de la línea para convertir en 2023 este ‘AVE lento’ en uno que vuele de verdad. Para el presidente del Gobierno, la verdadera noticia de esta semana no es el tren, sino “el inicio de un camino para el que no hay vuelta atrás”

La cosa es a qué velocidad se recorre ese camino.