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La aventura de Sergio: cómo llegar desde el pueblo a Madrid en tractor a 40 km/h
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La aventura de Sergio: cómo llegar desde el pueblo a Madrid en tractor a 40 km/h

Este agricultor de Valdilecha (Madrid) partió desde la columna de Arganda del Rey. Relata su viaje hasta la Puerta de Alcalá, las demandas del sector y la supuesta politización de la marcha

Foto: Sergio, frente a su tractor. (A. F.)
Sergio, frente a su tractor. (A. F.)

El despertador de Sergio Peral, un joven de 26 años recién cumplidos de Valdilecha (3.100 habitantes), en la Comunidad de Madrid, sonó en torno a las cinco de la mañana. No todos los días hay una concentración en el centro de la capital para protestar por los derechos del campo. El muchacho, ingeniero agrícola por la Universidad Politécnica de Madrid, quedó con algunos compañeros del sector para poner rumbo —en tractor— al primer punto de encuentro: Arganda del Rey.

En este municipio, al sureste de la región, quedaron con otros tantos que habían salido previamente de las provincias de Guadalajara y Cuenca. Cuando terminaron de organizarse ya eran las siete. Iban unos 200 tractores, pero no todos pudieron llegar al ansiado Ministerio de Agricultura, el punto final de la protesta.

La intención inicial de los trabajadores del campo —apenas había mujeres— era batir todos los récords y plantarse frente a la estación de Atocha con 1.500 de sus vehículos. Sin embargo, la Delegación del Gobierno no permitió el acceso a todos ellos. Así lo hicieron saber los días anteriores a la comitiva, algo contra lo que se revelaron los convocantes. La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos presentó un recurso, pero el TSJM dio la razón al Ejecutivo central. El número de tractores se limitó a 500 y se impidió circular por el famoso Paseo del Prado. Los manifestantes se organizaron en cinco columnas para acceder a la capital desde todos los puntos cardinales. Peral escogió el que más cerca le pillaba de su pueblo.

Foto: El ministro de Agricultura, Luis Planas. (EP/Alejandro Martínez Vélez)

La tractorada hasta la Puerta de Alcalá tardó más de lo esperado. No solo porque la velocidad de los vehículos no puede superar los 40 kilómetros por hora, sino porque pretendían hacer presión para que dejasen pasar a sus compañeros. No ocurrió: las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se mantuvieron firmes a la sentencia judicial emitida por el tribunal. Desde la columna de Arganda, finalmente partieron 68.

Una vez en la calle Alcalá, Sergio relata detalles de su vida a este periódico. Lo hace sin perder la vista al frente para no atropellar a nadie: las calles, a vista de tractor, están abarrotadas. La Delegación del Gobierno cifró el número oficial de asistentes en 4.000 personas; el portavoz de la Unión, la alzó a 13.000. Mientras conduce, Peral explica que él, ahora, trabaja para una empresa de uno de los vehículos que maneja. Lo de su vinculación con el campo le viene de familia. Sus padres, originarios de un pueblo de la Sierra de Gredos, emigraron hasta su actual residencia para buscar "una vida mejor". Cuando el chaval creció, decidió vincularse de nuevo al sector primario. Dispone de viñedos y 120 abejas. En mitad de la charla, los asistentes tratan de guiarle calle abajo:

—Por el carril de la derecha —dice uno.

—No, mejor por el de la izquierda —dice otro.

—Ay, cada uno me dice una cosa —dice Sergio.

placeholder Llegando al destino. (A. F.)
Llegando al destino. (A. F.)

¿Quién está detrás?

Una de las grandes polémicas de esta manifestación radica en su origen. Si bien las protestas de los últimos años estuvieron lideradas por los sindicatos agrarios como Asaja o UPA, esta vez no existió ese respaldo asociativo. ¿De dónde sale, entonces, toda esta gente?

A la Plataforma 6F, surgida para convocar la polémica marcha del pasado seis de febrero, se la vincula directamente con la ultraderecha. Su líder, Lola Guzmán, perteneció previamente a Vox. En cuanto a la politización de estas marchas, Sergio Peral está tajante: "Yo no sé quién es esa señora. Ni me representa. Es como si tú te pones ahí en mitad de la plaza a chillar cuatro tonterías".

placeholder Los tractores, llegando al centro de Madrid. (A. F.)
Los tractores, llegando al centro de Madrid. (A. F.)

Este es uno de los puntos negros de las marchas. Algunos de los presentes aseguran que ellos no tienen ninguna vinculación con ideologías extremistas, pero al frente de la protesta no dejaron de corear "Pedro Sánchez, hijo de puta" y "con los moros no tenéis cojones". Estos lemas fueron los protagonistas de las convocatorias de Ferraz, la sede del partido socialista, el pasado mes de noviembre.

La violencia marcó aquellas citas nocturnas: quema de contenedores, lanzamientos de botellas, banderas preconstitucionales, cargas policiales… Además, este miércoles pudieron leerse, también, algunas pancartas que no daban lugar a dudas: "Ferraz en lucha apoyando al campo".

Algunos también buscan desligarse de la imagen de terratenientes. Llegando al ministerio, este periódico pudo hablar con otro agricultor de Arévalo, en Ávila. Salió el lunes a las cuatro de la tarde en el tractor —"Yo por mi John Deere, mato"— y llegó a las ocho a El Espinar (Segovia). La mañana del miércoles partió hacia Madrid. Explica que, como en todo, hay gente con más y menos dinero. "Yo tuve que hipotecarme para pagar el tractor", explica. También detalla que, para él, una media jornada son 12 horas. En otras palabras: según su testimonio, no todos son ricos. Al menos, no él.

placeholder Llegando al destino. (A. F.)
Llegando al destino. (A. F.)

Para el joven Sergio, esto surgió de forma imprevista. Lo mismo explica Álvaro Martínez, que ha venido con otros agricultores desde Vitoria y Treviño (un pequeño territorio de Burgos dentro de la provincia vasca). "Detrás no tenemos ningún partido", asegura. En su caso, los tractores que traían desde el norte tuvieron que permanecer a la altura de Alcobendas. Destaca que los presencia de personas jóvenes en la protesta no es porque sean numerosas, sino porque son quienes más tienen energía para salir a la calle. "La media de edad es de 60. Los más mayores no están para venir hasta aquí".

El ministro de Agricultura, Luis Planas, presentó un plan de 18 medidas para atajar el conflicto

Pero, ¿hacia dónde van las protestas? Algunos manifestantes tienen claro el enemigo: Pedro Sánchez, la Agenda 2030 y la UE. Otros tienen más dudas. La cuestión no pasa tanto por descubrir quién es el malo, sino qué previsión de resolución hay a corto plazo. "Mis productos van a ser más caros que los de otros países, pero van a ser de mejor calidad", sentencia Santiago, el rockero de Salamanca. Encontrar el punto medio entre la sostenibilidad, la calidad del producto y la competitividad es el principal reto. No obstante, el ministro de Agricultura, Luis Planas, presentó un plan de 18 medidas para atajar el conflicto. Entre ellas, destacan la intención de evitar las ventas a pérdidas y la reducción de los trámites burocráticos de la PAC, dos de sus grandes reclamos.

placeholder La marcha, a vista de tractor. (A. F.)
La marcha, a vista de tractor. (A. F.)

Por el momento, el campo no entierra el hacha. Cuando llega a la emblemática Puerta de Alcalá, Sergio Peral da un respiro. No es capaz de creerse lo que ve a través del parabrisas del tractor. La aglomeración le pone contento. "Puf, ha merecido la pena".

El despertador de Sergio Peral, un joven de 26 años recién cumplidos de Valdilecha (3.100 habitantes), en la Comunidad de Madrid, sonó en torno a las cinco de la mañana. No todos los días hay una concentración en el centro de la capital para protestar por los derechos del campo. El muchacho, ingeniero agrícola por la Universidad Politécnica de Madrid, quedó con algunos compañeros del sector para poner rumbo —en tractor— al primer punto de encuentro: Arganda del Rey.

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