Angelotes, cabezas de león, cornucopias... ¿cuál es el significado oculto de las estatuillas de la Puerta de Alcalá?
Ante la reciente mejora del monumento, que ha reabierto por Navidad, varios expertos desgranan su simbología, su pasado e incluso vaticinan cómo debería ser su futuro
Después de año y medio y un millón de euros invertidos, por fin terminaron las obras de mejora en la Puerta de Alcalá. El término de esta intervención, además, ha llegado a tiempo para que se pudiera disfrutar del ya tradicional belén que el Ayuntamiento despliega en ella desde hace algunos años. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, afirmó que se han solventado los principales problemas que tenía el monumento. ¿Qué más se podría haber hecho? ¿Por qué no podemos ver de cerca la Puerta de Alcalá? ¿Y por qué tampoco podemos subir a ella?
Como tantas otras puertas de este estilo, la Puerta de Alcalá tiene dos caras diferentes. Los expertos coinciden en señalar como más lujosa la cara externa, sobre todo por el empleo de semicolumnas y no pilastras planas como sucede en la cara que da al interior de la ciudad. “Ahí podemos ver cuatro esculturas figurativas que remiten a las virtudes de Carlos III”, comenta Alberto Tellería, vocal técnico de Madrid, Ciudadanía y Patrimonio (MCyP).
Este especialista se refiere a los angelotes que funcionan como una suerte de alegoría a la templanza, con un freno en la mano; la prudencia, con un espejo; la justicia, con una espada; y la fortaleza, con una lanza. “Esas figuras son pequeñas en proporción a los grandes trofeos militares que aparecen en el otro lado. Tal y como están colocadas, no resultan tan curiosas como se podría esperar. Hubiera sido mejor esculturas algo más grandes” apunta Tellería.
Es importante recalcar que las puertas, tiempos ha, indicaban la resistencia de una ciudad, pero su presencia militar también. En Madrid cumplían la función de ser una cerca fiscal en las cuales se debían cobrar los impuestos. De esta forma, la capital llegó a estar rodeada por una tapia cuyo fin era obligar a que las mercancías pasaran por los pasos habilitados. “Era habitual que los días festivos la gente fuera a los ventorrillos más allá de los muros a festejar, porque allí el vino era más barato por no haber añadido los aranceles de entrada a la ciudad”, comenta curiosamente el especialista.
Arco del triunfo de la monarquía
La cara interna, que saluda a lo que hoy se podría considerar el centro de Madrid, carece de la decoración tan rica de la que disfruta su opuesta. Según explica Tellería, todo son trofeos militares, aunque sí aparecen varias cabezas de león: “Son muy características porque las mismas se ven en la aduana de Madrid, construida por Sabatini, el mismo arquitecto que levantó la Puerta de Alcalá, y que también aparecen en la Puerta de San Vicente, aunque ahora esa cabeza apenas se distinga”.
A pesar de que Sabatini se encargó de ser el primer nombre que figurara en el proyecto, los escultores sí que fueron diferentes. Hacia el exterior, Francisco Gutiérrez se encargó de esta parte artística, mientras que su homólogo francés Roberto Michel hizo lo propio con la cara externa.
Asimismo, aparecen también en la Puerta de Alcalá varias cornucopias como emblema de la prosperidad que traerá consigo el reinado de Carlos III, considerado históricamente el mejor alcalde de Madrid. De hecho, el monumento también está considerada como un arco del triunfo.
Miguel Lasso de la Vega, director de la Fundación del Colegio Oficial de Arquitectura de Madrid, certifica que esta no fue la primera puerta que existió en el lugar. “A finales del siglo XVI también se levantó una puerta con motivo de la llegada de la reina Margarita de Austria. La calle Alcalá era el itinerario principal que recorrían los reyes y príncipes”, explicita.
Es decir, este enclave siempre ha sido un lugar muy representativo. Así lo fue ya en aquel momento, cuando un proyecto de Patricio Cajés se erige en el lugar. Las esculturas fueron obra de Pompeo Leoni, encargado a su vez de las esculturas de Felipe II y los monumentos fúnebres de la Basílica de El Escorial. Esta puerta estuvo en pie durante dos siglos, hasta que Carlos III intervino en la ciudad mediante actuaciones urbanas con un objetivo claro: embellecerla.
Desperfectos tras casi 250 años
El rey concitó a los mejores arquitectos del momento. Todavía se guardan los proyectos presentados por Ventura Rodríguez, arquitecto mayor de la ciudad y arquitecto principal, y Francisco Sabatini, el arquitecto real. Este último ganó, y Carlos III decidió que la obra fuera una exaltación de la propia monarquía. Por eso, la cara que da al exterior ofrece al paseante el escudo real. “Nos indican dónde estamos entrando, la capital de la monarquía española”, añade este especialista del COAM.
Tellería afirma que los últimos trabajos de restauración que se han llevado a cabo eran más que necesarios. En realidad, nunca se había intervenido el monumento de esta forma en sus 245 años de historia. La parte más dañada del monumento se ubicaba en la zona que da al Parque de El Retiro. “Quizá, en algún momento sufrieron el daño de alguna explosión. No está claro pero puso suceder en 1823, cuando entraron los 100.000 hijos de San Luis”, agrega.
Lasso de la Vega señala que un monumento de este tipo está sometido a elevados niveles de contaminación que afectan a un material que no está pensado ni preparado para ello. “La piedra es de granito, dura, así que lo que más sufre son las esculturas, de piedra caliza, mucho más degradable”, desarrolla.
Sea como fuere, la escultura de la fortaleza perdió su cabeza y un brazo, y no se restauró hasta 1900. Más tarde llegaría la pérdida de la espada por parte de la escultura que remite a la justicia, en 1929. Por aquellas fechas también se desprendió parte del ala con la trompeta de la fama.
Cómo mejorar la Puerta de Alcalá
Desde MCyP reclamaron al Consistorio de la capital que repusieran estos elementos en la restauración que han llevado a cabo. “La fama sin la trompeta se queda solo en un ángel, no se sabe a qué figura representa”, critica Tellería. Más allá de esta demanda, la entidad propuso al Ayuntamiento que realizara una intervención en la zona de tal forma que se pudiera pasear alrededor de la Puerta. “La Puerta de Alcalá tiene una escala gigantesca y no somos conscientes porque siempre la tenemos que ver desde lejos”, sostiene el integrante de MCyP.
Por eso, considera que no se trata de una escultura al uso que se pueda apreciar desde el exterior: “Habría que hacerla practicable, al igual que sucedía hasta los años 50 del siglo pasado mientras no había tanto tráfico”. La Puerta de Alcalá se encuentra rodeada por “una verdadera autopista”, tilda Tellería.
Por otra parte, la Puerta de Alcalá tan solo ha sido visitable mientras se restauraba a través de un andamio. “Uno de los defectos de su construcción es que tiene salas abovedadas en su interior, pero inaccesibles. Esa cubierta de plomo genera una condensación en invierno que permea a esas salas, de las que no puede salir el agua si no es filtrándose a través de las piedras”, se explaya el experto. De esta forma, si se hubiera hecho tal y como propuso Ventura Rodríguez, otro de los arquitectos que se postuló ante Carlos III, la Puerta sí tendría una escalera interna y una forma de evitar esa condensación.
Después de año y medio y un millón de euros invertidos, por fin terminaron las obras de mejora en la Puerta de Alcalá. El término de esta intervención, además, ha llegado a tiempo para que se pudiera disfrutar del ya tradicional belén que el Ayuntamiento despliega en ella desde hace algunos años. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, afirmó que se han solventado los principales problemas que tenía el monumento. ¿Qué más se podría haber hecho? ¿Por qué no podemos ver de cerca la Puerta de Alcalá? ¿Y por qué tampoco podemos subir a ella?
- Esta es la fecha en la que la Puerta de Alcalá estará restaurada tras más de 8 meses de obras Marina León Manovel
- El tradicional belén volverá a la Puerta de Alcalá de Madrid a partir del 22 de diciembre Europa Press
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