San Lorenzo de El Escorial y la 'octava maravilla': qué ver más allá de su monasterio

A los pies del monte Abantos y Las Machotas, en la sierra de Guadarrama, se encuentra San Lorenzo de El Escorial. Esta localidad al noroeste de Madrid es conocida por albergar el Real Monasterio de El Escorial, considerado en su momento la octava maravilla del mundo y hoy, Patrimonio Mundial de la Unesco. Pero, más allá de esta construcción centenaria, San Lorenzo es un destino para disfrutar con calma, en una escapada de dos o tres días. Te contamos algunos planes culturales, de naturaleza y gastronómicos para descubrir este Real Sitio madrileño.

1. El monasterio y el Conjunto Histórico-Artístico

Corría mediados del siglo XVI cuando Felipe II mandó construir un monasterio que además de reconocer la victoria de sus tropas en la batalla de San Quintín, se convertiría en un mausoleo para honrar la memoria de sus padres y la suya propia, bajo la protección de San Lorenzo, y un palacio. Las obras comenzaron en 1563 con el arquitecto Juan Bautista de Toledo, pero su muerte cuatro años más tarde hizo que tomara las riendas su pupilo, Juan de Herrera. Este reformó el proyecto y le confirió dos de las señas de identidad de un estilo que más tarde se conocería como herreriano: el rigor geométrico y la desnudez decorativa.

Son más de 33.300 metros cuadrados construidos en piedra granítica, donde destaca el trabajo del artista Juan Bautista Monegro en su fachada principal, coronada por un cuerpo de columnas jónicas, entre las que resaltan el escudo familiar de Felipe II y una estatua de San Lorenzo de cuatro metros de altura. En su interior, estancias como el Patio de Reyes, la Basílica, la Biblioteca, el Panteón de Reyes, el Panteón de Infantes, los Palacios, y las Salas capitulares son un reflejo de la majestuosidad de este monumento. En 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico y desde 1984 forma parte de la lista de la Unesco.

El municipio pasó a partir de ese momento a ser el centro de poder político, ya que el monarca trasladó la corte durante sus últimos años de reinado a esta zona de la sierra madrileña. Y su huella quedó plasmada en cada rincón. Desde los Jardines de los Frailes y los del Rey y la Reina, que bordean las fachadas sur y este del monasterio; hasta la Casita del Príncipe, entre el monasterio y el núcleo urbano, de estilo neoclásico; o la Casita del Infante, en la Dehesa de la Herrería. También en las tres Casas de Oficios, que originalmente formaban parte del monasterio-palacio, o la Casa de la Compañía, que la orden de los Jerónimos usaban como almacén y establo. Y otras edificaciones de interés cultural como la Casa Peláez, el Real Coliseo Carlos III, la zona de la Lonja o la universidad. Por todo ello, San Lorenzo es considerado Conjunto Histórico-Artístico.

Existen diferentes rutas urbanas, además de visitas guiadas y teatralizadas para recorrer las calles de la localidad y viajar por la historia.

2. Naturaleza en estado puro

Además de su patrimonio histórico, el municipio destaca por su riqueza natural. En las inmediaciones serranas del Real Monasterio de El Escorial, se encuentra el Pinar de Abantos y el Bosque de la Herrería, ambas zonas calificadas como Paraje Pintoresco. Desde allí parten, cruzan y terminan numerosas rutas para hacer tanto a pie como en bici. Los más curiosos pueden acercarse al centro de educación ambiental Arboreto Luis Ceballos, un museo vivo donde conocer las particularidades del ecosistema de la zona. Y, sin duda, una parada obligada es el mirador, la Silla de Felipe II, porque desde allí puede disfrutarse de una panorámica de la capital, rodeados de arces de Montpellier y golondrinas.

Otro lugar emblemático ligado al turismo activo escurialense es el Real Club de Golf de la Herrería. Este campo de 18 hoyos está ubicado dentro de El Bosque de la Herrería. Además de la práctica del golf, el club cuenta con pistas de tenis y pádel, así como piscinas para niños y adultos.

3. El Valle de Cuelgamuros

El Valle de Cuelgamuros de la sierra de Guadarrama fue el lugar elegido por el dictador Francisco Franco para construir una basílica y una abadía, que son consideradas Conjunto Monumental. Pedro Muguruza y Diego Méndez fueron los arquitectos al mando de esta obra casi faraónica, cuyo punto más característico es la cruz de 150 metros de altura y brazos de 24 metros que se encuentran coronando el Risco de La Nava.

Conocido como el Valle de los Caídos, las edificaciones fueron construidas tras la Guerra Civil, siendo esta zona considerada “la mayor fosa común de España”. Y es que allí, además de Primo de Rivera, se enterraron los cadáveres de casi 34.000 combatientes. El dictador mandó ser enterrado a los pies del altar mayor de la basílica, aunque sus restos fueron exhumados en 2018 y trasladados al cementerio de Mingorrubio en El Pardo.

4. Gastronomía de estrella Michelin

San Lorenzo de El Escorial también se puede conocer a través de la mesa. Las carnes de la Sierra de Guadarrama, así como las setas (tan propias de esta época del año) son la base de muchos de los platos de la zona. Una buena forma de saborear la localidad es sentarse en alguno de los locales de la plaza del Ayuntamiento, para degustar tapas y raciones, platos de cuchara o la huerta e, incluso, quesos artesanales madrileños.

Entre los restaurantes más típicos encontramos el Charolés, donde no puedes irte sin probar su famoso cocido, o Montia, un estrella Michelin donde el chef Dani Ochoa elabora a fuego lento guisos concentrados, salsas con fondo y otras combinaciones ligeras, siempre con productos de temporada y de la zona. Vesta y Cava Alta son otros dos lugares para añadir a la ruta gastronómica. Y si todavía tienes ganas de más, te invitamos a bajar a El Escorial para comer la cocina fusión de Valhalla Experience, la tradicional de La Rueda o las hamburguesas de La Erreria.