Mónica García, la anestesista de la pancarta que lideró a la izquierda frente a Ayuso

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Mónica García (Madrid. 1974) vivió el pasado jueves su último pleno en la Asamblea de Madrid. Se habló mucho de fruta, pero también de quién sería la futura ministra de Sanidad. La líder de Más Madrid, en todas las quinielas desde hace semanas, evitaba dar una confirmación entre bromas. "Soy anestesista y me gusta hacer las cosas poquito a poquito. Primero se mete al paciente en el quirófano, luego se le duerme, luego se le opera y luego se le saca. Así que poco a poco", dijo tras un bronco debate (otro más) en la Cámara de Vallecas. Y así, pasito a pasito, la doctora García ha dado un salto de gigante hasta el nuevo Gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar. De las protestas en la calle como portavoz de la marea blanca a némesis de Isabel Díaz Ayuso. Y de ahí al ministerio.

La nueva ministra, hija de psiquiatras, lleva la medicina en la sangre. También la política. Su padre fue diputado del PCE en la Asamblea de Madrid en los años 80 y ella misma ha relatado en diferentes entrevistas cómo la combinación de ambos mundos ha marcado su trayectoria. Su dimensión como referente de la izquierda, de hecho, empieza y acaba en la sanidad pública. Así lo reconocen tanto sus compañeros como rivales de otros partidos. "A nadie puede sorprenderle. Cuando fue elegida portavoz era algo natural porque era más conocida que todos y esto en parte también lo es", señala un diputado de Más Madrid.

La pandemia, primero, y la crisis sanitaria en la Comunidad de Madrid, con huelgas y manifestaciones hace un año, catapultaron a García como líder de la oposición frente al PP, desplazando al PSOE por primera vez en la región. Próxima a Yolanda Díaz, ahora sucede a José Miñones al frente del Ministerio de Sanidad como parte de la cuota de Sumar en el Ejecutivo.

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García, que llegó a la política en 2015, como diputada autonómica con Podemos, no tiene un perfil técnico. Más bien lo contrario, pese a su experiencia como anestesista, y con una gran proyección nacional. "Es una activista", reprochan desde la bancada popular. Los choques con Ayuso durante los últimos años han sido una constante en la Asamblea de Madrid. No ha importado el tema o el momento. Desde la sanidad pública a la guerra entre Israel y Hamás. Se han dicho de todo y el último pleno no fue una excepción. "Vamos a tener la primera ministra de Sanidad que va a ir en patinete a trabajar", dijo la presidenta autonómica. Las dos mujeres que han absorbido toda la política madrileña desde 2021 se han enfrentado dos veces, siempre con victoria para Ayuso.

La batalla ahora será entre administraciones. Mónica García, muy combativa, es la figura idónea para batallar contra los gobiernos y barones del PP, con un amplio poder territorial tras el 28-M. Si bien no es una cartera con muchas competencias, transferidas en su mayoría a las Comunidades Autónomas, los temas sobre la mesa son variados. La salud mental, el colapso de la atención primaria o el agotamiento de las plantillas, cada vez con menos profesionales, serán los problemas a abordar. Su equipo, que siempre ha destacado su "honestidad y fortaleza", aún guarda silencio respecto a sus planes de gestión.

Mónica García, muy combativa, es la figura idónea para batallar contra los gobiernos y barones del PP, con un gran poder territorial

Los plenos han sido, en muchas ocasiones, una algarada continua. Insultos, reproches, malos gestos y críticas de ida y vuelta, con el PSOE como convidado de piedra. "Están siempre al eslogan y a la pancarta. A ver quién es más macarra", lamentaba una fuente del grupo socialista en uno de los episodios más polémicos de la pasada legislatura. Fue cuando se supo que Mónica García, con tres hijos, había cobrado un bono término de 195 euros para sufragar la factura de la calefacción, aunque solo 24 horas antes había exigido la dimisión del portavoz del Ejecutivo autonómico, Enrique Ossorio, por la misma cuestión. El caso, que ella achacó a un "error", hundió su credibilidad y levantó reparos incluso entre los suyos.

La líder de Más Madrid, acusada de aplicar la ley del embudo, fue devorada por los límites morales y éticos que ella misma estableció. Y esos márgenes, precisamente, son recordados ahora tras su elección como ministra de Sanidad. "Ahora vamos a ver si todo es tan fácil y si las lecciones que nos ha dado las aplica", apunta una fuente del grupo popular.

Incertidumbre en Más Madrid

La salida de Mónica García abre ahora un periodo de incertidumbre en Más Madrid. La ministra de Sanidad continuará al frente de la formación de forma orgánica, pero la sucesión en la Asamblea, que recae en Manuela Bergerot, despierta algunas dudas porque no tiene ni el peso ni el grado de conocimiento público de García. "Es normal que ella quiera ser ministra, pero a la vez te queda como una sensación de vacío porque cuesta mucho construir la oposición", declara a este periódico un antiguo dirigente de Podemos en la región que trabajó con la ya exportavoz.

El temor es inevitable, especialmente por la pugna que el partido mantiene con el PSOE para liderar a la izquierda desde las elecciones de 2021. Juan Lobato evitó pronunciarse esta semana, pero a nadie se le escapa que tiene ahora una oportunidad de oro para recuperar el terreno perdido. Aunque también hay quien piensa que el salto de Mónica García al Consejo de Ministros puede servir como trampolín y disparar la marca más allá de los límites regionales. "Todo dependerá del trabajo que hagamos", dice un parlamentario de Más Madrid. Poquito a poquito.