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Mónica García y sus horas más bajas como líder de la izquierda: "Ha perdido credibilidad"
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Crisis antes del 28-M

Mónica García y sus horas más bajas como líder de la izquierda: "Ha perdido credibilidad"

La polémica por el bono térmico y el final de la crisis sanitaria en la región desdibujan la figura de la portavoz de Más Madrid, cuestionada entre sus potenciales socios del PSOE y Podemos por la "falta de coherencia"

Foto: Mónica García, esta semana en la Asamblea de Madrid. (EFE/Daniel González)
Mónica García, esta semana en la Asamblea de Madrid. (EFE/Daniel González)

Las elecciones del 4-M confirmaron a Isabel Díaz Ayuso como uno de los faros de la derecha en España. Y al mismo tiempo, catapultaron a Mónica García como su némesis. Más Madrid desplazó al PSOE por primera vez como referente de la izquierda en la Comunidad de Madrid y la doctora asumió por la vía de los hechos el liderazgo de la oposición a la presidenta popular. Médica y madre contra el PP. Pero el escenario ha dado un giro radical a las puertas de las elecciones del 28 de mayo. La polémica en torno al bono térmico y el final de la crisis sanitaria en la región han desdibujado hasta el extremo la figura de García, en sus horas más bajas desde su irrupción en política. Lo sucedido con el cobro de la prestación para familias numerosas por su marido ha abierto una grieta considerable en su discurso y tanto propios como ajenos advierten de una "pérdida de credibilidad". Al tiempo que en su partido reconocen cierta preocupación por lo sucedido, los socialistas y Unidas Podemos aprovechan la coyuntura para reivindicarse como la verdadera alternativa.

Foto: a portavoz de Más Madrid, Mónica García. (EFE/Javier Lizón)

El pasado martes se supo que Enrique Ossorio, número dos del Ejecutivo autonómico, recibe una ayuda de 195 euros al año para sufragar la factura de la calefacción por familia numerosa. La líder de Más Madrid recibió la información como un balón botando a dos metros de la portería y se apresuró a exigir por enésima vez la dimisión del vicepresidente de Ayuso por una conducta "indecente". "Tras conocer que el número 2 de Ayuso estuvo cobrando el bono social para personas vulnerables, solicitamos su dimisión o su cese inmediato. No es tolerable tanta falta de ética pública", publicó en su perfil de Twitter a la mañana siguiente. La ofensiva, sin embargo, se volvió en su contra como un bumerán solo unas horas después, cuando se conoció que el marido de García había cobrado la misma prestación.

El revuelo ha sido mayúsculo y nada de lo que ha trascendido después ha tapado el resbalón de Mónica García. Tampoco que Alfonso Serrano, diputado en la Asamblea y secretario general del PP de Madrid, también lo cobrase. El Pleno del jueves en la Cámara de Vallecas fue especialmente bronco, con una constante de reproches cruzados. También desde las bancadas del PSOE y Unidas Podemos, que han olido la sangre y han encontrado un nuevo resquicio no solo para intentar desgastar al Gobierno regional, sino para diferenciarse de Más Madrid y marcar su espacio antes de las elecciones del 28-M.

Mónica García, tan cuestionada como Enrique Ossorio, reconoció lo ocurrido, redujo el cobro del bono a un "error" y se comprometió a devolverlo. La líder de la oposición en Madrid alegó que su marido, directivo de una multinacional, recibió los 195 euros de forma automática por familia numerosa. Las explicaciones no convencieron. Todos los ojos de la Cámara, salvo sus compañeros de partido, sitúan a los dos políticos al mismo nivel ético, aunque ella se empeñaba en distanciarse. "Me niego a ser como ustedes", dijo al PP.

Dudas en las filas de Más Madrid

Más Madrid ha cerrado filas en las últimas horas e intenta exhibir unidad ante las horas más bajas de su líder. Y es cierto que de forma generalizada aplauden el gesto de reconocer el paso en falso y pedir disculpas. Pero no esconden su "preocupación" y advierten de que puede pasar factura. "Ha sido un error y a ver si somos capaces de que no tenga mucho más recorrido del imprescindible. Estos asuntos que afectan a la credibilidad son fastidiados", reflexiona un parlamentario de la formación, que ve al resto de fuerzas de la izquierda volcadas en sacar tajada. El principal temor entre las filas del partido es que pueda generar cierta desmovilización y desconfianza. "Nosotros somos los que hemos puesto el parámetro moral tan estricto. Esperemos que sirva de reflexión y deje de competir en la liga de la moralina. Hay que pensar bien antes de pedir la dimisión de nadie", apunta otro diputado en Madrid.

"El problema es la incoherencia. Ossorio habla de paguitas y se lleva el bono. Y Mónica pidiendo dimisiones por todo menos para ella"

La lectura compartida es que Mónica García se ha dejado buena parte de su credibilidad en este trance. Hace solo unos meses era vista como la punta de lanza de la ofensiva de la izquierda, pero ahora se ha diluido como un azucarillo. Fuentes del PSOE en Madrid también critican su "purismo constante", repartiendo carnés de todo, como si la líder de Más Madrid fuera devorada por su propio personaje. "El problema es la incoherencia. Ossorio habla de paguitas y se lleva el bono. Y Mónica pidiendo dimisiones por todo menos para ella". Desde el grupo socialista, que encabeza Juan Lobato, señalan la invalidez del discurso de su potencial aliada y hacen un paralelismo con Pablo Iglesias y sus contradicciones. "Al votante de Más Madrid esto lo recuerda todo de lo que ya pasó con Iglesias y su chalé en Galapagar. Ella habla desde su pisazo en el Retiro y supuestamente sin saber si ha cobrado o no 200 euros", subrayan las voces consultadas.

El PSOE, cuyo primer objetivo es recuperar el liderazgo de la izquierda, atisba en esta polémica una oportunidad de oro para recuperar el terreno perdido. No tanto por hacer leña del árbol caído, sino por la diferencia de modelos. "Frente a sus numeritos, nosotros tenemos propuestas y una alternativa sólida. A Mónica le pasa un poco como a Ayuso, y es que no se puede estar siempre en el eslogan y en ser la más macarra en contestar", apuntan.

Foto: El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio. (EFE/Zipi)

En Unidas Podemos la reflexión es parecida, aunque públicamente eviten una confrontación directa con Mónica García y se vuelquen con el PP. Las fuentes consultadas en Más Madrid, de hecho, advierten de algunos movimientos entre los morados con intereses electorales. Sea como fuere, nadie duda de que lo ocurrido es una mala noticia que mina la credibilidad antes de las urnas. Y seguramente también su capacidad de movilización. "Honestamente, si a algo afecta es a la credibilidad de la política por parte de la ciudadanía. Y me preocupa que hechos como este contribuyan a la desafección ciudadana", apunta a este periódico Alejandra Jacinto, candidata de la formación en las próximas elecciones. El partido no esconde que son una alternativa sólida a Más Madrid tras su paso en falso. "Hay varias opciones progresistas y los votantes de izquierdas en estos momentos tienen opciones para elegir el que más se ajuste a sus demandas y preocupaciones", señalan.

El equipo de Mónica García, por su parte, da por zanjada la crisis pese a la tormenta desatada y niega que las contradicciones de su portavoz vayan a influir. Ni siquiera creen que existan. "Es una persona acostumbrada a pelear contra las adversidades. Es médica, anestesista y trabajó en una UCI durante los peores momentos de la pandemia. Es fuerte, tiene ganas, y de una honestidad y altura moral incuestionables, como se ha demostrado durante las últimas horas". La versión oficial es que desconocía por completo que recibía el bono térmico porque se recibe automáticamente y además está a nombre de su marido. "Ella es la única alternativa a Ayuso y la líder indiscutible del bloque progresista en la Comunidad de Madrid", concluyen en mitad de las críticas.

Fuentes parlamentarias de la oposición reconocen que la crisis sanitaria está acabada políticamente tras el acuerdo con los médicos

Esta explicación, sin embargo, tiene algunas lagunas. El bono social eléctrico no se otorga por defecto, hay que solicitarlo y justificar el cumplimiento de los criterios. Entre ellos, las familias numerosas deben presentar el libro de familia. Sin embargo, el bono social térmico que percibe García sí se otorga por defecto, pero es imprescindible contar con el bono eléctrico para poder recibirlo. "Nadie puede decir que lo ha obtenido sin pedir nada", aseguran fuentes del Ministerio de Transición Ecológica. Para su recepción, las compañías eléctricas deben identificar qué clientes ya se benefician de la primera prestación. Después comunican estos datos a las comunidades, que son las responsables de hacer los pagos, con recursos transferidos desde el Gobierno central.

Sin iniciativa ante Ayuso

Para muchos llueve sobre mojado. En el ecuador de la legislatura, apenas unos meses antes de las elecciones de 2021, Mónica García ya tuvo que dar explicaciones por el cobro indebido de 13.000 euros de su sueldo de parlamentaria cuando estaba de baja en el Hospital 12 de octubre. También entonces redujo la problemática a un "error" y acusó al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso de un uso fraudulento de los datos privados de los diputados. Sea como fuere, lo cierto es que el castillo construido en torno a su figura se tambalea en el peor momento posible, a apenas dos meses para la cita con las urnas.

Foto: Manifestación por la sanidad pública en Madrid. (EFE/Sergio Pérez)

La polémica con el bono no es ni mucho menos el único contratiempo para Mónica García. La líder de Más Madrid ha sido la extensión en la Asamblea de Madrid de la marea blanca, con una estrategia para capitalizar el desencanto de la sociedad madrileña con la sanidad pública. Su condición de médico armó su discurso desde la campaña del 4-M, con una presencia casi omnipresente en todas las cuestiones relacionadas con la salud, pero esa imagen queda ahora algo desdibujada. El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha cerrado un acuerdo con los médicos y pediatras de atención primaria y la huelga es historia. Y la crisis sanitaria seguramente también.

Fuentes parlamentarias de la oposición reconocen con cierta resignación que el foco se ha desviado y que la oposición por este tema no concede ya demasiado margen de maniobra. "Políticamente, ya no hay mucho más. No queda otra cosa que vigilar para que el servicio mejore, que es cierto que eso todavía está por ver", señalan desde las filas socialistas. El pacto de Isabel Díaz Ayuso con los facultativos cerró un problema abierto durante más de 100 días, pero al mismo tiempo ha desactivado a sus rivales políticos como un golpe maestro. Sobre todo a Mónica García, cuestionada y sin la iniciativa contra la presidenta.

Las elecciones del 4-M confirmaron a Isabel Díaz Ayuso como uno de los faros de la derecha en España. Y al mismo tiempo, catapultaron a Mónica García como su némesis. Más Madrid desplazó al PSOE por primera vez como referente de la izquierda en la Comunidad de Madrid y la doctora asumió por la vía de los hechos el liderazgo de la oposición a la presidenta popular. Médica y madre contra el PP. Pero el escenario ha dado un giro radical a las puertas de las elecciones del 28 de mayo. La polémica en torno al bono térmico y el final de la crisis sanitaria en la región han desdibujado hasta el extremo la figura de García, en sus horas más bajas desde su irrupción en política. Lo sucedido con el cobro de la prestación para familias numerosas por su marido ha abierto una grieta considerable en su discurso y tanto propios como ajenos advierten de una "pérdida de credibilidad". Al tiempo que en su partido reconocen cierta preocupación por lo sucedido, los socialistas y Unidas Podemos aprovechan la coyuntura para reivindicarse como la verdadera alternativa.

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