¿Desmontar el puente de Vallecas? Ingenieros te explican por qué soterrar la M-30 es casi imposible
Expertos consultados por El Confidencial coinciden en que actuar sobre el histórico 'scalextric' es una tarea muy compleja que debe abordarse con tranquilidad y consenso político
El futuro del puente de Vallecas es una de las grandes incógnitas de Madrid. La infraestructura, casi una reliquia urbana, ha generado un profundo debate en el Ayuntamiento de la capital, con una división entre los partidarios de su desmontaje integral y quienes apuestan por buscar una fórmula alternativa. O lo que es lo mismo: entre la oposición de izquierdas y el equipo de Gobierno del PP. La realidad, sin embargo, trasciende del mero juego político y advierte que se trata de uno de los grandes proyectos transformadores de los próximos años. Una obra gigantesca de enorme complejidad y futuro incierto. El Confidencial ha preguntado a expertos en ingeniería sobre las opciones técnicas para sustituir el scalextric, la última frontera física al sur de la ciudad, y repetir el modelo de soterramiento en Madrid Río.
El puente, para quien no lo sepa, es una mole de hormigón que soporta cada día cerca de 200.000 vehículos que circulan por la M-30, con conexiones a uno y otro lado de la vía. También es una frontera física entre los distritos de Retiro y Puente de Vallecas, una especie de muro entre uno de los barrios más ricos de la ciudad y uno de los más pobres. Con este escenario surgen dos preguntas: ¿Es oportuno actuar sobre el scalextric? ¿Merece la pena?
"La ciudad mejoraría mucho, de eso no hay duda. Pero es muy difícil... Es una obra que se puede hacer, pero si me preguntas por la oportunidad, eso ya es más discutible. Viendo las complicaciones y el enorme coste que supondría, hay que valorar si es una prioridad", explica a este diario Manuel Romana, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros, Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
"La ciudad mejoraría mucho, de eso no hay duda. Pero es muy difícil. Si me preguntas por la oportunidad, ya es más discutible"
El Ayuntamiento de Madrid aprobó en marzo de 2021 una moción, apoyada por todos los grupos políticos (PP, Más Madrid, PSOE, Ciudadanos y Vox), para desmantelar el scalextric tras 45 años en pie, con la siguiente legislatura como horizonte para el inicio de la tramitación. La idea inicial era soterrar la M-30 y habilitar un gran parque en una superficie superior a 130.000 metros cuadrados, con las obras de Madrid Río como referencia.
Apenas un año después, el equipo de Gobierno encabezado por José Luis Martínez-Almeida paralizó el plan al considerar que no era viable técnicamente. "No compensa", señalaron entonces fuentes municipales. Y aunque formaciones como Más Madrid o el PSOE insisten en que sí es posible, lo cierto es que los expertos también tienen dudas sobre cómo actuar en la infraestructura.
Enterrar la vía de circunvalación no parece la mejor opción. "Debido al múltiple número de infraestructuras y los servicios existentes en la zona de actuación, así como las características geotécnicas de la zona (terrenos sueltos, de baja capacidad portante y fácilmente colapsables durante los procesos de excavación), se minimizan las opciones técnicas para materializar esta actuación, que requeriría el soterramiento de la M-30 bajo la avenida de la Albufera con una anchura de sección superior a los 17 metros por sentido", explican a este periódico desde el Colegio de Ingenieros, de Caminos, de Canales y Puertos de Madrid, que entre sus funciones está la colaboración con las Administraciones y la realización de estudios, informes o dictámenes, tanto por orden de un tercero como por iniciativa propia.
El soterramiento es un problema por el paso del metro y las características geotécnicas de la zona. "No es aconsejable", dicen en el Colegio de Caminos, Canales y Puertos
Actuar en la zona presenta dos problemas. Por un lado, porque por debajo de la M-30 pasa la línea 1 de Metro, que cruza el puente y tiene su estación homónima a sus pies. Y, por otro, por los colectores del antiguo arroyo de Abroñigal. "La infraestructura ferroviaria, que data de 1923, se sitúa sobre rellenos antrópicos, como basuras o escombros, producidos por la aportación de vertidos resultantes de la expansión de la ciudad que fueron rellenando la cuenca del arroyo. Cualquier actuación subterránea bajo estos elementos es desaconsejable", añaden en el Colegio de Ingenieros.
Romana comparte el diagnóstico. Y precisa que sortear todo ese entramado subterráneo es una obra faraónica con un coste millonario. "Es muy, muy difícil. Habría que bajar mucho y es muy complicado. Además, hay que tener en cuenta el coste completo de la operación, que puede incluir actuaciones en un tramo no pequeño y en otros enlaces. Y también las implicaciones para estas otras infraestructuras y los servicios afectados", añade el profesor de la UPM. Según las fuentes consultadas, una actuación de este calibre podría alcanzar los 1.000 millones de euros. Desde el Área de Urbanismo, por su parte, aseguran que continúan con los estudios técnicos para encontrar una alternativa. El desmontaje no es una opción para el Gobierno municipal.
Los expertos consultados coinciden en las bondades de acabar con esta frontera física, pero a la vez advierten de que puede ser peor el remedio que la enfermedad. "El desmontaje del puente de Vallecas, dado el elevado número de condicionantes, requiere un análisis profundo antes de considerar si es o no oportuno en este momento. En ocasiones, el alto coste de una actuación y las afecciones que tendría para los ciudadanos no compensan las mejoras obtenidas", señalan en el Colegio.
El punto de partida debe ser un análisis a largo plazo, como un gran proyecto de ciudad, con el consenso y la implicación de los partidos políticos. "No puede plantearse como una actuación de una legislatura. Es clave que se abra un proceso de información pública y que todos los afectados sean conscientes de todo lo que se va a hacer en la zona y cuánto tiempo. Y es posible que al hacerlo el proyecto finalmente se paralice", subraya Romana, que hace su análisis a título particular.
El Ayuntamiento de Madrid tiene claro que es necesario actuar en la zona para mejorar el entorno, donde viven cerca de 150.000 personas, y acabar con la histórica fractura entre las dos realidades de la ciudad. Las opciones sobre la mesa, sin embargo, también despiertan ciertas dudas por la carga de tráfico que soporta la M-30. Manuel Romana plantea la construcción de nuevas conexiones antes y después del puente de Vallecas, de modo que el tráfico se diluya en la zona. Pero él mismo casi lo descarta al instante. "Es muy difícil. Mantener esa conectividad en la zona es muy difícil", declara, tras recordar que existen todavía otras infraestructuras similares que no pueden desaparecer, como los elevados que soportan las antiguas rondas por encima de la Castellana. Nadie sabe dónde meter esos casi 200.000 coches diarios.
Propuestas de los grupos
La reordenación del tráfico es la propuesta de Más Madrid. El grupo municipal, encabezado por Rita Maestre, incluye el desmontaje del puente de Vallecas en el programa "Conecta Vallecas". Su plan para por el "rediseño de los accesos al bypass, de la sección de los viales de paso y de las incorporaciones y salidas a la M-30 en el ámbito". Una vez retirado el elevado, el partido propone un "rediseño de las calles adyacentes, diseñando las posibles zonas estanciales, verdes y de paso", añade. La dispersión del tráfico, no obstante, tampoco es bien recibida por los expertos.
El PSOE comparte la idea de desmantelar el elevado, aunque no profundiza en los problemas técnicos y las afecciones en la zona durante las obras. "Además, no se queda solo en el desmontaje del puente, el proyecto está dentro del nuevo modelo urbano que presentamos en la campaña, Madrid Próximo. Dentro de este plan estratégico se contemplan intervenciones en los barrios de San Diego y Doña Carlota, próximos al eje de la Avenida de la Albufera, que complementaban el plan", dicen en el grupo que dirige Reyes Maroto.
Vox, más cerca del equipo de Gobierno, prefiere esperar y no se aventura a presentar ningún proyecto. "Depende de las posibilidades técnicas. No puede existir una obcecación política en llevar adelante un proyecto si no es viable", exponen fuentes del equipo de Javier Ortega Smith.
El futuro del puente de Vallecas es una de las grandes incógnitas de Madrid. La infraestructura, casi una reliquia urbana, ha generado un profundo debate en el Ayuntamiento de la capital, con una división entre los partidarios de su desmontaje integral y quienes apuestan por buscar una fórmula alternativa. O lo que es lo mismo: entre la oposición de izquierdas y el equipo de Gobierno del PP. La realidad, sin embargo, trasciende del mero juego político y advierte que se trata de uno de los grandes proyectos transformadores de los próximos años. Una obra gigantesca de enorme complejidad y futuro incierto. El Confidencial ha preguntado a expertos en ingeniería sobre las opciones técnicas para sustituir el scalextric, la última frontera física al sur de la ciudad, y repetir el modelo de soterramiento en Madrid Río.