La incógnita Rocío Monasterio: los daños colaterales de la crisis de Vox en Madrid
El futuro de la portavoz de la formación en la Asamblea está lleno de dudas. La salida de Espinosa de los Monteros debilita aún más su figura, lastrada ya tras la victoria de Ayuso
El adiós a la política de Iván Espinosa de los Monteros ha situado el foco en otra de las figuras más mediáticas de Vox. La crisis destapada en la formación ultraconservadora alimenta también las dudas que rodean a Rocío Monasterio, mujer del ya exportavoz parlamentario y en tierra de nadie tras el fiasco de las elecciones autonómicas del 28 de mayo. El futuro de la líder del partido en la Comunidad de Madrid está lleno de incógnitas, sin capacidad de influencia frente a Isabel Díaz Ayuso, fuera de escena y sin grandes apoyos orgánicos. Ella recogió su acta de diputada el pasado mes de junio y nadie se atreve a vaticinar cambios en la región, pero la incertidumbre no cesa.
La mayoría absoluta del PP en Madrid dejó a Monasterio en una situación muy comprometida. La dirigente, que durante los últimos cuatro años gozó de un importante altavoz político desde la oposición, ha pasado a la nada. El año pasado bloqueó los presupuestos y, entre otras cuestiones, desplegó todo su argumentario exigiendo a Ayuso la derogación de las leyes de género y LGTBI madrileñas a cambio de sus votos. Pero ya no tiene más que ofrecer. Vox, con 11 escaños, no tiene ningún poder sobre la gobernabilidad de la región.
Este escenario ya se contemplaba en el partido antes de los comicios del 28-M. También por ella, que según las fuentes consultadas intentó cambiar de aires y dejar la Cámara de Vallecas. Todas las encuestas vaticinaban una victoria contundente de Ayuso y la líder regional buscó acomodo en el Ayuntamiento de Madrid. La batalla en Cibeles estaba, en principio, más abierta que en la Asamblea y los rumores apuntaban a una salida de Javier Ortega Smith tras una legislatura especialmente tensa. El portavoz municipal, sin embargo, fue apartado de la secretaría general y confirmado de nuevo como candidato para competir con José Luis Martínez-Almeida.
Movimientos fallidos
Cerrada esta puerta, tocó el timbre del grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, donde su marido ejercía como referente y portavoz. Pero este movimiento también fue rechazado por la dirección del partido e incluso tras el batacazo electoral no fue incluida en ninguna de las listas para el 23-J. Entonces la cúpula trasladó el mensaje de que Santiago Abascal buscaba un tándem fuerte en dos de las plazas más importantes y con mayor atención.
Algunas fuentes apuntaban que Monasterio era una apuesta a largo plazo, con el argumento de que Ayuso no tardaría en dar el salto a la arena nacional. Pero todos esos argumentos se diluyen ahora entre las dudas y los recelos, en plena crisis por el enfrentamiento entre las dos corrientes que conviven en el partido. La liberal, que hasta este martes encabezaba Iván Espinosa de los Monteros, y la línea dura y nacionalista, liderada por Jorge Buxadé.
La política ha pasado a un segundo plano y su peso en la estructura orgánica del partido es escasa. Las fuentes consultadas, incluso, aseguran que es "nula", pese a ser la líder en la Comunidad de Madrid. Durante la campaña de las elecciones generales, participó en algunos actos del partido e incluso intervino en el mitin de cierre, organizado en la plaza de Colón con los primeros espadas de la formación, pero cada vez es menos escuchada. Y la previsión, salvo giro inesperado, es que esto vaya a más, porque el foco ya no está en la región. Vox gobierna con el PP en Castilla y León, Extremadura, la Comunidad Valenciana y Aragón y todavía negocia para entrar en el Ejecutivo de Murcia, aunque los populares se resisten. Además de grandes ayuntamientos en toda España. Lo lógico es que los esfuerzos se concentren allí.
Rocío Monasterio puede acabar como otra víctima colateral del choque de trenes en la formación. La líder en Madrid guarda silencio respecto a la decisión de Espinosa de los Monteros, que arguye "motivos personales y familiares" para abandonar la política, pero varias voces advierten de que este cambio puede marcar un punto de inflexión para el devenir del partido. Por el riesgo de un desplome electoral aún mayor, pero también por la rebelión de la corriente interna. Una marejada imposible de evitar para quien formaba parte del núcleo fuerte de Vox hasta hace muy poco. El futuro es una incógnita.
El adiós a la política de Iván Espinosa de los Monteros ha situado el foco en otra de las figuras más mediáticas de Vox. La crisis destapada en la formación ultraconservadora alimenta también las dudas que rodean a Rocío Monasterio, mujer del ya exportavoz parlamentario y en tierra de nadie tras el fiasco de las elecciones autonómicas del 28 de mayo. El futuro de la líder del partido en la Comunidad de Madrid está lleno de incógnitas, sin capacidad de influencia frente a Isabel Díaz Ayuso, fuera de escena y sin grandes apoyos orgánicos. Ella recogió su acta de diputada el pasado mes de junio y nadie se atreve a vaticinar cambios en la región, pero la incertidumbre no cesa.