La comisión de residencias dispara la tensión y amenaza la paz entre Ayuso y Vox

La posible apertura de una comisión de estudio sobre las residencias de mayores durante la pandemia ha elevado la tensión entre el PP y Vox en la Comunidad de Madrid. El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso no oculta su malestar ante la iniciativa activada la semana pasada por el grupo de Rocío Monasterio, después de meses de mano tendida y sin sobresaltos. La paz que mantenían hasta la fecha está amenazada en un momento para nada casual, a las puertas de la negociación para los presupuestos de 2023 y a ocho meses para las elecciones autonómicas del 28 de mayo.

El pleno de este jueves en la Asamblea, cuando se votará la moción, será un termómetro para medir hasta qué punto ha habido un giro en la relación entre ambas dirigentes. Lo cierto es que la sesión de la semana pasada ya fue una pista de hasta qué punto están caldeados los ánimos. Tanto la presidenta madrileña como varios miembros de su Ejecutivo, como el vicepresidente Enrique Ossorio, cargaron con dureza contra sus potenciales socios, a quienes acusan de "aliarse con la izquierda" y de intentar sacar tajada por cuestiones "electoralistas". Es raro que a estas alturas Mónica García y la señora Rocío Monasterio coincidan en esta actuación", declaró Ossorio.

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Ayuso fue mucho más contundente durante el pleno en la Asamblea, cuando se abordaron cuestiones relacionadas con las residencias, con un cruce de declaraciones con Monasterio. "¿Qué hacen ustedes pactando con la izquierda? Es que esta gente les llama ultraderecha, esta gente querría ilegalizarles a ustedes... ¿Se puede saber cómo se ponen de la mano de la izquierda para hacer semejante despropósito? Mire, en esta vida, además de ser firme y tener valor, hay que tener principios. Se tienen que replantear esa comisión", dijo la dirigente autonómica.

La sesión del jueves advierte de un cambio de ciclo en la relación entre PP y Vox, en un pulso constante por liderar el electorado de la derecha. También en la política madrileña, con la tensión por las nubes a cuenta de las residencias. Los populares, de hecho, ya han anunciado que no participarán en la comisión si finalmente sale adelante. El grupo de Monasterio, por su parte, niega que este movimiento tenga algo que ver con sus aspiraciones electorales y limitan su actuación a una mejora del modelo de las residencias y del cuidado de nuestros mayores. "Trabajemos juntos, no se sienta usted atacada, y mejoraremos la vida de los madrileños", contestó la propia Rocío Monasterio a Isabel Díaz Ayuso en la Cámara de Vallecas.

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Si bien Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos no han confirmado aún su voto, en el Gobierno creen que no se opondrán y que la comisión de estudio sobre las residencias se activará, habida cuenta de que es uno de los principales argumentos de la oposición contra Ayuso. Así lo han demostrado durante la última semana, especialmente por la polémica sobre las declaraciones de Enrique Ossorio, que concentró la ira de la izquierda tras decir en rueda de prensa que las familias "ya han superado" el drama ocurrido en estos centros durante los primeros meses de la pandemia. "Pensamos que no tiene sentido. Mandamos un mensaje falso a los familiares. Parece que estamos diciendo o sospechando que las muertes que sucedieron se pudieron evitar y eso no es cierto. Las familias ya lo han superado", dijo el número dos del Ejecutivo madrileño, que no se ha retractado de estas palabras.

En el Ejecutivo madrileño defienden que la comisión esconde una estrategia para confrontar con la presidenta de la Comunidad de Madrid antes de las elecciones autonómicas y municipales. Además, consideran que activarlo en este momento remite a un plan calculado por Vox, sobre todo por la relevancia mediática que ha tomado la publicación del libro del exconsejero de Políticas Sociales Alberto Reyero, 'Morirán de forma indigna' (Libros del KO), que versa sobre los más de 7.000 mayores que fallecieron en estos centros durante el covid.

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No es la primera vez que Vox se alinea con las tesis de la izquierda para atacar a la presidenta madrileña. El año pasado por estas fechas ya impulsó un pleno monográfico sobre la contratación de emergencia durante la pandemia. La sesión disparó la tensión en la Cámara de Vallecas, hasta el punto de que todos los grupos (salvo el PP) abandonaron el hemiciclo tras la expulsión de una diputada que acusó al hermano de Isabel Díaz Ayuso de influir en las adjudicaciones públicas. "Se dedica a ir por los hospitales a sugerir a las unidades de contratación a qué empresa hay que contratar", dijo la socialista Carmen López, que fue interpelada por la presidenta de la Asamblea, la popular María Eugenia Carballedo. Más allá del episodio y su relación con la crisis que meses después dinamitó al PP, aquello sentó muy mal en el Ejecutivo autonómico, que criticó duramente a Vox por hacer un frente común con Más Madrid, PSOE y Podemos y dar pábulo a sus denuncias.

Negociación en ciernes

La negociación sobre los presupuestos parecía encarrillada y sin grandes obstáculos hasta la semana pasada. Fue el propio partido encabezado por Monasterio quien aseguró hace poco más de un mes que apoyaría las cuentas si Ayuso incluía rebajas de impuestos, ayudas a los autónomos y una reducción de gastos superfluos en la Administración, unas reclamaciones ya cumplidas en algunos casos. Desde la formación ultraconservadora, incluso, reconocían que buscar réditos electorales en un contexto económico tan complicado sería una "irresponsabilidad". Pero la situación ha cambiado. La iniciativa sobre las residencias se ha interpretado en Sol como un giro inequívoco de la estrategia de Vox, de nuevo con un perfil más duro y combativo.