Ayuso entrega a Ossorio el timón ideológico y programático de su Gobierno

Enrique Ossorio, el nuevo hombre fuerte de Isabel Díaz Ayuso, pilotará el programa político del Gobierno de la Comunidad de Madrid a un año de las elecciones. El también consejero de Educación ha tomado posesión este lunes como vicepresidente del Ejecutivo, una vez que Enrique López ha sido desplazado de la cúpula autonómica. Ossorio asume el peso ideológico del Ejecutivo en un momento clave, en la recta final de la legislatura y con numerosos frentes abiertos con Pedro Sánchez, como la educación o la presión fiscal. "Confiamos en ti", ha declarado la presidenta madrileña entre halagos y agradecimientos.

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El ascenso de Ossorio en la nueva estructura autonómica no es una novedad. Tampoco que recaiga en él esta responsabilidad. El consejero, una persona fundamental dentro del núcleo de confianza de Ayuso, ya diseñó el programa del PP en las elecciones de 2019 y tuvo un papel capital en el del 4-M de 2021. La propia presidenta regional ha explicado que le encargó tales funciones por su forma "metódica y detallista" de trabajar, algo que urge repetir en este momento.

Isabel Díaz Ayuso ha explicado la necesidad de contar con un vicepresidente para abordar todos los retos que están por venir, a un año de los comicios. Desde la sanidad al transporte o la vivienda, pero a nadie se le escapa que la figura de Enrique Ossorio trasciende de la mera gestión y apunta también a las batallas ideológicas que el Gobierno de la Comunidad de Madrid plantea al Ejecutivo de Sánchez, con ocho procedimientos judiciales abiertos desde el inicio de la pandemia. La educación y el supuesto "adoctrinamiento" de la Lomloe, la conocida como ley Celáa, tienen un papel destacado por todo lo que supone. Desde Sol creen que la distorsión de la Historia y del valor de la Hispanidad son dos afrentas que no se pueden eludir.

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Ossorio, que lidera la campaña contra la Administración central con un recurso ante el Tribunal Supremo contra los currículos educativos de Bachillerato, ha aprovechado un desayuno informativo con Europa Press para insistir en esta cuestión. "Sánchez es el peor enemigo de la educación pública de la historia democrática y de España", ha declarado el consejero madrileño este mismo lunes, apenas unas horas antes de su toma de posesión. La estrategia está muy clara.

"Ahora más que nunca necesitamos de ese programa político", dijo Ayuso en la toma de posesión, con críticas a la 'Ley Celaá'

"Ahora más que nunca necesitamos de ese programa político. Sé que, además, seguirás cuidando la educación de nuestros niños y jóvenes. No se merecen lo que están haciendo con ella", subrayó Ayuso durante el acto, acompañada por todos los miembros de su Ejecutivo. Pero el programa político va más allá. El objetivo es que se asienten los cimientos para los próximos años, sin dejar de lado ninguno de los frentes abiertos y los quedan por llegar. La llamada guerra cultural es una prioridad y Ossorio será el encargado de ajustar las líneas maestras. "Nos toca decidir qué Madrid queremos en 10, 15 o 20 años", declaró la presidenta.

Cuentas con el casadismo

Enrique Ossorio, que acumula 40 años en la Administración pública, también tiene una larga trayectoria política. Ha sido director general, viceconsejero y consejero. El cargo de vicepresidente que ahora ostenta es su techo. Su nombramiento es un reflejo de la confianza que Isabel Díaz Ayuso tiene en él. Tanto personal como profesional. Una suerte de premio después de unos meses muy complicados y convulsos, con la crisis interna que dinamitó al Partido Popular.

El movimiento, de hecho, se reconoce como un ajuste de cuentas de la baronesa madrileña con el casadismo. Como ha venido informando El Confidencial, el desplazamiento de Enrique López tiene mucho que ver con su afinidad con Pablo Casado y la anterior cúpula de Génova. Aunque Ayuso ha evitado una crisis de Gobierno, lo cierto es que sí ha hecho ajustes puntuales que afectan a los consejeros señalados tras el escándalo por el espionaje a su hermano. A la pérdida de confianza de López, que mantiene sus competencias como consejero, hay que sumar la delicada situación de los titulares de Transportes e Infraestructuras, David Pérez, y Administración Local y Digitalización, Carlos Izquierdo. Ambos evitaron defender directamente a la presidenta durante su pulso con Casado por el congreso regional.

Tanto Pérez como Izquierdo han desaparecido del organigrama del nuevo PP de Madrid, donde sí figuran como vocales los consejeros Javier Fernández-Lasquetty y Paloma Martín, del círculo de confianza de Ayuso. Además, la dirigente madrileña ha premiado a los viceconsejeros de los citados departamentos, incluyendo a Carlos Díaz-Pache (Transportes e Infraestructuras) y José Antonio Sánchez Serrano (Administración local y Digitalización) en la estructura del partido. Es decir, que los número dos tendrán más poder orgánico que los propios titulares. Tampoco tienen responsabilidades los principales alcaldes del noroeste, uno de los grandes feudos de la formación en la región. José Luis Álvarez Ustarroz, de Majadahonda; Susana Pérez Quislant, de Pozuelo de Alarcón, y José de la Uz, de Las Rozas, han perdido sus atribuciones después de mostrarse ambiguos o en contra del cónclave en cuestión, apoyando el discurso de la anterior cúpula de Génova.