El PP se queda sin plan B si cae Cifuentes: solo puede elegir entre 48 diputados

El PP tiene un grave problema si 'el caso máster' se hace insostenible para Cristina Cifuentes. No tiene un candidato claro que pueda sustituirla y que permita así a los populares seguir gobernando una plaza tan importante como la Comunidad de Madrid. El Estatuto de Autonomía solo permite elegir al presidente del Ejecutivo autonómico entre sus miembros, es decir, entre los diputados, y el PP de Madrid solo tiene 48 (contando al que reemplazaría a Cifuentes si esta abandonara la presidencia y el acta de parlamentaria), la gran mayoría sin la suficiente fuerza política y el carisma necesarios para ocupar un cargo tan importante. Además, de los ocho consejeros que forman parte del Gobierno regional, el núcleo más duro de Cifuentes, solo cuatro son diputados.

Todos piensan en Ángel Garrido, consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno como el sustituto más factible si hubiera cambios. Hombre de la máxima confianza de Cifuentes, es también leal al partido, por lo que tomaría las riendas del Ejecutivo si la dirección nacional así se lo pidiese. Pero este es un escenario que de momento no se contempla. La presidenta no quiere dimitir porque asegura que no cometió ninguna ilegalidad; la dirección nacional del PP sigue sosteniéndola a la espera de cómo se desarrollen las investigaciones; y la moción de censura presentada por el PSOE tiene pocos visos de prosperar porque Ciudadanos no se decide.

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Agencias

La hipotética marcha de Cifuentes provocaría un auténtico descalabro. Desde que estalló el escándalo el histerismo y la depresión se han instalado en las filas populares. "Si el máster 'mata' a la presidenta se acabó el PP de Madrid", explicaban en días pasados varias fuentes del partido, conscientes de la nueva crisis que estaban sufriendo, el colofón para un partido muy dañado por los episodios de corrupción (véase Gürtel, Púnica y Lezo). Una frase que refleja el ánimo que se vive en la Puerta del Sol (sede del Gobierno regional), en la primera planta de Génova (cuartel general de los populares madrileños) y en la Asamblea (donde trabaja el grupo parlamentario).

Si ella decidiera irse voluntariamente o el partido le obligara a ello para no perder la Comunidad, las opciones son escasas, aunque quizá hay plan B

Si ella decidiera irse voluntariamente o el partido le obligara a ello para no perder la Comunidad, las opciones son escasas. Un plan B, no obstante, que algunos dentro del partido (por si acaso) han empezado a madurar. El artículo 16 del Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid es claro: "La Asamblea elige, de entre sus miembros, al presidente de la Comunidad de Madrid". Bajo este precepto las opciones están limitadas: 48 diputados en las filas populares. De ahí debería salir el elegido. La primera terna obviamente es el actual Gobierno de Cifuentes. Pero de los ocho consejeros solo cuatro son diputados: Ángel Garrido (Presidencia y Justicia), Pedro Rollán (Medio Ambiente), Rosalía Gonzalo (Transportes y Vivienda) y Carlos Izquierdo (Políticas Sociales y Familia).

De este grupo solo los dos primeros tendrían posibilidades. Sobre todo Garrido, el hombre más fuerte del Gobierno. El portavoz, la mano derecha de Cifuentes. Y secretario general del PP de Madrid. De esta terna de candidatos se caen obligatoriamente los cuatro consejeros que no son parlamentarios. Una buena opción hubiera sido la consejera de Economía, Empleo y Hacienda, Engracia Hidalgo, con dilatada experiencia y cargos de responsabilidad en el anterior Gobierno de Rajoy. Entre el resto de diputados las opciones son casi nulas. No hay nadie con suficiente fuerza política dentro del partido para coger las riendas de la Comunidad. El PP lo sabe y por eso la mejor solución es que siga Cifuentes, aunque también es consciente del daño que el 'caso máster' está haciendo a las aspiraciones electorales del partido para las elecciones autonómicas de 2019.

Otra fase del partido es la presión que haga la oposición. El PSOE ha decidido presentar una moción de censura que será apoyada por Podemos. Pero es necesario que Ciudadanos se sume, que de momento propone una comisión de investigación urgente para seguir desgastando la ya muy tocada figura de Cifuentes y amenaza con ultimátums sin concretar. Una estrategia, la de la prudencia, que algunos dentro de la formación naranja creen que a la larga les puede perjudicar. "Hay que ser más contundentes", señalan 'sotto voce'. Los socialistas, para intentar convencer a Ciudadanos, quieren apoyar su comisión de investigación si esta va paralela a la tramitación de la moción.

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Mientras la oposición se pone de acuerdo, Cifuentes y el PP ganan tiempo. Ciudadanos necesita el apoyo de dos quintos de los diputados (es decir, de otros grupos) para crear la comisión. Por los plazos reglamentarios que se manejan en la Asamblea se votará el lunes 16 de abril. La admisión a trámite de la moción se discutirá antes, este lunes 9. El objetivo es que el Pleno que debata y vote la moción se celebre antes de que acabe abril. La moción necesita la mayoría absoluta (65 escaños) para prosperar. Es decir, harían falta los 37 votos afirmativos de los diputados del PSOE, los 27 de los de Podemos y los 17 de los de Ciudadanos. Mayoría de la que no dispone ahora mismo Ángel Gabilondo.

Complicaciones para todos

La mejor solución para Ciudadanos sería que se repitiese lo que pasó en Murcia con Pedro Antonio Sánchez. Es decir, exigir y obtener la dimisión de Cifuentes para que otro candidato del PP conservara el Ejecutivo regional. Pero en Murcia, Sánchez estaba imputado; y en Madrid, Cifuentes ha repetido hasta la saciedad que no se irá, que no ha cometido ninguna irregularidad. Si el PP sigue apoyando a Cifuentes Ciudadanos tendrá que arriesgar y mover ficha. Su discurso de regeneración está en entredicho. Este sábado, el portavoz de Ciudadanos en Madrid, Ignacio Aguado, lanzó una especie de ultimátum contra el PP de Madrid: o apoya la comisión de investigación o Cifuentes tendrá que dimitir, aunque no especificó cómo forzarían la marcha de la presidenta si su grupo no quiere apoyar esa comisión.

Las complicaciones aumentan para todos. Para Cifuentes porque seguramente las dos investigaciones (la de la universidad y la judicial) perjudicaran cada vez más su situación. Para Ciudadanos porque la indecisión le puede pasar factura. Y para el PP porque el escándalo le hará pagar un peaje electoral. Cifuentes puede estar amortizada como candidata y el sustituto llevará un lastre muy difícil de aligerar. De momento la presidenta regional ha obtenido palabras de apoyo de Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal en la convención nacional del partido en Sevilla.