Saturación, moratoria, ecotasa… el vocabulario de campaña para limitar el turismo en Canarias

Canarias no quiere morir de éxito. Acoger a 16 millones de turistas anuales supone generar el 35% del PIB y el 40% del empleo, además de una potente locomotora para el resto de la economía. Son las cifras amables. El reverso presenta excesos urbanísticos, consumo de recursos naturales, mayor demanda de servicios y huella ecológica. Con estas dos caras, el archipiélago debate en esta campaña electoral un difícil equilibrio.

Los partidos de izquierda, con propuestas drásticas, agitan una discusión que se va moderando a medida que se recorre el arco ideológico hasta llegar a una derecha que rechaza cualquier intervencionismo o nuevos impuestos como la ecotasa.

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Las islas tienen un límite, es la frase más pronunciada entre las fuerzas progresistas. También la utiliza el consejero regional socialista de Transición Ecológica, José Antonio Valbuena, basándonos en un reciente informe elaborado por su departamento que analiza la proyección del crecimiento del sector.

El estudio señala que, si se desarrollara todo el suelo turístico ya planificado en Canarias, se produciría un incremento del 45% de las plazas alojativas al pasar de las actuales 480.000 a las 700.000. Para Valbuena, es una situación que "no se aguanta" porque este aumento supone recibir hasta 22,3 millones de turistas anuales.

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A pesar de los datos, en el PSOE pisan con prudencia. Lejos de demonizar una actividad que genera la mayor facturación de la economía canaria, su programa electoral apunta a incentivos para reducir voluntariamente el número de camas, a un pacto por la sostenibilidad y a la implantación de una ecotasa turística de carácter finalista.

A su izquierda, las propuestas son más agresivas. Alberto Rodríguez, exnúmero tres de la formación nacional de Podemos y ahora candidato y líder de Drago Verdes Canarias, aboga por decrecer. Plantea que lleguen menos turistas, pero que gasten más, una intención que tendría que superar la barrera del libre mercado.

El gasto medio por turista se incrementó en 2022, aumentando a 1.332 euros a diferencia de los 1.157 euros de 2019, prepandemia

De momento, ese mercado ofrece una de cal y otra de arena a sus pretensiones porque el gasto medio por turista se incrementó al cierre de 2022. Según datos de Hosteltur, ascendió a 1.332 euros a diferencia de los 1.157 euros de 2019, año prepandemia. Sin embargo, el número de visitantes superó los 14 millones con una previsión de aumento para este 2023 de rodear los 16 millones.

Rodríguez también defiende una moratoria inmediata a la construcción turística y a la expansión de viviendas vacacionales junto a la implantación de la ecotasa, propuestas que comparte con Unidas Sí Podemos, socios del Gobierno regional en la legislatura que ahora acaba.

Su candidata, Noemí Santana, asegura que el impuesto será una condición innegociable para volver a pactar. Si se reeditase el acuerdo actual, además del PSOE, también están de acuerdo los nacionalistas de Nueva Canarias, pero no ocurre lo mismo con el cuarto y decisivo socio, la Agrupación Socialista Gomera, previsible llave de gobierno. Por su parte, Coalición Canaria rechaza la tasa turística al considerar que restará competitividad y empleo a las islas, una opinión que comparte el Partido Popular. Los azules creen que encarecerá el destino y reniegan de las propuestas para limitar el número de visitantes.

La saturación de Lanzarote

La carga turística no se reparte por igual a lo largo de las islas. Las llamadas verdes —La Palma, La Gomera y El Hierro— están muy lejos de la presión que tienen las capitalinas junto a Fuerteventura y Lanzarote, las más orientales. En esta última, su cabildo ha iniciado los trámites para calificarla como zona turística saturada, una figura que, en teoría, permitiría frenar su crecimiento.

La socialista Dolores Corujo, presidenta de la institución insular, se ha basado en un análisis sobre la capacidad de carga para realizar esta petición. Entre los indicadores estudiados destaca que la densidad turística ha pasado de 70 plazas por kilómetro cuadrado en 2001 a 200 plazas en la actualidad.

Corujo cree que Lanzarote está desbordada y que ha sobrepasado el punto de saturación, una circunstancia que pone en riesgo el futuro de la isla basando su tesis en más cifras: un crecimiento de la población del 51% en dos décadas, un alza del 20% en el consumo de agua potable y un 44% más de vehículos circulando por sus carreteras.

Los portavoces se defienden de las críticas asegurando que es un negocio legal, que paga sus correspondientes impuestos

La proliferación de viviendas vacacionales también está bajo el ojo crítico de la sobrecarga de Lanzarote. No es la única. Este producto no para de crecer en Canarias. El INE estima en más de 172.000 las plazas disponibles en el archipiélago, superando las 130.000 registradas como apartamentos turísticos.

Esta tipología bate récord tanto en facturación, con 2.000 millones de euros en el último año, como en ocupación. El pasado invierno —temporada alta en Canarias— alcanzó el 85% con llenos absolutos en fechas clave como Navidad y Semana Santa. Con estos datos como respaldo, sus portavoces se defienden de las críticas asegurando que es un negocio legal, que paga sus correspondientes impuestos, extiende los beneficios del turismo a las familias y satisface la demanda de visitantes que prefieren este modelo de alojamiento.

Enfrente tienen a un amplio sector de la izquierda canaria, con opciones de volver a formar parte del próximo gobierno regional, que pretende ponerle barreras señalando al alquiler vacacional como el origen de los problemas que impiden a los residentes acceder a las viviendas. Y en medio, el debate de cómo equilibrar un territorio de recursos frágiles y limitados con la actividad que sitúa a Canarias entre los líderes del turismo mundial y fuente de riqueza y empleo para las islas.