Líderes en turismo, pero los sueldos bajos y el paro enquistan la pobreza en Canarias
El 61,6% de los hogares llega con algún tipo de dificultad a fin de mes, el peor indicador de España y 15 puntos por encima de la media nacional
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Recibir 15 millones de turistas cada año, liderar la facturación de este negocio -entre 15.000 y 17.000 millones de euros- y situarse como la octava economía del país, no es suficiente. El motor económico canario no tira de todos. El archipiélago, tras Extremadura, ocupa el pódium nacional en los indicadores de riesgo de pobreza y exclusión social. Los segundos peores sueldos del país, las mayores tasas de desempleo, las carencias en formación, los altos precios de la vivienda y las desventajas de un territorio alejado y fragmentado explican esta desigualdad.
La encuesta de condiciones de vida publicada por el INE ofrece datos significativos sobre la realidad de las islas en relación al resto de las comunidades autónomas: el 36,2% de la población está en riesgo de pobreza o exclusión social en términos de la tasa AROPE, creada para medir la pobreza relativa en Europa.
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El porcentaje ha descendido ligeramente con respecto al año anterior (1,8 puntos), pero la cifra supera en 10 puntos el promedio nacional. Y es estructural. Desde 2014, año en el que se comenzó a contabilizar, las diferencias con el resto del país han sido similares exceptuando los 18 puntos que separó a Canarias del resto de España en 2016.
En el archipiélago se vive con menos poder adquisitivo. La renta neta media por persona registrada en Canarias por este organismo estadístico con datos de 2021 es de solo 10.716 euros frente a los más de 13.000 de la media nacional y muy alejada de los 16.500 euros del País Vasco, un territorio similar en población, pero con grandes diferencias.
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En la comparación entre las dos regiones se encuentra una razón de peso para explicar esta desigualdad: los salarios. Mientras esa zona del norte está más industrializada y tecnificada, lo que supone mejores empleos y sueldos, la gran dedicación de las islas al sector servicios marca sustancialmente las distancias.
Un sector caracterizado por una masiva demanda de empleos de baja cualificación que lleva a los sueldos canarios a situarse cada año entre los más bajos de España. Como muestra, los registros de 2022. El salario medio en las islas fue de 1.573 euros/mes, el segundo menor del país, según un reciente informe de Adecco. En el otro extremo, los 2.103 euros/mes del País Vasco, el más elevado después de Madrid.
Trabajadores pobres y paro
Los sueldos no llegan a fin de mes, convirtiendo a un gran segmento de la población canaria en trabajadores pobres condicionando así los ingresos de las familias. La renta neta de los hogares que anota el INE para Canarias es de unos 27.500 euros frente a los casi 40.000 euros de los tops de Madrid y Navarra.
Con estas cifras no sorprende que el 61,6% de los hogares isleños tenga algún tipo de dificultad para estirar el salario, liderando el ranking de las comunidades autónomas. El 15,2% lo hace con mucha dificultad, lejos del 8,7% de la media nacional.
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En consonancia, las carencias materiales de las familias residentes en el archipiélago son relevantes. El 58% no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos; el 38% no puede ir de vacaciones; el 16% tiene retrasos en el pago de los gastos relacionados con la vivienda (hipoteca, alquiler, suministros); y el 12% no se puede permitir una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días.
También se ensanchan las diferencias en la tenencia de viviendas. Mientras el 76% del conjunto de los españoles la tiene en propiedad, el porcentaje se reduce hasta un 62% en Canarias siendo el más bajo de todas las comunidades autónomas. El alquiler es otro de los gastos que pulverizan los escasos salarios. Según un reciente informe de Fotocasa, elaborado con datos del portal Infoempleo, los canarios destinaron en 2022 el 49% de su sueldo al pago de estas rentas.
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Es la cifra más alta de la última década, sitúa al archipiélago en quinta posición y se trata de un esfuerzo salarial muy por encima del 30% recomendado. Y es que los precios, tanto en la versión de alquiler como de compra, no paran de crecer. En este último ámbito, 2022 cerró con un aumento del 8% siendo Canarias la segunda región con mayor repunte. En la modalidad del alquiler, el incremento de un 14% le llevó al primer puesto español.
Por otra parte, las tasas de paro también explican la peor calidad de vida en Canarias. Los datos extraídos por el INE en esta encuesta son de 2021 y la tasa al finalizar ese año en las islas era de un 19% mientras que la de España en su conjunto ascendía al 13,3%. Más de 6 puntos de diferencia, aunque se han recortado sustancialmente al cierre de 2022.
A pesar de ese recorte, los últimos datos del paro registrado del pasado mes de marzo dan cuenta de la composición del desempleo en Canarias y sus consecuencias en los ingresos familiares. El 58% no percibe ninguna prestación y el 43% es de larga duración. El nivel formativo también es llamativo. El 51% de los parados solo tiene educación primaria y el 37% ha recibido educación secundaria.
Una escasa formación que se une a la pequeña escala de las empresas regionales, con escaso valor añadido y poco tecnificadas, en un territorio con una industria limitada que solo aporta al PIB en torno al 6%. Es precisamente la escasa diversificación de la economía canaria, con una exagerada dependencia del turismo, el origen y uno de los grandes factores que explican las condiciones de vida en las islas.
Recibir 15 millones de turistas cada año, liderar la facturación de este negocio -entre 15.000 y 17.000 millones de euros- y situarse como la octava economía del país, no es suficiente. El motor económico canario no tira de todos. El archipiélago, tras Extremadura, ocupa el pódium nacional en los indicadores de riesgo de pobreza y exclusión social. Los segundos peores sueldos del país, las mayores tasas de desempleo, las carencias en formación, los altos precios de la vivienda y las desventajas de un territorio alejado y fragmentado explican esta desigualdad.