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La Valencia que sale en el cine: ¿Sólo un decorado frente a la realidad del día a día?
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La Valencia de las pantallas

La Valencia que sale en el cine: ¿Sólo un decorado frente a la realidad del día a día?

Entre la promoción turística y el escenario fílmico, Valencia aumenta su visibilidad en proyecciones internacionales, pero no acaba de encontrar su espacio como ciudad en sí misma

Foto: Rodaje de Álex Montoya en Valencia. (EFE)
Rodaje de Álex Montoya en Valencia. (EFE)

Valencia sale en las pantallas -de cine, de plataformas- posiblemente más que nunca. Desde la creación de la València Film Office y desde la consolidación de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, ha acelerado su presencia como escenario. La oficina de facilitación para rodajes -un instrumento del órgano turístico Visit Valencia- busca ser “un producto de promoción de localizaciones para la atracción de rodajes, así como para proyectar la ciudad al mundo a través de la pequeña y gran pantalla”. Desde entonces, Doctor Who, Westworld. El Embarcadero o La Ruta han puesto pie en la urbe o en su entorno.

Foto: Varias personas participan en una de las rutas por Valencia. (Brava Estudio / Fundación Arquia)

En cambio, persiste una sensación un tanto inevitable. ¿Dónde está Valencia? Convertida a menudo en un escaparate futurista -anclado a la estética Calatrava-, sigue siendo una rareza ver una ciudad reconocible y cotidiana. ¿Hay una Valencia en las pantallas?, ¿puede aspirar la ciudad a mostrarse de alguna manera en ellas?, ¿a partir de qué distintivos podría aparecer?

Carlos Madrid es el director de Cinema Jove, el festival que a finales de cada junio reúne a jóvenes cineastas internacionales. Destaca tres producciones en los últimos tiempos que han aproximado la ciudad desde una perspectiva cercana. “Aunque Paella Today, de César Sabater, presenta una Valencia de postal alentada por la oficina de turismo, posee escenarios iniciáticos totalmente necesarios para los que nunca nos han visitado (Torres de Serranos, Playa de la Malvarrosa, Plaza del Ayuntamiento, la Lonja).

placeholder Parte del equipo de producción y rodaje de Lucasfilm trabaja en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia para grabar una nueva entrega de una serie de Star Wars. (EFE/Biel Aliño)
Parte del equipo de producción y rodaje de Lucasfilm trabaja en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia para grabar una nueva entrega de una serie de Star Wars. (EFE/Biel Aliño)

"Por otro lado, hay una película reciente que me seduce por 'cómo trata' Valencia. Es Vasil, de Avelina Prat. La ciudad (sin ser nombrada), aparece vista con unos ojos cercanos, que se centran en ciertas calles, fachadas, portales, y que pasan de soslayo ciertas 'postales' sin evitarlas del todo. Se nota que Avelina también es arquitecta y que tiene sus lugares predilectos de la ciudad ajenos a los circuitos turísticos; y dedica un lugar especial al primer lugar que yo indico a los que visitan Valencia por primera vez: el jardín del Turia. Este lugar tan especial, que nos distingue de cualquier otra ciudad, aparece en Vasil como un lugar de paz, reposo y reflexión; su belleza es intrínseca, y no hay recreación en ella. En Vasil, el tratamiento de Valencia es reposado y admirativo”.

“También me interesan -sigue Carlos Madrid- los acercamientos a la ciudad de Los chicos del puerto, de Alberto Morais (con Nazaret y un barrio del Carmen nocturno y que resulta peligroso e inhóspito para los protagonistas) y Kepler Sexto B, de Alejandro Suárez, donde se ve la cara B de la ciudad (también innombrada): lo opuesto a la Valencia de postal; la fealdad de entrevías y de las viviendas sociales construidas en los sesenta que, no lo olvidemos, Valencia también posee”.

Foto: Varias personas en el paseo Marítimo de Valencia. (EFE/Manuel Bruque)

El guionista Gabi Ochoa encuentra en el Tranvía a la Malvarrosa, adaptación de la novela de Manuel Vicent, una buena mezcolanza de “eso que llamamos ‘mediterraneidad’ junto con ‘lo horrible y lo miserable’ que decía Woody Allen. Cuando llevan al garrote vil al personaje de Antonio Resines, quien lo arrastra convence al personaje que tiene que morir porque en el cielo, 'te darán un plato de paella'. Esa crueldad amable, tan propia de Azcona y muy berlanguiana, creo que es un rasgo muy valenciano”.

El propio Ochoa dirigió El amor no es lo que era bajo la premisa de “filmar la Valencia de las grandes avenidas y las arboledas. Para ello escogí la avenida Blasco Ibáñez, un lugar muy transitado por mí, ya que estudié en la facultad de Filología. Cuando iba en coche o bici veía esa escena: luces y sombras de los árboles, en el asfalto y una gran avenida. En ella dos jóvenes conociéndose mientras uno de ellos conducía una moto. Así nació esa escena donde Nicolás Coronado conduce y Aida Folch, detrás de él, abre los brazos y grita divertida”.

placeholder Rodaje de la serie 'La Ruta' en la antigua discoteca Spook Factory. (EFE/Biel Aliño)
Rodaje de la serie 'La Ruta' en la antigua discoteca Spook Factory. (EFE/Biel Aliño)

Viajando en el tiempo, Carlos Madrid imagina recuperar la memoria de hitos en el imaginario urbano: “Basándome en Olvido, de Inés París (escrita por el periodista Fermín Palacios), rodaría más películas (documentales o de ficción) basadas en la riada de 1957 o en el golpe de Estado de 1981 (con el desfile de tanques orquestado por el general Mlans del Bosch). Son dos aspectos de nuestra ciudad y de nuestra historia reciente que el cine no ha retratado y sobre los cuales deberíamos tener más información e interés”.

Preguntados por qué elemento distingue Valencia en su narrativa cinematográfica, Madrid destaca la luz: “Muchas veces se puede distinguir (en la realidad y en el cine) por el especial tono amarillento, azulado o violáceo del cielo”. Como una extensión de esa luminosidad marina, Ochoa reivindica ir más allá de la playa de la Malvarrosa: “Creo que no se ha extraído todo lo fílmico que tiene el Cabanyal, Canyamelar, Grau, Beteró, Nazaret… o incluso esa zona entre civilizada y cáustica que es la Patacona, que ya es de Alboraia. Edificios de modernismo popular, el trasiego antes del amanecer de los estibadores, el mercado en su momento de eclosión... es la vida de una zona de la ciudad, que es un pueblo muy visual y cinematográfico”.

Foto: Mercado Central de Valencia. (Cedida)

Hecha escaparate, Valencia necesita proyectarse más como ella misma en su versión fílmica.

Valencia sale en las pantallas -de cine, de plataformas- posiblemente más que nunca. Desde la creación de la València Film Office y desde la consolidación de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, ha acelerado su presencia como escenario. La oficina de facilitación para rodajes -un instrumento del órgano turístico Visit Valencia- busca ser “un producto de promoción de localizaciones para la atracción de rodajes, así como para proyectar la ciudad al mundo a través de la pequeña y gran pantalla”. Desde entonces, Doctor Who, Westworld. El Embarcadero o La Ruta han puesto pie en la urbe o en su entorno.

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