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La ciudad que votó contra la ola azul: así volcó la alicantina Ibi del PP al PSOE por una mujer
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CAMBIO POLÍTICO TRAS VEINTE AÑOS

La ciudad que votó contra la ola azul: así volcó la alicantina Ibi del PP al PSOE por una mujer

Una crisis interna con sus concejales del popular Rafael Serralta y el auge de una lista independiente permiten a los socialistas el único vuelco político de España en una ciudad de más de 20.000 habitantes

Foto: Aitana Gandía, con sus compañeros de Som Ibi, la noche electoral. (Cedida)
Aitana Gandía, con sus compañeros de Som Ibi, la noche electoral. (Cedida)

Un descampado de matojos y arbustos en la partida de L'Alamí espera desde hace meses la entrada de las máquinas para el que pretendía ser uno de los proyectos estrella del gobierno municipal de Ibi (Alicante). El geriátrico comarcal con capacidad para más de un centenar de plazas entre usuarios internos y de día sigue sin ver la luz meses después de que el consistorio anunciase que había asumido la ejecución de las obras de una infraestructura incorporada al Plan Convivint de Servicios Sociales de la Generalitat, que ponía el dinero para su construcción. Sea por razones burocráticas, administrativas o políticas, lo cierto es que el caso del geriátrico ha sido uno de los ejemplos de "parálisis" y "bloqueo" de la gestión del gobierno municipal que había denunciado la oposición del PSOE y Som Ibi (partido independiente aliado de Compromís). El pasado 28 de mayo, ambos dieron la sorpresa en las urnas y liquidaron dos décadas de hegemonía popular.

En plena ola azul en la Comunidad Valenciana y España, con cambios en gobiernos autonómicos y ayuntamientos en favor del PP, en solitario o con Vox, hubo vuelco en el consistorio alicantino. Uno de los pocos en todo el país en favor de la izquierda. La mejor prueba de su excepcionalidad local es que, el mismo día, en la urna de las autonómicas la derecha superaba en votos a la izquierda.

El PSOE no ha logrado arrebatar a los conservadores ningún ayuntamiento importante de más de 50.000 habitantes. Por debajo de esa cifra cuesta encontrar municipios con giro político entre socialistas y populares en favor de los primeros. Los que aparecen son mucho más pequeños: Llombai, en Valencia; Páramo del Sil, en Castilla y León; Chercos, en Almería… De todas las capitales de provincia, los socialistas solo han logrado sentarse después de doce años en la alcaldía de Palencia, aunque estaba ocupada por Ciudadanos con apoyo del PP.

Foto: Colau preside su último pleno en el Ayuntameinto (EFE/Dalmau)

Veinte años acumulaban los populares con la vara de mando en Ibi, población de casi 24.000 habitantes. El alcalde saliente, Rafael Serralta, aspiraba a su cuarta legislatura al frente del ayuntamiento de la localidad, que alberga algunas de las más importantes empresas jugueteras españolas que han sobrevivido a la competencia asiática: Injusa, Moltó, Juguetes Picó… Sin embargo, cuando la tendencia general apuntaba a un crecimiento general de las listas del PP, especialmente en la provincia de Alicante, y la noche electoral se abrían botellas del cava en muchas sede locales de los conservadores, Serralta vio cómo se esfumaba la mayoría absoluta de once concejales que obtuvo en 2019 y los números no salían ni con el solitario concejal que cosechó Vox.

El concejal que cambiaba mayorías tuvo que resolverse en la Junta Electoral Central

El PSOE, con su candidato Sergio Carrasco al frente, repitió resultado, siete concejales, y una formación local independiente aliada de Compromís, Som Ibi, liderada por una mujer, Aitana Gandía, experimentó un notable incremento de apoyos que permitió crecer de uno a cuatro ediles. La suma de la izquierda señaló un giro en la gobernabilidad por apenas tres votos de diferencia, los que separaban el concejal que decantaba el pulso entre los bloques en aplicación del sistema D’Hondt que marca la ley electoral. Tuvo que resolverse en la Junta Electoral Central dos días antes de la fecha prevista para la constitución de la corporación.

"Yo creo que todo se explica por algo que ha pasado en cuestión de cuatro o cinco meses. El PP iba a arrasar y de golpe todo se volvió del revés. Serralta hizo un cambio de equipo muy fuerte y comunicó a seis de los concejales que no repetirían. Ahí había gente carismática en Ibi y concejales queridos y conocidos en la ciudad. Hubo varias crisis de gobierno. Estoy segura de que eso ha pasado factura y ha perdido muchos votos", afirma una persona independiente que conoce bien la política local y prefiere mantener el anonimato.

placeholder Firma del acuerdo entre el PSOE y Som Ibi, que sucede a veinte años de gobiernos del PP. (Cedida)
Firma del acuerdo entre el PSOE y Som Ibi, que sucede a veinte años de gobiernos del PP. (Cedida)

"Nadie entiende qué ha pasado dentro y el detonante de la ruptura interna", afirma esta misma persona, que apunta también a una pérdida de ilusión y dinamismo del proyecto político y a problemas internos de gestión municipal, con la marcha de interventor, que han abonado la sensación de parálisis. En ese contexto de zozobra interna, por la ciudad circularon incluso rumores de una posible enfermedad de Alzheimer del alcalde saliente, que alcanzaron tal nivel de intensidad, que Serralta tuvo que salir a desmentir a través de un comunicado público.

"El PP iba a arrasar y de golpe todo se volvió del revés. Fue cosa de cuatro o cinco meses"

El Confidencial ha tratado de ponerse en contacto con el exalcalde para conocer su opinión sobre las razones del resultado, aunque no ha contestado los mensajes. Hay consenso entre las fuentes consultadas en que se trata de una persona que ha disfrutado de buenos niveles de valoración, incluso entre votantes de centro-izquierda o izquierda.

Hijo del dueño de una empresa conocida del juguete a nivel local, Vercor, ya desaparecida, Serralta ha sido reubicado por su partido como número seis de la lista del PP al Congreso por Alicante, con opciones de salir elegido. Se dejó cerca de 800 votos entre la cita de 2019 y la del pasado 28 de mayo. Es casi el 15% del resultado de hace cuatro años. Sin embargo, la clave de la derrota no está solamente en esa fuga, de la que Vox apenas se benefició en menos de trescientos sufragios, sino en el fuerte incremento de la formación independiente Som Ibi, que pasó de reunir 915 votos, el 7,34%, y una única acta de concejal en las anteriores elecciones, a dar la sorpresa con cuatro ediles y un 17,55% de las papeletas.

Resultados por cuatro

Si hoy el socialista Sergio Carrasco es alcalde no es por haber experimentado un incremento de apoyos [de hecho perdió 17 votos, con un 26,43%], sino gracias al éxito de la candidatura de Aitana Gandía. Historiadora, guía de turismo y, ahora, estudiante de Ciencias Política por la UNED, la joven candidata trató de concurrir a las elecciones de 2019 con Compromís, pero los valencianistas le cerraron la puerta en primera instancia, lo que la llevó a participar en la lista independiente de Som Ibi, con la que obtuvo un acta de concejal. En la cita del 28 de mayo, ya asociada con Compromís, multiplicó por cuatro los resultados, al tiempo que compañeros de coalición de otras poblaciones valencianas perdían alcaldías o concejales.

Ella reivindica su naturaleza política desde la adolescencia. "Ya con quince años iba a los plenos del ayuntamiento a reclamar cosas", explica en conversación con El Confidencial. Gandía coincide en que la crisis interna de los populares ha tenido bastante que ver con el vuelco político por la "pérdida de credibilidad" del PP en la ciudad y la percepción de "colapso" de su proyecto. "Hemos roto una rueda de veinte años de PP con mayoría absoluta y mucha opacidad por parte del anterior gobierno. Sabemos que dentro del ayuntamiento ha habido problemas estructurales desde hace mucho tiempo. Llevamos dos semanas y la situación es más grave de lo que pensábamos en asuntos económicos y de personal", explica.

Foto: Carlos Mazón con Esteban González Pons. (EFE/Manuel Bruque)

Designada vicealcaldesa en virtud del acuerdo con el socialista Carrasco, bautizado como Pacte del Molí por el lugar elegido para la firma, el Molí de Paper de Ibi, Gandía es consciente de las dificultades de los gobiernos de coalición y de la dosis extra de confianza que hay que ganarse entre la ciudadanía, especialmente después de que el llamado Consell del Botánic haya perdido el poder en la Generalitat tras una legislatura en la que no han faltado las discrepancias a nivel autonómico. "No vamos a dar imagen de pelea. Vamos a ser un gobierno estable. Los dos partidos tenemos altura de miras y hemos acordado hablarlo todo para evitar males mayores", afirma.

El geriátrico pendiente, si la nueva Generalitat mantiene el modelo de cesión de competencia en la ejecución, la generación de suelo industrial para evitar la fuga de empresas y tratar de poner orden en la gestión diaria del consistorio, son las prioridades, según explica la concejal, que se ha reservado las áreas de Recursos Humanos, Turismo, Comunicación y Protocolo y Fiestas Mayores, frente a Industria, Ocupación y Seguridad Ciudadana, que lleva directamente el alcalde. El resto de competencias se reparte entre los ediles de los dos partidos. El PSOE, por ejemplo, se ha quedado Hacienda y Urbanismo, mientras que Som Ibi ha asumido Servicios Sociales, Igualdad o Patrimonio.

Para el Partido Popular, con su presidente local fuera de la alcaldía, se abre una etapa de reflexión interna y regeneración tras dos décadas de poder municipal. Para el PSOE y Som Ibi (Compromís), la oportunidad de consolidar un proyecto a contracorriente del tsunami azul municipal. En 2027 habrá nuevo examen. Habrá que ver si entonces Ibi también navega contra la tendencia. Sea la que sea.

Un descampado de matojos y arbustos en la partida de L'Alamí espera desde hace meses la entrada de las máquinas para el que pretendía ser uno de los proyectos estrella del gobierno municipal de Ibi (Alicante). El geriátrico comarcal con capacidad para más de un centenar de plazas entre usuarios internos y de día sigue sin ver la luz meses después de que el consistorio anunciase que había asumido la ejecución de las obras de una infraestructura incorporada al Plan Convivint de Servicios Sociales de la Generalitat, que ponía el dinero para su construcción. Sea por razones burocráticas, administrativas o políticas, lo cierto es que el caso del geriátrico ha sido uno de los ejemplos de "parálisis" y "bloqueo" de la gestión del gobierno municipal que había denunciado la oposición del PSOE y Som Ibi (partido independiente aliado de Compromís). El pasado 28 de mayo, ambos dieron la sorpresa en las urnas y liquidaron dos décadas de hegemonía popular.

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