El sector inmobiliario confía en el desatasco de los grandes planes en Valencia tras el cambio

El sector inmobiliario observa con expectativas "moderadas" el cambio político en el Ayuntamiento de Valencia con el nombramiento de la nueva alcaldesa, la popular María José Catalá. Agentes del sector consultados por El Confidencial confían en el que nuevo equipo agilice los grandes desarrollos urbanísticos pendientes en una ciudad que tiene prácticamente agotado el suelo para vivienda nueva y tiene demanda embalsada tanto en el mercado residencial como en terciario, hotelero y de oficinas.

Además de favorecer las peatonalizaciones, el anterior equipo liderado por la vicealcaldesa socialista, Sandra Gómez, avanzó en la aprobación del plan de Cabanyal, en el del Parque Central y en desarrollos más pequeños como el de las Atarazanas, Camino Hondo del Gao, Agustín Lara o Moncayo. Sin embargo, dejó a las puertas de la evaluación ambiental el PAI del Grao, el que debe servir para completar la conexión de la ciudad con la fachada marítima. Los procesos de tramitación son lentos en el Consistorio valenciano. Del mismo modo, está pendiente de resolver el convenio de Mestalla con el Valencia CF, que liberará la parcela del viejo estadio para usos residenciales y comerciales.

Bloqueado estaba también hasta hora el PAI de Benimaclet, cuyo principal propietario del suelo es la promotora Metrovacesa. Este plan contempla 1.345 viviendas y estaba atascado por la resistencia de un grupo de vecinos y colectivos de izquierda alternativa a su desarrollo tal como está contemplado en el PGOU. Ante la negativa del exalcalde de Compromís Joan Ribó a darle salida, Gómez optó por replantear parte de su diseño en busca de consensos, pero sin avances. Catalá, que ya ha mantenido contactos con los dueños de los terrenos, se ha abierto a sacarlo adelante, pero está por ver cómo gestiona los focos de resistencia contra el proyecto.

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Un alto funcionario con conocimiento y experiencia en la legislación urbanística es el hombre elegido, por ahora, para dirigir el área municipal de Urbanismo. Juan Giner, exsecretario e interventor en varios ayuntamientos de la Comunidad Valenciana, ha asumido también el área de Actividades. Catalá pretende lanzar con esta fusión un mensaje de compromiso con la agilidad de todo tipo de licencias, Giner fue director general de Urbanismo y director general de Evaluación Ambiental y Territorial en la Generalitat al final de la etapa de Francisco Camps y con Alberto Fabra. Con un perfil más técnico que político, el concejal tendrá la misión de lidiar con la burocracia municipal para cumplir con las promesas de agilización plazos.

Fuentes del sector ven en el nuevo equipo municipal "una predisposición distinta" a la que transmitía el anterior alcalde en materia de dinamización del urbanismo, según señalan a El Confidencial, aunque califican de "moderadas" sus expectativas. El principal escollo siguen siendo las demoras en la obtención de licencias para obras, apertura de hoteles, proyectos, etc. Resolver esto está muy relacionado con introducir cambios en los mecanismos burocráticos. Desde el sector apuntan a la necesidad de intensificar el recurso a las llamadas Entidades Colaboradoras de la Administración (ECUV), que pueden colaborar en la certificación de licencias y proyectos en virtud de un decreto aprobado en 2020 por la Generalitat e impulsado por el entonces conseller de Política Territorial, el socialista Arcadi España.

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El sistema permite delegar entidades terceras para acelerar tramitaciones y se emplea asiduamente en Madrid, incluso a través de certificadoras privadas. Los colegios de ingenieros, arquitectos y aparejadores ya se han ofrecido a la nueva alcaldesa para ampliar la colaboración a través de una figura que no termina de consolidarse en el caso valenciano. El PP se comprometió a desplegarla durante la campaña, recuerdan desde el equipo de la nueva alcaldesa.

Catalá ha repartido las competencias de manera provisional. Aunque ha evitado a Vox en el proceso de investidura como alcaldesa amparándose en la Loreg como cabeza de la lista más votada, nadie descarta que, tras el 23 de julio, quizás después de verano, alcance algún tipo de acuerdo con los ultraconservadores para poder garantizarse la mayoría suficiente en asuntos que requieren el trámite del pleno. En ese paquete entran los presupuestos municipales, pero también las grandes decisiones en materia de urbanismo, para las que necesitará una mayoría absoluta. Es pronto todavía para saber cuál será la posición de Compromís y PSPV-PSOE en función de los proyectos, aunque las dos formaciones ya han expresado su voluntad de ejercer una oposición firme y sin concesiones a Catalá. "Es lo que hacía ella", afirman desde las filas socialistas.