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El Cabanyal y su transformación identitaria: de la destrucción al acecho inmobiliario
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El Cabanyal y su transformación identitaria: de la destrucción al acecho inmobiliario

Tras salvar físicamente su integridad después de vencer los planes de prolongación de la avenida Blasco Ibáñez, el Cabanyal encara un nuevo momento crucial. “Estuvo a punto de ser destruido, ahora corre el riesgo de autodestruirse”

Foto: Vista de varias viviendas del barrio valenciano del Cabanyal. (EFE/Manuel Bruque)
Vista de varias viviendas del barrio valenciano del Cabanyal. (EFE/Manuel Bruque)

En el número 135 de la calle la Reina, en el Cabanyal, la fachada del edificio es del color del partido que ha ganado en el distrito —Poblats Marítims— en el que se circunscribe: azul, azul. Podría parecer un olvido, un pasar página o simplemente una evasión, un estar a otra cosa. Pero el zoom calle a calle, incluida la de la Reina, refleja que el mayor porcentaje de electores escogió a Compromís y PSPV. El PP quedó tercero.

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Justo aquí, justo donde el 135, los forenses comenzaban a tomar posiciones ante una necesidad inmediata: certificar la muerte de una buena parte del barrio, con razón del proyecto de ampliación de la avenida Blasco Ibáñez con el que la corporación de Rita Barberá pretendía desde comienzos de siglo poner la alfombra roja para el desarrollo inmobiliario. Sacar al mercado al Cabanyal. “La prolongación de Blasco Ibáñez es irrenunciable".

Esta misma fachada azul, con sus dos plantas con terraza, tenía la señal de la cruz sobre sí misma. Condenada a ser derruida. A medio camino entre la rebeldía y la imprudencia, Pepa Crespo y Ernesto Pardos decidieron comprar el edificio en 2002, en pleno trifulca entre el movimiento vecinal y la administración Barberá, en la plaza del Tribunal Superior de Justicia (TSJ). Se lo quedaron por una especie de pálpito, una necesidad personal de comprometerse con un entorno del que se les invitaba a marcharse. Sin vecinos resultaba más sencillo poder comercializar con sus bloques.

placeholder Los vecinos, sentados en el suelo, tratan de impedir el acceso de una excavadora para proceder a un nuevo derribo en el barrio de El Cabanyal de Valencia. (EFE/Manuel Bruque)
Los vecinos, sentados en el suelo, tratan de impedir el acceso de una excavadora para proceder a un nuevo derribo en el barrio de El Cabanyal de Valencia. (EFE/Manuel Bruque)

Después de adecentar este edificio de 1927, Crespo y Pardos comenzaron a recibir estudiantes de medio mundo. Cerca de 400 de 45 países distintos que, en su paso por estudios en Valencia, tenían en las casas de Pepa y Ernesto su pequeña embajada. A punto de tambalearse, a punto de perder, la vigencia del edificio es la constatación de que el Cabanyal ganó, Blasco Ibáñez no se prolongó. Hoy en el número 135 de la calle la Reina viven varias familias -frente a las tentaciones, sus propietarios desistieron de convertir sus apartamentos en pisos turísticos-.

El trauma por el que el Cabanyal ha transitado en las últimas décadas ha dejado huella. Pasar, en muy poco tiempo, de vivir con la soga al cuello a convertirse en reclamo identitario de la ciudad, barrio de moda, ha exigido una adaptación forzosa.

Foto: Actuación del Festival Cabanyal Íntim. (Cedida)

La aprobación, hace tan solo unos días, del Plan Especial del Cabanyal (PEC), podría parecer el cierre definitivo de una era de amenazas. Garantizada su supervivencia física, el acecho inmobiliario emerge como principal amenaza.

Pepa Crespo, creadora del proyecto de Reina 125, y Felip Bens, escritor (algunas de sus novelas transcurren entre estas calles) ponen voz a un momento contradictorio.

PREGUNTA. ¿Cuál ha sido la principal transformación del Cabanyal en los últimos diez años?

placeholder Una persona pasea en bici por el Cabanyal. (EFE/Ana Escobar)
Una persona pasea en bici por el Cabanyal. (EFE/Ana Escobar)

Pepa Crespo. “La transformación ha sido total. Es como imaginar una estampa lúgubre y la misma con esplendor. Aunque en algunas zonas el cambio físico no ha sido tan notable, sí lo ha sido en la gran mayoría. Las aceras, las casas rehabilitadas, las peatonalizaciones, los árboles, la limpieza… El ambiente, la atmósfera, también es radicalmente distinto, se ha llenado de vida. Ha pasado de ser una de las zonas más degradadas de la ciudad, al barrio de moda. Las actuaciones urbanísticas (sin entrar en detalles) han sido muy positivas, pero en el cambio entendido en su conjunto no todo ha sido positivo. Se está perdiendo personalidad, autenticidad y en los últimos años parece que en algunos aspectos se va demasiado rápido. La proyección turística y de hostelería tiene excesivo protagonismo y está dejando de ser un barrio”.

Felip Bens. “Se han rehabilitado y reconstruido viviendas que podrían estar en el Cabanyal o en el extrarradio de Vladivostok. Pensaba que aspirábamos a otra cosa, la verdad. Se ha trabajado pero con lentitud y con un criterio que a mí no me gusta. Creo que la apuesta del Ayuntamiento ha sido tibia. A pesar de ello desde Plan Cabanyal han hecho todo lo que han podido”.

Foto: Un niño del Cabanyal valenciano sostiene una bombona de butano. (Laura Silleras)

P. ¿Cómo definiríais su momento actual?

Pepa Crespo. “La sensación es que se ha dejado pasar una oportunidad y que esta necesaria transformación podría haber sido ejemplar; más social y más humana. El momento actual es crucial, de hecho, va a significarlo todo y parece que no se tiene suficiente conciencia de ello y simplemente se sigue una inercia. El momento es ahora. Estuvo a punto de ser destruido, ahora corre el riesgo de autodestruirse”.

Felip Bens. “Creo que se respira entre los vecinos incertidumbre y un punto de decepción. Para los inversores es jauja”.

placeholder Vista general de las obras de reurbanización de la llamada 'zona cero' del barrio del Cabanyal. (EFE/Biel Aliño)
Vista general de las obras de reurbanización de la llamada 'zona cero' del barrio del Cabanyal. (EFE/Biel Aliño)

P. Tras la aprobación del Plan Especial del Cabanyal (PEC), ¿cuáles son vuestras expectativas?

Pepa Crespo. “Lo importante es que por fin hay un plan y que se ha aprobado con suficiente consenso. Define aspectos trascendentales y ha concretado elementos y actuaciones que podían haber sido muy disruptores. Ha tardado mucho, demasiado, y eso ha provocado improvisación y falta de criterio sobre el conjunto. Ya está el plan, pero ahora hay que ejecutarlo. Será necesario dotar de presupuesto, licitar, aprobar ayudas para rehabilitar…y esto no sabemos cómo se va a hacer ni cuánto puede tardar. Mientras tanto, el tiempo sigue corriendo”.

Felip Bens. “Discrepo de muchas soluciones, sobre todo de construir bloques de viviendas donde podía haber espacios verdes y equipamientos. Dicen que para financiar el plan. ¿Por qué? Las obras públicas no tienen por qué financiarse por sí mismas. Mucho menos aquí: el cap i casal tiene una enorme deuda con el Cabanyal”.

Foto: El centro de malabares de los 'okupas' del Cabañal de Valencia, en llamas.

P. ¿Qué Cabanyal os gustaría ver a partir de ahora?

Felip Bens. “Evitar la volumetría del PEC, redimensionarlo, incidir en la protección y rehabilitación patrimonial, acabar con la delincuencia asociada la venta de droga y sobre todo proteger a los vecinos de la especulación”.

Pepa Crespo. “El reto es desarrollarse sin autodestruirse. Fijar normas para conseguir un barrio plural y vivo en todos los sentidos con porcentajes de vivienda social, de alquiler asequible; que no expulse a personas que durante años y generaciones han vivido aquí. Igualmente establecer límites y asignar un porcentaje a vivienda turística con normativas claras y estrictas. Respecto a la vida del barrio, adelantarse a la saturación y restringir el número de bares, restaurantes o cafeterías, de hostelería en general. Favorecer que sea un barrio de residentes, que necesita comercio de proximidad de todo tipo. Precisar criterios para que pueda haber una convivencia tranquila y beneficiosa para todos, pensando en el futuro de la comunidad, no en el beneficio particular a corto plazo”.

En el número 135 de la calle la Reina, en el Cabanyal, la fachada del edificio es del color del partido que ha ganado en el distrito —Poblats Marítims— en el que se circunscribe: azul, azul. Podría parecer un olvido, un pasar página o simplemente una evasión, un estar a otra cosa. Pero el zoom calle a calle, incluida la de la Reina, refleja que el mayor porcentaje de electores escogió a Compromís y PSPV. El PP quedó tercero.

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