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Ingenieros en guerra: colegios de Valencia, Cantabria y Burgos denuncian al de Madrid
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Ingenieros en guerra: colegios de Valencia, Cantabria y Burgos denuncian al de Madrid

Tres entidades colegiales de industriales llevan al contencioso los nuevos estatutos del madrileño. La batalla salpica al director general de Industria del Gobierno de Sánchez

Foto: Escuela Superior de Ingeniería Industrial de Madrid. (Wikipedia)
Escuela Superior de Ingeniería Industrial de Madrid. (Wikipedia)

El sector de las ingenierías bulle. La implantación del plan Bolonia y la proliferación de nuevas titulaciones que abordan parcialmente contenidos de la ingeniería industrial han inundado el mercado de graduados y titulados de posgrado que, sin embargo, no son consideradas profesiones reguladas por parte de la legislación. Únicamente el específico máster habilitante de ingeniería industrial, que se cursa al finalizar el grado, permite obtener las competencias necesarias para ejercer en distintas disciplinas y, por tanto, la condición de ingeniero industrial. El resto de profesionales, como ingenieros mecánicos o eléctricos, solamente puede firmar proyectos de su disciplina, aunque en estos dos casos sí se trata de profesiones reguladas.

Algunas de las nuevas titulaciones no tienen obligación de colegiarse. Sin embargo, algunos colegios de ingenieros industriales están ideando vías para sumarlos a sus organizaciones. Esto ha derivado en un importante conflicto en el seno del colectivo y entre colegios repartidos por toda España. El último de estos encontronazos se ha producido este mismo otoño. El pasado 13 de septiembre, el pleno del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales de España aprobó una propuesta de modificación de los estatutos del Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid que incorpora la figura del 'ingeniero adscrito', dirigida a dar entrada en esta entidad privada de derecho público a colectivos de ingenieros sin colegio propio o titulados universitarios de extranjeros que tampoco cuentan con colegiación. Este cambio y otras modificaciones estatutarias han provocado la reacción de otros tres colegios españoles, que han iniciado la vía judicial para tratar de frenarlo por considerar que se trata de un primer paso para colegiar ingenieros que no cuentan con los títulos habilitantes que marca la ley.

Tres colegios de industriales llevan al contencioso los nuevos estatutos de la organización madrileña por crear la figura del 'ingeniero adscrito'

El Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid no es un colegio cualquiera. Es una entidad plurirregional que agrupa a colegiados madrileños pero también de las provincias de Valladolid, Ciudad Real, Toledo, Cuenca, Guadajara, Salamanca, Soria, Zamora y Segovia. Los estatutos reformados de la entidad madrileña-castellana fueron aprobados por el Consejo General como órgano superior. Esta decisión es la que ha sido recurrida en el contencioso-administrativo por los colegios de la Comunidad Valenciana, Cantabria y Burgos-Palencia. La ofensiva judicial fue acordada de forma coordinada por las juntas de gobierno de los demandantes, según las actas y el inicio de demanda a que ha tenido acceso El Confidencial.

placeholder César Franco y Francisco Cal, decano y vicedecano del Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid.
César Franco y Francisco Cal, decano y vicedecano del Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid.

Aunque los ingenieros 'adscritos' no tienen derechos electorales (voz sin voto), según el reglamento de desarrollo aprobado el pasado lunes 19 de noviembre, los demandantes sostienen que los nuevos estatutos madrileños son irregulares. Esgrimen informes como el elaborado por la Secretaría General Técnica del Ministerio de Economía, fechado en noviembre de 2012, que establece que no cabe modificar las titulaciones que dan acceso al colegio a través de los estatutos, "pues esta materia está reservada a una norma con rango de ley". Otra respuesta del mismo organismo ministerial a una consulta de 2016 del presidente de la Federación de Asociaciones de Ingenieros Industriales de España, Luis Manuel Tomás Balibrea, insiste en que la actual legislación de colegios profesionales establece que "no puede ampliarse el ámbito de colegiación por una norma de rango complementario como son los estatutos generales de un colegio profesional".

"El colegio de Aragón y La Rioja intentó meter nuevos colegiados y tuvo que echarse atrás", afirma el responsable de uno de los colegios denunciantes. "Cada profesión tiene que tener su marco de regulación y no confundir a la ciudadanía. Hay sentencias que dejan claro que un ingenierio químico no tiene las mismas atribuciones que un ingeniero industrial porque no tiene las mismas competencias generalistas. Debemos mantener la esencia de la profesion y la defensa del ciudadano y su seguridad", señala.

placeholder Acuerdo del Colegio de Ingenieros de la Comunidad Valenciana contra el cambio estatutario de Madrid.
Acuerdo del Colegio de Ingenieros de la Comunidad Valenciana contra el cambio estatutario de Madrid.

El conflicto entre ingenieros ha cogido en medio al actual director general de Industria del Gobierno de Pedro Sánchez, Galo Gutiérrez Monzonís. Militante del PSOE desde hace años, Gutiérrez tomó posesión del cargo en el ministerio de Reyes Maroto el pasado mes de julio. Anteriormente, era secretario del Colegio de Ingenieros Industriales madrileños y, pese a las dudas legales, no paró la reforma estatutaria impulsada por el actual decano, César Franco Ramos. El pulso entre colegios se produce en paralelo al proceso de renovación de los órganos internos de gobierno en el colegio madrileño. El decano y su equipo aspiran a revalidar el cargo después de que esa misma modificación estatutaria haya abierto la puerta a poder optar a un nuevo mandato. La corrección estatutaria elimina también la incompatibilidad de ocupar cargos en la entidad a la vez que en organizaciones políticas.

El decano de Madrid defiende el cambio: "Hay muchas personas que lo que quieren hacer es poner puertas al campo. Debemos colaborar"

Guillermo Luna, el aspirante que rivaliza con Franco, asegura que los estatutos nuevos incumplen varios preceptos legales. "Se pretende hacer del colegio un negocio", afirma. "Se saltan la norma. El colegio no es para eso", insiste.

Sin embargo, César Franco, que a preguntas de El Confidencial dice no tener constancia todavía de la interposición del contencioso-administrativo de la Comunidad Valenciana, Cantabria y Burgos-Palencia, defiende la iniciativa de ampliación de colegiados como un proceso inevitable. "La figura de la adscripción no es un tema de hoy. Hay muchos colegios que la tienen recogida desde hace tiempo. En Andalucía, País Vasco, Navarra y Baleares, ya existe", dice. "Somos organismos privados de derecho público. Lo que queremos es ofrecer servicios a otras titulaciones diferentes a la ingeniería industrial, siempre dejando claro qué es ingeniero industrial y qué no es ingeniero industrial. Hay muchas personas que lo que quieren hacer es poner puertas al campo, cuando el debate debería ser el de prestar más servicios al colegiado".

Sobre la presencia en el colegio de ingenieros de profesionales no regulados, Franco Ramos asegura que no dará "su brazo a torcer". "Se trata de trabajar juntos. La sociedad reclama colaboración entre profesionales. En el hecho de mantener la profesión regulada no hay ninguna fisura. Si para una actividad se necesita un ingeniero industrial, defenderemos la titulación, sea para un determinado puesto, para un proyecto, para oposiciones del Estado o a un ayuntamiento. Pero eso no se defiende solo en los tribunales, también poniendo en valor la profesión del ingeniero industrial. Ahí es donde nos la jugamos", concluye.

El sector de las ingenierías bulle. La implantación del plan Bolonia y la proliferación de nuevas titulaciones que abordan parcialmente contenidos de la ingeniería industrial han inundado el mercado de graduados y titulados de posgrado que, sin embargo, no son consideradas profesiones reguladas por parte de la legislación. Únicamente el específico máster habilitante de ingeniería industrial, que se cursa al finalizar el grado, permite obtener las competencias necesarias para ejercer en distintas disciplinas y, por tanto, la condición de ingeniero industrial. El resto de profesionales, como ingenieros mecánicos o eléctricos, solamente puede firmar proyectos de su disciplina, aunque en estos dos casos sí se trata de profesiones reguladas.

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