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Valencia rediseña el plan de la Fórmula 1 con un delta verde hasta el mar a puertas del 28-M
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Valencia rediseña el plan de la Fórmula 1 con un delta verde hasta el mar a puertas del 28-M

Urbanismo aprueba las bases del nuevo barrio del Grao, con 3.000 viviendas, 100.000 metros de terciario y casi 200.000 de zonas verdes. El desarrollo dependerá de quien gane las elecciones

Foto: El nuevo plan del Grao, sobre los terrenos del antiguo circuito urbano de F1 de Valencia.
El nuevo plan del Grao, sobre los terrenos del antiguo circuito urbano de F1 de Valencia.

Uno de los mayores desarrollos urbanísticos de la ciudad Valencia quedará en manos del equipo de gobierno que salga de las urnas municipales el próximo 28 de mayo. La vicealcaldesa y responsable del área de Urbanismo, la socialista Sandra Gómez, presentó este lunes el nuevo diseño del plan de actuación integrada (PAI) del Grao, el sector que se ubica sobre el antiguo circuito de Fórmula 1, ahora abandonado, sobre una superficie de unos 380.000 metros cuadrados. El proyecto, dibujado por el arquitecto José María Tomás, rediseña el área para combinar la edificación con un gran parque de desembocadura que busca culminar el ajardinamiento del antiguo cauce del Turia con 193.000 metros cuadrados de zonas verdes hasta prácticamente el mar. El aprovechamiento urbanístico incluye 3.000 viviendas (750 protegidas o de alquiler asequible), ocho parcelas de suelo dotacional que suman 45.000 metros y más de 100.000 metros cuadrados de techo dedicados a usos terciarios, muy cerca de la zona de la Marina Real, que ahora no cuenta con oferta suficiente de oficinas como para atender la elevada demanda existente.

No será, sin embargo, hasta el inicio de la próxima legislatura cuando el plan, que lleva atascado varios años, comience de verdad a superar escollos burocráticos. Una vez entregado el diseño urbanístico, en julio está previsto que se apruebe la evaluación ambiental para poder proceder a la reparcelación, según explicó Gómez. Será entonces cuando el Ayuntamiento decida si mantiene el modelo de gestión directa, y asume, por tanto, el anticipo del coste de la urbanización, estimada en unos 100 millones de euros, hasta recibir el retorno por la vía de las cargas urbanísticas, bien con dinero o con terrenos. La alternativa es ceder la condición de agente urbanizador a los propietarios. Más del 60% del suelo está en manos de Atitlan, el grupo inversor de Roberto Centeno y Aritza Rodero, y el fondo británico Hayfin Capital, y el 30% es propiedad de la empresa estatal ADIF. Hay un restante 6%. Atitlan y Hayfin ya presentaron una primera propuesta de agrupación de interés urbanístico (AIU) para asumir las obras, pero fue desestimada por el Ayuntamiento.

"Calculamos que en dos años podemos empezar a desarrollar el sector. El proyecto de urbanización está por definir", dijo Gómez. "Vamos a ir dando pasos y buscar la forma más eficiente, más ágil y sencilla", añadió dejando la puerta abierta al traspaso de la gestión a los dueños para acelerar la urbanización. El plan requiere de una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana para introducir los cambios en la disposición de viales.

placeholder La nueva configuración del sector del Grao, en Valencia.
La nueva configuración del sector del Grao, en Valencia.
placeholder En el centro, la pastilla con el antiguo circuito urbano de Fórmula 1 de Valencia.
En el centro, la pastilla con el antiguo circuito urbano de Fórmula 1 de Valencia.

El nuevo rediseño, encargado al arquitecto Tomás en compensación por una deuda anterior con la empresa municipal Aumsa, tiene como principal elemento diferencial con el anterior la conversión en una vía peatonal y ciclista de la prolongación del paseo de la Alameda, antes concebida como un vial para coches con dos sentidos. El nuevo "circuito biosaludable", como lo calificó la vicealcaldesa, permite conectar el viejo cauce con el nuevo parque para crear un delta verde. La alternativa para el vehículo privado se desplaza así hacia el norte, a la avenida de Francia, la travesía hacia la que recaerán el grueso de las edificaciones. Los barrios de Nazaret y Moreras se conectarían con nuevos puentes, además del ya existente de Astilleros. Para los vecinos que viven en el último tramo actual de la Alameda, se plantea una conexión perpendicular con la avenida de Francia a través de la calle Ibiza. Por su parte, la candidata del Partido Popular y portavoz de la oposición, María José Catalá, plantea extender el uso para vehículos privados de la Alameda.

Sin embargo, toda esta configuración de viales queda a la espera de que ADIF soterre un tramo de vías de tren en superficie que ahora mismo hacen de barrera entre el sector del PAI de Grao y su flanco oeste. Es el gran elefante en la habitación del proyecto. El encaje completo del desarrollo urbanístico depende de una obra para la que el Ministerio de Transportes ya ha encargado el estudio informativo, pero que no tiene fecha todavía, aunque Gómez dijo que podría ir "en paralelo".

El Consistorio ha optado por ir dando pasos al margen de los plazos del Estado, para evitar verse condicionado. La presencia de ADIF como propietaria de una parte importante de los terrenos debería facilitar la ejecución del soterramiento, pero Gómez no concretó qué posibles soluciones provisionales se plantean para el caso de que el área se urbanice y el Ministerio de Transportes haya cumplido su parte. La más factible, y que el equipo de gobierno local ya ha barajado, es cubrir de forma provisional con algún tipo de cajón el surco ferroviario y hacer un paso elevado también temporal en alguno de los tramos.

Uno de los mayores desarrollos urbanísticos de la ciudad Valencia quedará en manos del equipo de gobierno que salga de las urnas municipales el próximo 28 de mayo. La vicealcaldesa y responsable del área de Urbanismo, la socialista Sandra Gómez, presentó este lunes el nuevo diseño del plan de actuación integrada (PAI) del Grao, el sector que se ubica sobre el antiguo circuito de Fórmula 1, ahora abandonado, sobre una superficie de unos 380.000 metros cuadrados. El proyecto, dibujado por el arquitecto José María Tomás, rediseña el área para combinar la edificación con un gran parque de desembocadura que busca culminar el ajardinamiento del antiguo cauce del Turia con 193.000 metros cuadrados de zonas verdes hasta prácticamente el mar. El aprovechamiento urbanístico incluye 3.000 viviendas (750 protegidas o de alquiler asequible), ocho parcelas de suelo dotacional que suman 45.000 metros y más de 100.000 metros cuadrados de techo dedicados a usos terciarios, muy cerca de la zona de la Marina Real, que ahora no cuenta con oferta suficiente de oficinas como para atender la elevada demanda existente.

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