El futuro de Vinos Alicante: ¿más clientes incondicionales y caldos más sostenibles?

En unas semanas, Vinos Alicante DOP comenzará a medir la huella de carbono de 11 de sus 45 bodegas. Es la primera fase de un plan que, en España, solo tiene la denominación Uclés y que es vista como una sensata continuidad de la hoja de ruta de las pequeñas y medianas regiones ecológicas. La apuesta sostenible es, además, una medida ligada a la supervivencia de una zona de cultivo con variedades de uvas únicas como la moscatel y que combate desde hace tiempo un problema de envejecimiento de sus agricultores.

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“Su situación actual es extremadamente sensible por la pérdida de superficie cultivable con variedades únicas en el mundo y otras amenazas sociales y económicas”, decía en un comunicado el Consejo Regulador. La estrategia para posicionar a los caldos alicantinos pasa por conseguir enamorar a productores y consumidores. Los primeros se han empezado a acercar tímidamente y con micro extensiones. Los segundos, son el perfil dorado de consumidor. “Los ‘lovers’ son habituales. Tienen interés por el producto y por todo lo que le rodea”, explica Ignacio Mancebo, copropietario de La Zafra. “El gran reto sería el gran público; lo es para todo el sector”, añade.

Mancebo es una de las bodegas que se ha sumado al Plan de reducción de Huella de Carbono de la DOP. “También es una cuestión de transparencia”, comenta como responsable de una microbodega de siete hectáreas en Monóvar. La montó junto a Mar Cabanes y representa a esa nueva generación que ha cogido el relevo en el campo y en la producción.

“Tenemos un problema de envejecimiento en la parte agrícola y de abandono en el campo”, explica Eladio Aniorte, gerente de Vinos Alicante. Para el responsable de la denominación, este plan responde a la inquietud que hay en el sector. “Cuanto más valor demos al consumidor sobre la importancia de este viñedo, más se procurará proteger”.

El plan se hará en distintas fases: la primera es medir, conocer el punto de partida. La segunda pasar a la acción y establecer un plan para reducir. La DOP Alicante posee actualmente unas 10.000 hectáreas de viñedo repartidas entre el Vinalopó Alto, Medio, la Marina Alta y otras zonas puntuales de la provincia y este será el tercer año que la producción esté por debajo de la media. “La previsión es que estaremos entre los 27 y 30 millones de kilos. Eso significa que seguiremos estando por debajo de la media (31 millones), pero mejor que el año pasado que fue excepcionalmente baja”, apunta Aniorte. Una de las peculiaridades de la uva monastrell, típica variedad alicantina, es que se recoge más tarde. Ahora se está en plena vendimia y esta circunstancia la expone a las inclemencias climáticas del verano y las fuertes lluvias de septiembre.

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Pero Eladio Aniorte insiste en la importancia de saber llevar todas estas acciones al campo del lenguaje y la verificación. “La Comunidad Valenciana es un referente en vinos ecológicos y la iniciativa de la reducción de la huella de carbono es medible y verificable. Está demostrado que el consumidor contemporáneo valora estas cuestiones” y apunta otras aristas como el hecho de ser un “cultivo de bajo consumo de agua”. “Todas estas cuestiones las tenemos que explicar y traducir”.

Vidrio, la cruz y etiquetas, la cara

En la hoja de ruta no hay tiempo que perder y el Consejo Regulador de la DOP se ha marcado unos pocos meses para tener los primeros resultados. “A mitad del próximo año queremos hacer balance. Ya hay 11 bodegas apuntadas y prevemos una más para empezar. Participarán las grandes como Bocopa, La Algueña, Xaló, Les Freses, La Zafra, Las Virtudes, Colección de Toneles Centenarios, Sierra Salinas, Francisco Gómez, Volver, Gandia Plá y el propio Consejo.

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Helena Fernández es directora de Sostenibildad y Cambio Climático en Isemaren y trabaja junto a la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas en un plan de sostenibilidad para el sector. “La huella de carbono tiene distintos alcances. Encontramos distintos niveles y podríamos decir que en el mínimo se mide la emisión de todos los consumos energéticos hasta un tercer grado, donde ya se incluye todo como las etiquetas, transporte. Es un error hacer comparaciones o fijar una media”, subraya en referencia a la hora de establecer una cantidad aproximada por bodega. “Lo importante es tener datos fiables y a partir de ese punto ver la evolución. Tener un año base y marcar unos objetivos de reducción”.

Fernández acaba de participar en una charla en Barcelona para dar a conocer el borrador de la iniciativa de sostenibilidad y sostiene que “dentro de los sectores económicos, este es uno de los más avanzados” y cita el trabajo de la Federación Española con una certificación que especifica la huella de carbono.

Entre los muchos puntos que hay que revisar, sobresale todo lo relacionado con el vidrio y su logística. Aniorte señala que los productores del vidrio funcionan como un cluster y hay pocos y concentrados lo que obliga a unos costes de transporte —aquí además del coste lo que se tiene en cuenta son las emisiones que este desplazamiento produce—. En este punto, el vino se enfrenta a la insumisión del consumidor español que no entiende, al menos por ahora, que esta bebida si es de calidad va en este formato. Sin embargo, la experiencia de Alicante en el calzado ha servido para contar con un etiquetado variado y ecológico. “Toda la experiencia derivada de los adhesivos juega a nuestro favor”.

En el lado más práctico, el ejemplo de la microbodega resume la apuesta. “Tenemos el vidrio más ligero del mercado”, indica Ignacio Mancebo. “Ahora, además, no usamos refrigeración en la bodega y tenemos unas instalaciones más cercanas a las tierras de cultivo. Todo ello nos permite tener pocos inputs de energía”.

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Al final del recorrido, el objetivo es vincular Vinos Alicante DOP con una baja emisión. El proyecto estratégico, lógicamente, también mira hacia la comercialización. “Si lo unimos a otras condiciones como el de ser la zona de mayor viñedo ecológico certificado de la Comunidad Valenciana, las medidas de confusión sexual impulsadas por la Conselleria y otras medidas hacia la sostenibilidad y buenas prácticas agrícolas, estaremos en condiciones de crear una de las zonas más limpias del mediterráneo y defender la fortaleza del viñedo en este sentido".