Susana Díaz y Puig ponen el pie al decreto de la estiba y reclaman más diálogo a Rajoy

Susana Díaz y Ximo​ Puig, dos de los principales barones del PSOE y la primera, además, 'preaspirante' liderar a los socialistas españoles, han vuelto a mostrar este domingo sus discrepancias con la fórmula elegida por el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, para cumplir la sentencia de Bruselas y liquidar el monopolio en el sistema de carga y descarga de barcos en los puertos españoles. Ninguno de los dos quiso mostrar su respaldo al decreto ley que el Gobierno a enviado al Congreso de los Diputados y que debe ser convalidado antes de final de marzo, en un proceso en el que la posición del PSOE es clave para vetarlo o sacarlo adelante.

“Estoy en contra de un decreto que no dialogue, que no busque el consenso y el entendimiento entre la patronal y los trabajadores”, señaló Díaz, en un acto conjunto en el Palau de la Generalitat en Valencia. “La única vía de salida es el diálogo. Lo que ha pasado en estos dos años es una enorme irresponsabilidad por Mariano Rajoy al no afrontar un problema derivado de la sentencia. El coste sobre la economía valenciana está siendo grande. Le pedimos que haga un sobresfuerzo para plantear un entorno de negociación y buscar el mal menor”, asestó Ximo Puig.

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Susana Díaz y Ximo Puig llevan varios días hablando sobre el conflicto de la estiba y sobre la posición que a su juicio debería adoptar el PSOE ante el decreto del Gobierno y la sentencia de Bruselas que obliga a desmontar el monopolio en el modelo español de carga y descarga de mercancías en los puertos. Ambos tienen opiniones no coincidentes al 100% sobre el problema, pero optaron por consensuar un discurso conjunto en su comparecencia de este domingo, a raíz de la ya habitual visita a Valencia de la teórica candidata a liderar el PSOE con motivo del Día de Andalucía.

Financiación autonómica

El encuentro sirvió para fijar posiciones en materia de financiación autonómica (suscribieron un documento conjunto con las que creen que deben ser las líneas básicas del cambio de modelo), Corredor Mediterráneo y un pacto de Estado contra la violencia de género en una nueva Conferencia de Presidentes. Pero también surgió en la comparecencia pública y en las conversaciones previas el discurso que a su juicio debe regir la resolución del conflicto con los estibadores.

Díaz mostró un discurso más cercano a los intereses de los trabajadores estibadores y de la Coordinadora de Trabajadores del Mar y rechazó respaldar el decreto de Fomento. La clave de esto es que el Puerto de Algeciras (Cádiz) es básicamente una terminal de escala del que viven unas 2.000 familias ligadas a la estiba. Una merma importante en sus salarios tendría repercusiones en la economía local. Esto es lo que ronda por la cabeza de Díaz. Pero existe el riesgo, por ejemplo, de que la nueva terminal automatizada de APM (Maerks) en Tánger (Tánger Med), que debe empezar a operar en 2019, sea más competitiva y esto tenga peores consecuencias para los actuales trabajadores de Algeciras.

Una situación similar se produce en el caso del Puerto de Valencia, que reparte casi al 50% el tráfico de contenedores de mercancías de tránsito y las de destino. Pero al contrario que su colega de partido, el ‘president’ Ximo Puig evitó en sus comparecencias públicas empatizar con el deseo de los estibadores de mantener condiciones laborales y privilegios de acceso. Ni siquiera se ha reunido con ellos, como sí ha hecho Díaz. En amplias filas del socialismo valenciano existe la percepción de que el colectivo disfruta de una posición de privilegio que perjudica la competitividad del tejido exportador.

El presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, el expresidente del ICO y de Loterías Aurelio Martínez, una persona claramente afín a las siglas del PSOE, ha convertido la reducción de costes portuarios para las navieras usuarias finales en uno de los ejes de su mandato, con planes de minoración de tasas y acuerdos con los distintos colectivos y agentes implicados en el tráfico interno de barcos y mercancías con los que espera minorar un 15% esos gastos.

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Asesorado, en parte, por el influyente sector portuario y exportador local, Puig está alineado con esa estrategia. Sin embargo, todos temen el impacto que pueda tener la sucesión de paros anunciados por la Coordinadora. El ‘president’ ha abogado por una solución dialogada y ha advertido sobre las consecuencias económicas de una huelga en los puertos españoles y, en particular en el de Valencia. Las terminales de la capital del Turia representan la puerta de entrada para casi el 60% de las mercancías que entran en el país por vía marítima, pero también son el canal de suministro y comercialización de algunas de las empresas exportadores y cadenas de producción más estratégicas de la Comunidad Valenciana, como la factoría Ford de Almussafes, generadora de forma directa o indirecta del 18% del PIB autonómico.

Puig ha evitado en sus comparecencias públicas empatizar con el deseo de los estibadores. Ni siquiera se ha reunido con ellos

Las patronales locales ya han advertido sobre el daño que están provocando lo que consideran “paros encubiertos”, con descensos de actividad en las terminales y caídas de la productividad del 23%. Ya son los muchos los barcos que están empezando a modificar sus rutas de entrada y optan por puertos distintos en Portugal, Francia o Italia.

Respaldo orgánico

Los dos presidentes cenaron juntos este sábado por la noche. La situación del PSOE y los planes de Díaz de cara a las primarias de mayo están encima de la mesa. Díaz todavía no ha confirmado su candidatura a asaltar la secretaría general, pero en esa carrera la alianza con Ximo Puig es importante. La sucesión de actos de este domingo tenía como objetivo exhibir sintonía en clave orgánica. A primera hora un acto institucional en el Palau de la Generalitat, después la participación en la jornada del Día de Andalucía en Mislata y, para terminar, una comida a puerta cerrada en la sede del partido con alcaldes de toda la Comunidad Valenciana.

Puig no puede ofrecer a la hipotética candidatura de su colega andaluza una organización en bloque, porque las posturas están divididas. No es que Pedro Sánchez conserve muchos apoyos, ni tampoco que Patxi López haya sumado nuevos, pero, pese a la sólida alianza con Puig, entre muchos cuadros y bases del PSPV tampoco hay entusiasmo por la figura de Díaz.