Aragonès renuncia de manera implícita a la unilateralidad con su acuerdo de claridad

Pere Aragonès ha renunciado de manera implícita a la unilateralidad al avalar el acuerdo de claridad que plantea su grupo de expertos, según valoran fuentes del independentismo, tanto de ERC como de otras formaciones. En la práctica, con la propuesta del presidente catalán se está dando oxígeno a un pacto de investidura de Pedro Sánchez falto de aliento tanto por el lado de Sumar, que aún no ha confirmado su apoyo, como desde JxCAT, con Carles Puigdemont reivindicando la unilateralidad y el 1 de octubre desde su cuenta de Instagram, como hizo este fin de semana.

En comparación, el presidente catalán se ha mostrado conciliador, contentándose con que durante la legislatura se pueda hablar de un hipotético referéndum en Cataluña, sin ir más lejos en las concreciones. Así, Aragonés considera "transitable" la vía hacia un referéndum una vez pase la investidura de Sánchez. Pero como ha reconocido el president, "no hay condiciones nuevas" para votar a favor del candidato del PSOE tras ese informe. "Las condiciones ya las han puesto los partidos, el acuerdo de claridad va mucho más allá de la investidura", afirmó, evitando en todo momento fijar un calendario concreto. Es decir, podrá haber Gobierno sin acuerdo de claridad.

ERC y JxCAT han aumentado su presión sobre Sánchez las últimas semanas para abordar la autodeterminación más allá de la amnistía. Si existe investidura, el presidente catalán cree que el documento de los expertos puede ser una buena base para trabajar. Pero ese mismo informe se pronuncia en contra de la unilateralidad, con lo que la apuesta de Aragonès es clara en este sentido: evitar un nuevo choque con el Gobierno central.

De las cinco opciones presentadas por el grupo de expertos que ha estado trabajando en el acuerdo de claridad, Aragonès se decanta por un "referéndum a la escocesa en el que la ciudadanía se pueda pronunciar con un sí o un no a la independencia y, a partir de ahí, se inicie el camino que debe llevar a la implementación del resultado". Es decir, una consulta en la que voten solo los catalanes —no el resto de España—, pero que sea pactada y aceptada por todas las partes.

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En el informe de los nueve expertos académicos incluso se afirma: “Sin embargo, si bien la parte catalana no debería decidir unilateralmente el futuro constitucional de Cataluña, la contraparte española tampoco debería ejercer un veto insuperable en el horizonte político que plantee una eventual mayoría de la ciudadanía de Cataluña. Es necesario establecer conjuntamente mecanismos para decidir de forma acordada”. Por tanto, de unilateralidad, nada de nada.

Gesto hacia la negociación

El anuncio de Pere Aragonès se produce la semana después de que Pedro Sánchez y el presidente de ERC, Oriol Junqueras, hayan hablado por teléfono para allanar la investidura. No hubo un sí definitivo, pero la conversación fue en buen tono. Que la renuncia de Aragonès haya sido implícita no resta valor político a la misma, ya que desde el primer momento le lloverán críticas por parte del independentismo más radical.

Que Aragonès haya evitado que su renuncia sea implícita no le resta valor político

En la Moncloa no han entrado a valorar la comparecencia, anclada en el mantra de que el diálogo siempre ha de ser dentro de la Constitución y con el objetivo de mejorar la convivencia en Cataluña. El referéndum como tal, en principio, ni se contempla.

Partidos, al salón

Pere Aragonès ha convocado por eso la Mesa de Partidos catalanes para presentar su propuesta y este lunes se mostró abierto a que puedan hacer aportaciones. La mesa solo se convocará una vez se supere el pacto de investidura. La CUP ya ha criticado que esta posición de la Generalitat “deja en manos del Estado el derecho de autodeterminación”, en palabras de su diputado en el Parlament Carles Riera. JxCAT, por su parte, ha evitado pronunciarse, lo que también augura futuros desacuerdos. Aragonès se ha marcado como primer objetivo conseguir primero el acuerdo dentro de Cataluña.