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El constitucionalismo dice "no a la amnistía" en Barcelona: "Hoy dejamos de ser mayoría silenciosa"
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MILES DE personas se manifiestan

El constitucionalismo dice "no a la amnistía" en Barcelona: "Hoy dejamos de ser mayoría silenciosa"

SCC prescinde de los políticos asistentes (Feijóo, Abascal, Ayuso…) para dar transversalidad a una protesta contra la amnistía y la autodeterminación

Foto: Manifestación en contra de la amnistía en Barcelona. (Reuters/Albert Gea)
Manifestación en contra de la amnistía en Barcelona. (Reuters/Albert Gea)

La manifestación antiamnistía convocada por Sociedad Civil Catalana (SCC) bajo el lema La amnistía, no en mi nombre congregó en el céntrico Paseo de Gràcia de Barcelona a cientos de miles de constitucionalistas (300.000 según los organizadores, además de 400.000 oyentes por las redes sociales en streaming, aunque la Guardia Urbana cifró los asistentes en 50.000). La principal arteria de la capital catalana se vistió de rojigualda en una marcha donde no faltaban muchas banderas catalanas para subrayar que la España constitucionalista incluye una Cataluña democrática. Es inevitable hacer la comparación con la manifestación del domingo anterior, convocada por todas las fuerzas independentistas, para conmemorar el sexto aniversario del referéndum ilegal y, de paso, exigir amnistía y autodeterminación: los indepes lograron reunir a duras penas 4.500 personas (a pesar de que Carles Puigdemont comparecía en directo desde Waterloo para arengara los presentes). Este domingo, pese a que la protesta tenía lugar en el corazón de Cataluña, el no a la amnistía parecía jugar en casa.

La mayoría silenciosa salió a la calle para protestar y dar a conocer que no es tan silenciosa como aparenta. No en mi nombre, no a la amnistía, Puigdemont, a prisión o Sembrar división no tiene perdón fueron algunas de las consignas coreadas en una marcha multitudinaria que sorprendió incluso a sus organizadores. SCC había enviado una carta esta semana a los partidos políticos avisando que la convocatoria era transversal y que las formaciones no tendrían cabida ni en la cabecera de la manifestación ni en el escenario.

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez durante la rueda de prensa ofrecida tras la cumbre informal de la Unión Europea. (EFE/Miguel Ángel Molina)

Pese a todo, acudieron el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el de Vox, Santiago Abascal. También se desplazaron a Barcelona la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, el presidente de Aragón, Jorge Azcón, y el presidente de Murcia, Fernando López Miras. No eran los únicos: la secretaria general del PP, Cuca Gamarra; el líder de Ciudadanos en Cataluña, Carlos Carrizosa; el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández; el líder de Vox en Cataluña, Ignacio Garriga; la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán; el eurodiputado de Ciudadanos Adrián Vázquez o el líder del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, fueron otros de los asistentes.

La irrupción de Aragonès

Los encendidos discursos de Àlex Ramos, vicepresidente de SCC, Teresa Freixas, catedrática de Derechos Constitucional, Paco Vázquez, excaldesocialista de A Coruña, exsenador y exembajador en el Vaticano, y de Elda Mata , presidenta de SCC calaron entre los asistentes. "Por culpa de los políticos se han creado dos pueblos que viven separados", lamentó Ramos en su alocución. Y apeló al president Pere Aragonès: "Señor president de la Generalitat: el pequeño país excluyente supremacista no nos interesa. El nuestro es un proyecto transversal de catalanes, plural en culturas y lenguas. En SCC estamos todos los del arco constitucional. Yo soy votante socialdemócrata y me siento decepcionado porque en la última campaña electoral me dijeron que la amnistía y la autodeterminación eran líneas rojas. Si lo hubieran dicho antes, probablemente la abstención hubiera sido mucho mayor", clamó Ramos, un conocido miembro socialista.

Precisamente, los medios públicos catalanes, que dependen de la Generalitat, habían cortado la conexión para sacar en pantalla a Pere Aragonès y contrarrestar la euforia de los organizadores.

Foto: Pedro Sánchez en Granada. (Reuters/Jon Nazca)

Aragonès, que había alabado la "masiva manifestación" indepe de 4.500 almas el día 1 de octubre, restó importancia a la de los constitucionalistas: "Hoy hemos constatado el fracaso de la derecha y ultraderecha con su mensaje de venganza, represión y odio. La manifestación constata su fracaso y el de sus proyectos políticos. Por tanto, el fracaso de hoy nos empuja a seguir batallando más que nunca con más fuerza por la amnistía y la autodeterminación y que nos hacer decir que ante la derecha y la ultraderecha, que difunden esos mensajes basados en el desprecio, el odio y la venganza, hay una Cataluña alegre que mira al futuro y que decidirá su futuro, estoy seguro", dijo el president. imagen permaneció en una pantalla en silencio, en un desconcertante final de arenga que evidenciaba que era una improvisación para salir del paso.

Los medios catalanes intentaron ayudar a desmitificar la asistencia a la marcha españolista. Contrariamente lo que hicieron en la retransmisión de la Diada del 11 de septiembre y en la protesta del aniversario del referéndum ilegal, en esta ocasión, se prodigaron en planos cenitales para recalcar los claros que había entre manifestantes, cuando en las concentraciones independentistas desterraron ese tipo de planos precisamente para ocultar la poca asistencia.

El encendido Paco Vázquez

Pero el tratamiento indepe al acto no restó intensidad a los discursos en el escenario final: El orador más encendido y altisonante fue Paco Vázquez, que resucitó su histórica y florida oratoria como dirigente del PSOE. "A los catalanes os quieren robar Cataluña. No hay conflicto de Cataluña con el resto de España. Lo que hay es un contencioso de los independentistas que quieren imponer al resto de catalanes su modelo de sociedad. Y nos quieren robar España, la España de la Constitución, la España de la ley". El exalcalde de A Coruña apeló al espíritu de la transición. "La amnistía y la autodeterminación es un capítulo más de un problema político. No es un debate jurídico de constitucionalistas", argumentó.

Fiel a su espíritu crítico, el exsocialista (rompió el carnet del PSOE en 2014) golpeó donde más duele y con las armas que más destrozo causan, las de la memoria histórica: "No hay mejor ciudad para defender a España que Barcelona. El primero de los españoles que lo glosó fue Miguel de Cervantes, por boca de Don Quijote, que dijo que esta tierra era patria de los valientes y venganza de los ofendidos. Hoy estamos aquí los valientes y los ofendidos (…) con la amnistía se quiere borrar el delito, deslegitimar a la justicia, acabar con la división de poderes. ¡Se quiere hacer Venezuela de España! Este no es un debate de derechas contra izquierdas, sino de constitucionalistas contra rupturistas".

Apeló a las Cortes de Cádiz para demostrar el compromiso de España con la democracia. "Transcribimos en la Constitución los acuerdos de paz, unidad, solidaridad, tolerancia. Ya aprobamos la amnistía en la Transición, cuando reconciliamos las dos Españas y hoy nos quieren volver a imponer las dos orillas enfrentadas, sin puentes. Votamos la autodeterminación cuando libre y legalmente votamos el referéndum que aprobó la Constitución y que en Cataluña fue refrendado con el 90% de los síes". Terminó con dos citas históricas: "En el 37, Azaña [entonces presidente de la República] dijo que el Gobierno de la Generalitat vivía en franca rebelión e insubordinación. Por eso no es de extrañar que Unamuno dijese que en vez de Generalitat parecía una Particularitat. Y ahora que me digan que Azaña y Unamuno era reaccionarios y estaban en contra de las libertades. Lo que importa es que sea la ética la que justique el fin que se persigue y la ética en España es cumplir la Constitución. Hoy dejamos de ser mayoría silenciosa".

"Queremos reforzar lo que nos une"

Teresa Freixas, por su parte, lamentó que "quieren aprobar una ley a la que quieren llamar de concordia, pero es de discordia, porque va dirigida a una infame compra de votos para perpetuarse en el poder (…) Si se aprueba la ley de la discordia y se organiza la consulta de disgregación, las comunidades irán cayendo una a una. Nosotros queremos ser ciudadanos libres e iguales, ser sujetos de la vida política con todas las garantías constitucionales. Que nuestra vez, la voz del constitucionalismo democrático, se oiga en todo el mundo, queremos reforzar lo que nos une, no lo que nos separa (…) que se respete la división de poderes y el imperio de la ley, que se fomente la solidaridad, que los derechos sociales sean efectivos (…) no queremos que nuestros hijos pasen por lo mismo que nosotros, sino que tengan un futuro en paz, igualdad, con respecto a la ley y solidaridad".

Álex Ramos, que también ofició como introductor de los oradores, calificó de "bochornosa" la visita de la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, a Bruselas para entrevistarse con Carles Puigdemont y "buscar un puñado de votos de Junts, un partido de derechas,. Por eso fue un viaje frívolo y oportunista para conservar sillones". Avisó que "la amnistía es el primer paso para la autodeterminación" y acusó que "no es cierto que las políticas actuales hayan mejorado la convivencia. Todo es consecuencia de la aplicación del 155 y la actuación de la justicia, que se aplicó no para reprimir ideologías, sino para juzgar delitos. Lo peor fue la fractura social, que ahora está soterrada. Y, lo que es peor, no se ha pedido perdón por el daño ocasionado. Aquí se hacen las cosas no por convivencia, sino por conveniencia".

"El pueblo que no respeta la sabiduría de sus mayores está condenado a repetir errores"

Elda Mata cerró los discursos reiterando que "esta manifestación no va de partidos, ni de derechos e izquierdas. Va de compromiso con la democracia, de valores, de igualdad, de defender que España es un Estado social y democrático de derecho". Aseguró que la mayoría de los ciudadanos quiere volver a la senda de la concordia "trabajando lealmente para conseguirlo, aprendiendo de la Historia, aprovechando la experiencia de los mejores y los mayores, porque el pueblo que no respeta la sabiduría de sus mayores está condenado a repetir errores".

Recordó Mata la historia de los nacionalismos Europeos que llevaron a la II Guerra Mundial y denunció que "hay una hoja de ruta nacionalista para quebrar a la España de derechos y separar a Cataluña de Europa. Ha habido 45 años de cesiones y concesiones políticas a partidos nacionalistas a cambio de conseguir o de mantener el gobierno, provocando un intolerable agravio entre españoles con el incumplimiento de la responsabilidad de los gobernantes de garantizar los derechos fundamentales de todos los españoles, residan donde residan". Tras varios tirones de orejas a las estrategias de cesión ante el nacionalismo, Elda Mata terminó su alocución clamando: "No en mi nombre. Ni amnistía ni autodeterminación".

La manifestación antiamnistía convocada por Sociedad Civil Catalana (SCC) bajo el lema La amnistía, no en mi nombre congregó en el céntrico Paseo de Gràcia de Barcelona a cientos de miles de constitucionalistas (300.000 según los organizadores, además de 400.000 oyentes por las redes sociales en streaming, aunque la Guardia Urbana cifró los asistentes en 50.000). La principal arteria de la capital catalana se vistió de rojigualda en una marcha donde no faltaban muchas banderas catalanas para subrayar que la España constitucionalista incluye una Cataluña democrática. Es inevitable hacer la comparación con la manifestación del domingo anterior, convocada por todas las fuerzas independentistas, para conmemorar el sexto aniversario del referéndum ilegal y, de paso, exigir amnistía y autodeterminación: los indepes lograron reunir a duras penas 4.500 personas (a pesar de que Carles Puigdemont comparecía en directo desde Waterloo para arengara los presentes). Este domingo, pese a que la protesta tenía lugar en el corazón de Cataluña, el no a la amnistía parecía jugar en casa.

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