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El Consell de la República consultará a sus bases si hay que bloquear la investidura de Sánchez
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En la práctica no es vinculante

El Consell de la República consultará a sus bases si hay que bloquear la investidura de Sánchez

Los críticos a Puigdemont han forzado una votación en el seno del Consell de la República para decidir sobre si hay que bloquear la investidura. Pero no vincula ni a JxCAT ni a ERC

Foto: Acto reivindicativo con la imagen de Carles Puigdemont (EFE/Marta Pérez)
Acto reivindicativo con la imagen de Carles Puigdemont (EFE/Marta Pérez)

El Consell per la República celebrará una consulta entre sus más de 100.000 miembros para pronunciarse si hay que bloquear la investidura de Pedro Sánchez, que fue lo que defendía Carles Puigdemont durante la campaña de la generales. La votación tendrá lugar entre el 17 y el 23 de octubre y será, como siempre en este remedo de gobierno en el exilio impulsado por Puigdemont, de manera telemática. En la práctica su incidencia en la negociación de la investidura será escasa, ya que es vinculante para el Consell de la República pero no para JxCAT ni para ERC. Y son estas formaciones las que firmarán el acuerdo con el PSOE si este al final llega a alcanzarse.

De hecho, la votación no la ha impulsado el propio Consell sino las bases, ya que según los estatutos, un 1% de los votantes puede solicitarla y así se ha hecho. Todo apunta a que son contrarios a la amnistía y quieren poner en un brete a Puigdemont. Pero sobre el terreno real tendrá poca incidencia. Con el calendario que maneja ahora Moncloa, el acuerdo podría estar listo para después del puente del Pilar, con lo que la votación podría tener lugar incluso una vez que todo el pescado estuviese ya vendido.

Foto: Oriol Junqueras frente al Congreso de los diputados el pasado 28 de septiembre. (Europa Press/Fernando Sánchez)

Es una de las ventajas del papel que se ha arrogado Puigdemont, sin cargos oficiales en JxCAT pero asumiendo la última palabra en las negociaciones clave, la elaboración de la lista de su partido o la designación de cargos clave. Sobre el terreno será el secretario general, Jordi Turull, el que asuma el acuerdo, aunque la decisión haya sido tomada en Waterloo. Pero como esa autoridad de Puigdemont sólo es moral, el Consell de la República poco pintará de manera efectiva.

La votación, aunque acabe siendo contraria al acuerdo de investidura, no cambiará nada. Eso sí, refleja la capacidad y peso del sector más puristas del independentismo –Clara Ponsatí, Quim Torra, Josep Costa, la dirección de la ANC, entre otros– que es contrario a la amnistía, a investir a Pedro Sánchez y a cualquier tipo de pacto con el Estado español.

Es decir, la votación no afectará a la investidura pero mete presión a Puigdemont. La consulta en el seno del Consell per la República la impulsan los mismos miembros de la Asamblea de Representantes que querían que este Parlament paralelo refrendase las negociaciones. Entonces la decisión de Puigdemont fue disolver la Asamblea. Ahora estos miembros le han impulsado la consulta y se la han colado por la puerta de atrás. Irónicamente, este movimiento presiona a Puigdemont y beneficia a Pedro Sánchez. Puigdemont puede verse obligado a acelerar las negociaciones para ofrecer a los socios del Consell una política de hechos consumados, alegando, eso sí, que se trata de una decisión de JxCAT, partido en el que él no ostenta cargo alguno.

Gasolina para la cuarta lista

En términos de política interna para Puigdemont no hay alternativa buena. Los miembros del Consell están muy desmovilizados, como el conjunto del independentismo. Para la votación de la Asamblea, en 2021, sólo votaron 20.626 inscritos, el 26% del censo. Una participación muy baja. Pero en las conmemoraciones del 1-O ya se vio que el sector que aguanta la movilización en la calle es precisamente el contrario a la amnistía. De manera que para Puigdemont no hay salida buena, si quiere mantener el pacto y beneficiarse de la amnistía para volver a Cataluña.

La cuarta lista que propugna de la ANC ha encontrado en la consulta una grieta

Si ofrece la política de hechos consumados y alega que la responsabilidad es de JxCAT, no hace más que echar gasolina a lo que se denomina “la cuarta lista”, los planes de la ANC para presentar una candidatura para las elecciones autonómicas, al margen de JxCAT, ERC y la CUP. Si deja que se haga la votación y no refrenda su postura en la negociación, queda debilitado ante su propio artefacto político; si suspende la votación, como hizo con la Asamblea, alegando que la decisión ya está tomada y no tiene sentido votar a posteriori, más de lo mismo. Si retrasa las conversaciones para esperar a la votación, deja a JxCAT en manos del sector más minoritario y exaltado del independentismo.

Fragmentación del espacio

Como pasó con los indultos, el independentismo se esfuerza en construir un relato de humillación del Estado español a cuenta de la amnistía, pero en la práctica sus propias divisiones hacen que la decisión se acabe volviendo contra ellos sin que el Gobierno español tenga que esforzarse demasiado para obtener ese resultado. La votación en el seno del Consell de la República va en ese sentido: hiperfragmentación de un espacio político ya muy dividido.

El Consell per la República celebrará una consulta entre sus más de 100.000 miembros para pronunciarse si hay que bloquear la investidura de Pedro Sánchez, que fue lo que defendía Carles Puigdemont durante la campaña de la generales. La votación tendrá lugar entre el 17 y el 23 de octubre y será, como siempre en este remedo de gobierno en el exilio impulsado por Puigdemont, de manera telemática. En la práctica su incidencia en la negociación de la investidura será escasa, ya que es vinculante para el Consell de la República pero no para JxCAT ni para ERC. Y son estas formaciones las que firmarán el acuerdo con el PSOE si este al final llega a alcanzarse.

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