Cataluña se queda sin aceite: "Hay zonas donde la producción es cero. Hemos llegado al límite"

Cataluña ha agotado su aceite. Al menos eso es lo que aseguran las cooperativas del sur de la comunidad, donde se aglutina gran parte de la producción del denominado oro verde. En algunas de estas agrupaciones agrícolas ya no queda nada de la cosecha del año pasado y en otras el precio ya es de 40 euros por garrafa de cinco litros. Si se compra en botella de 1 litro, el precio supera los 9 euros, un 50% más que el año pasado.

El sector afronta una de las peores cosechas de oliva de su historia. El precio medio del litro de aceite de oliva virgen extra ya está por encima de los ocho euros y los agricultores vaticinan que el precio va a seguir subiendo. La sequía extrema que vive Cataluña desde hace más de dos años está afectando especialmente a la agricultura. Sin agua para regar, ni lluvias que ayuden a crecer a los cultivos, este año se presenta especialmente negativo.

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Desde la patronal agrícola catalana Unió de Pagesos (UP), el responsable del sector del olivar, Jordi Pascual, advierte: "Dijimos que tendríamos la mitad de olivas que el año pasado y serán menos. La cosecha de noviembre será la mitad de la de 2022, que ya fue la mitad de la de 2021". Es decir, la recolección del 2023 será apenas un cuarto de la de un año normal.

Unió de Pagesos argumenta que los olivares catalanes tienen capacidad para producir alrededor de 33.000 toneladas de aceite y que este año podría considerarse un éxito si llega a las 5.000 o 6.000 toneladas. "Hay zonas de Cataluña en las que la producción es cero", expone Pascual, "y va a pasar lo mismo en Extremadura y en Valencia. Es muy deprimente, me gustaría ser más positivo, pero la realidad es muy cruda".

La cooperativa Agrícola Sant Isidre de La Fatarella (Tarragona) ya se ha quedado sin aceite de la variedad arbequina y apenas le quedan litros de la de empeltre que está vendiendo a 34 euros la garrafa de cinco litros. Hace un año, este mismo producto se vendía ligeramente por debajo de los 30 euros. Sin embargo, el molino de la cooperativa va a hacer una nueva molienda con olivas del año pasado y el precio se ajustará a la demanda del mercado.

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Un poco más al sur, en la cooperativa de El Perelló (Tarragona), el precio es un 17% más elevado. La garrafa de cinco litros ya está a 40 euros, es decir, 8 euros el litro. Si lo compras por botellas de litro, el precio asciende a 9,50 euros. En el mismo pueblo, algunos productores particulares todavía no se han sumado a esta alza de precios. La garrafa sigue costando 36 euros el litro en tienda. Todas las cooperativas coinciden en que el precio del aceite de la próxima temporada será mucho más elevado. Un mensaje que causa alarma entre los compradores, "turistas y veraneantes se llevan las garrafas de aceite como si no hubiera un mañana".

Riego excepcional para salvar la cosecha

Jordi Pascual afirma que "no soy partidario de regar, estamos en un país mediterráneo, con cultivos mediterráneos que deben vivir del agua de la lluvia, pero hemos llegado al límite. No llueve y es momento de actuar". Las lluvias son escasas e insuficientes, solo llegan a mojar la superficie y el agua no llega al subsuelo y "sin agua, los olivos no crecen, por lo tanto, no se hacen ramificaciones y al año siguiente no producen olivas", explica.

Unió de Pagesos lleva meses denunciando la mala gestión que ha hecho Cataluña con el agua y la sequía. Ahora han decidido juntarse con los consejos comarcales y los ayuntamientos para ejercer una mayor presión y encontrar soluciones reales para los problemas a los que se enfrentan: "Hay zonas donde se depura el agua y se tira al mar, no se aprovecha".

"En la depuradora de Calafell (Tarragona) se tiran cada día 15.000 metros cúbicos al mar. 6 millones de metros cúbicos al año", expone Jordi Pascual. Un agua que hasta ahora no era esencial para la agricultura, pero que ahora reclaman para poder asegurar un mínimo de cosecha. "La Agencia Catalana del Agua (ACA) es la que debe actuar, pero a ellos les importa bastante poco la agricultura", explica Pascual. Actualmente, UP trabaja con la Generalitat para encontrar una solución.

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Hace unas semanas agricultores del sector del olivar de toda España se desplazaron hasta Madrid para reclamar ayudas. Los recolectores piden subvenciones similares a las que se han dado a otros cultivos como los cereales o la fruta dulce. "Pedimos una ayuda directa, aunque sea pequeña, por cada hectárea cultivada", indica Pascual. En la reunión con el Ministerio de Agricultura y Pesca se les informó de que no tenían pensado ofrecer este tipo de apoyo económico.

Un litro de aceite, a precio de gin-tonic

Los payeses defienden que el precio del aceite no es tan desorbitado como creemos. "Para asegurar la continuidad del sector, el precio del aceite debería rondar los siete u ocho euros en los años de buenas cosechas", opina Jordi Pascual. "Un gin-tonic tiene el mismo precio que un litro de aceite. La gente que me discute el precio del aceite lo hacen tomándose un gin-tonic. ¿Sabes lo que cuesta eso? ¡La mitad del líquido es hielo! Ya no sabemos lo que es caro y lo que es barato. Un litro de aceite te dura un mes, un gin-tonic 20 minutos", sentencia.

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Según Unió de Pagesos, el coste de producción de un litro de aceite es alrededor de 4 euros y durante muchos años se ha vendido por debajo de ese precio. "Siempre se ha utilizado el aceite como un reclamo en comercios, y no debe ser así. Se han aprovechado para hacer ofertas y acaban vendiendo a pérdidas para atraer clientes".

La previsión de una cosecha muy escasa y las perspectivas de que aún quedan meses de sequía están desembocando en un movimiento nunca visto antes: el acopio de aceite. "Ahora mismo la gente está haciendo reservas para comprar el aceite del año siguiente. Vienen y te compran lo que aún no sabemos si cosecharemos", concluye Pascual.