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Los pactos municipales abren una brecha insalvable en el frente independentista catalán
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ACUSACIONES DE TRAICIÓN

Los pactos municipales abren una brecha insalvable en el frente independentista catalán

La estrategia de pactos del PSC provoca reproches mutuos entre ERC y JxCat y dinamita la posibilidad de una alianza soberanista

Foto: Pere Aragonès, presidente de la Generalitat. (EFE/Quique García)
Pere Aragonès, presidente de la Generalitat. (EFE/Quique García)

Los pactos municipales han abierto una brecha insalvable en el bloque independentista catalán. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, compareció este miércoles en el Parlament para explicar los cambios en su ejecutivo después de que aprovechase una minicrisis para cambiar a tres consellers (la excusa fue que la titular de Agricultura debe dimitir para ir de número 2 en las próximas elecciones del 23-J). Y lo que debía haber sido una jornada apacible se convirtió en un infierno político con duros reproches de sus rivales de JxCat. Los dos principales partidos independentistas se echaron los platos a la cabeza acusándose mutuamente de traicionar al independentismo por pactar con los socialistas y contradecir los llamamientos a crear un frente soberanista tras las elecciones municipales.

A pesar de que en algunos ayuntamientos importantes una alianza entre PSC y Junts per Catalunya (JxCat) desbancó a los republicanos, este martes cristalizaron sendos acuerdos entre PSC y ERC para que estos últimos presidan las diputaciones de Tarragona y de Lleida, pese a que JxCat había ofrecido un pacto a Esquerra para controlar ambas instituciones. En Lleida, los posconvergentes se veían presidiendo la institución: tienen 10 diputados, frente a 8 de ERC y 4 del PSC (quedan luego 2 del PP y 1 de ARA Pacte Local, donde está, Junts y el PDeCAT). A cambio, votarían a ERC para presidir Tarragona, donde los republicanos tienen 9 frente a 8 de socialistas y 8 de Junts (PP y Vox tienen un diputado cada uno). Con el pacto ERC-PSC, los republicanos presidirán las dos Diputaciones. El desmarque de ERC ha soliviantado a JxCat, que no esperaba la maniobra. Pero también ha dinamitado la oferta de “frente democrático” propuesta por Aragonès y que sus rivales independentistas afirman desconocer en qué consiste.

Foto: El ganador de las elecciones municipales en Barcelona, Xavier Trias. (EFE/Alejandro García)

Sin embargo, lo cierto es que tanto JxCat como ERC están pactando con el PSC, unas veces a escondidas y otras, con luz y taquígrafos. “Cuando su partido perdió 300.000 votos el 28-M, usted dijo que los resultados tenían un mensaje dirigido a los partidos independentistas. Dijo textualmente que tenemos la oportunidad de entendernos también en los Ayuntamientos”, le afeó a Pere Aragonès el presidente de Junts en el Parlament, Albert Batet. Se refirió directamente al pacto por sorpresa entre ERC y PSC en las diputaciones de Tarragona y Lleida. “¿Cómo se entiende que mientras hace este anuncio solemne para rehacer la unidad del independentismo, el mismo momento, ERC negocie y firme acuerdos con el PSC en las diputaciones de Tarragona y Lleida, acuerdos que dependen de las direcciones nacionales de los partidos, cuando ustedes tienen una propuesta formal sobre la mesa de Junts y en las dos diputaciones hay una mayoría absoluta independentista?”, atizó el hombre de Puigdemont.

Un listado ampliado

“Se entiende de la misma manera que ustedes gobiernan en la Diputación de Barcelona desde hace 4 años [JxCat prestó sus votos a los socialistas para gobernar en esta institución desde 21019]… Mire, podría sacarle la lista y comenzar a lanzarnos reproches, pero no lo haré. Hay evidencias claras de que nos hemos de entender”, le respondió el president, en alusión al listado de ayuntamientos en que Junts pactó con los socialistas para desalojar a ERC, incluso en algunos consistorios donde los republicanos habían ganado claramente.

Foto: La secretaria general adjunta y portavoz de Esquerra, Marta Vilalta. (EFE/Marta Pérez)

Los republicamos manejan un listado donde ya hay una veintena de poblaciones en las que Junts y PSC han pactado ya o tienen intención de hacerlo. Los republicanos han podido revertir algún acuerdo que estaba casi hecho, como el de Cervera, pero hay poblaciones importantes donde los republicanos han sido desbancados, como Roses, Calonge, Calella, El Bruc, Llagostera, La Bisbal d’Empordà o Riba-roja. Posiblemente también pacten en plazas tan emblemáticas como Sitges o Blanes. En municipios, los pactos de PSC y ERC son mínimos.

Ajena a esa realidad de pactos cruzados, Junts ha adivinado una brecha en el Govern y su líder parlamentario acosó sin piedad a Aragonès este miércoles: “Ustedes no son de fiar. Por eso Junts salió del Govern. Siempre dicen una cosa y hacen otra aquí y en Madrid. Y usted es un president tutelado, desautorizado (…) El Govern está agotado y su partido, desesperado. El pacto de las Diputaciones es el auténtico acuerdo de claridad de cuáles son sus prioridades e intenciones”. Más tarde, le avisó de que no vale con una remodelación del Govern, que con 33 diputados no se puede gobernar un país “y menos de espaldas al Parlament”. Aragonès se zafó como pudo de la avalancha de reproches. “No sé cómo funciona su partido, pero no intente proyectar la división, las sombras, las discusiones públicas, las correcciones de la presidencia de su partido sobre el mío”.

A río revuelto…

Como convidado de piedra, asistía al cruce de navajas el líder del PSC, Salvador Illa. Lo cierto es que los socialistas se dejan querer y determinaron una estrategia muy clara: que en los ayuntamientos donde las cosas estuviesen claras, pactaría con Junts; y en las Diputaciones pactaría con ERC. “Podría decirse que es una decisión salomónica”, ironiza un dirigente del PSC. “Los pactos en Ayuntamientos dependen mucho de las dinámicas locales. Pero, aún así, nosotros habíamos contado con que priorizaríamos los pactos locales con Junts y las Diputaciones con ERC, porque no se entendería un pacto general con alguno de esos dos partidos. En algunas localidades, muy pocas, el pacto es con Esquerra porque no tiene sentido el pacto por el otro lado. Pero en las Diputaciones está muy claro cómo se había de pactar”, explican fuentes socialistas a este diario.

“Los pactos en Ayuntamientos dependen mucho de las dinámicas locales. Pero habíamos contado con priorizarlos con Junts y las Diputaciones con ERC"

Esta estrategia tiene un doble objetivo. Por un lado, minimiza una cuestión muy importante: ERC no puede ser barrida de un plumazo de las instituciones por sus resultados en las urnas. Es cierto que cayó más de 300.000 votos y pasó de primera a tercera fuerza en la comunidad, pero aún así continúa siendo una fuerza con un enorme peso social y político, puesto que está a poca distancia de Junts. “No se le pueden cortar las alas en todas las instituciones que hasta ahora controlaba”, razonan en el PSC. Por otro lado, el apoyo alternativo a las dos fuerzas ha abierto una brecha peligrosa en el bloque soberanista. El hecho de que ambas fuerzas acusen a sus rivales de pactar con los socialistas mientras cada una de ellas pacta con el PSC es un síntoma del desquiciamiento en que vive actualmente el independentismo. Y, también, de que el posicionamiento del PSC es un escollo difícil de salvar para el soberanismo.

En esa tesitura, el líder socialista aprieta, pero no ahoga. Salvador Illa ofreció una mano tendida a Aragonès este miércoles: “Usted quiere acabar la legislatura. Está muy bien, pero eso no es una cuestión de buenos propósitos ni de voluntades. Es una cuestión de hacerlo viable. En una democracia parlamentaria se requieren acuerdos y cuando no se tienen apoyos, se buscan (…) Yo ofrezco predisposición, acordar cosas que creo que son necesarias para el país. Seguimos siendo alternativa, pero ofrezco acuerdos para cosas estructurales del país, que además creo que se han de extender a más formaciones políticas si realmente queremos resolver algunos asuntos”, ofreció al president. Es un balón de oxígeno que permitirá afrontar a los republicanos el resto del mandato con una cierta tranquilidad. Ha pasado ya más de la mitad de la legislatura y algunas fuentes calculan que las elecciones se adelantarán tres o cuatro meses y que podrían celebrarse antes de finales de 2024. En el tiempo que queda, ERC puede sortear la legislatura incluso sin aprobar nuevos presupuestos: le basta con prorrogarlos en 2024. Ya no necesita exponerse a pactos que le reporten críticas en un sentido o en otro.

Elecciones ya

El único contratiempo es que Junts no le dará el oxígeno que le brinda el PSC. “En España, el PSOE perdió 400.000 votos y aunque tiene mayoría parlamentaria, convocó elecciones. Sólo en Cataluña, ERC perdió más de 300.000 votos y, además, no tiene mayoría parlamentaria. Esa situación es inaudita: está gobernando un partido en minoría que, además, no fue el más votado en las elecciones. Esto es una anomalía y sólo se arregla con unas elecciones y que se pueda conformar luego una mayoría mínimamente estable para apoyar el Govern que salga de las urnas”, señala una fuente de Junts a El Confidencial. El propio Batet le avisaba este miércoles a Aragonès: “Ha habido presidentes que proporcionalmente han perdido menos votos que usted y han tomado decisiones [en referencia a Pedro Sánchez]. Haga una profunda reflexión sobre si vale la pena aguantar esta agonía”.

Foto: La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, en un acto de protesta. (EFE/Quique García)

Desde ERC se entiende que la agonía, con la ayuda de los socialistas, es menos agonía. “El Govern no está atado a Junts y eso es lo que les duele. Jamás hubo un partido tan desleal como JxCat”, opina un alto cargo del Govern a este diario. En Esquerra se habla de la doble moral de Junts y de que mientras pregonan la unidad del independentismo y que son los más soberanistas de todos, pactan con el PSC “para desbancar a ERC, una fuerza independentista, de ayuntamientos en los que había ganado las elecciones y obtenido más votos que nadie. ¿Esto no es tener una doble moral? ¿Hay una prueba más contundente de deslealtad que pregonar el independentismo y, al mismo tiempo, evitar que un partido independentista que legítimamente ganó en las urnas gobierne una ciudad?”.

Los pactos municipales han abierto una brecha insalvable en el bloque independentista catalán. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, compareció este miércoles en el Parlament para explicar los cambios en su ejecutivo después de que aprovechase una minicrisis para cambiar a tres consellers (la excusa fue que la titular de Agricultura debe dimitir para ir de número 2 en las próximas elecciones del 23-J). Y lo que debía haber sido una jornada apacible se convirtió en un infierno político con duros reproches de sus rivales de JxCat. Los dos principales partidos independentistas se echaron los platos a la cabeza acusándose mutuamente de traicionar al independentismo por pactar con los socialistas y contradecir los llamamientos a crear un frente soberanista tras las elecciones municipales.

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