El independentismo radical aboga por la abstención y el castigo a los partidos el 23-J

El independentismo radical doblará su apuesta por el abstencionismo en las elecciones generales del 23 de julio, según explican fuentes de estos sectores del movimiento nacional catalán. La idea la lideran personas sin partido como el expresidente del Parlament Josep Costa o la eurodiputada Clara Ponsatí. Este movimiento busca castigar a ERC, JxCAT y la CUP por no haber sido capaces de llegar hasta el final tras la consulta del 1 de octubre de 2017. Ya habían planeado esta segunda vuelta para los próximos meses de diciembre y enero, pero ahora se adelanta el calendario electoral y están eufóricos ante las buenas perspectivas.

Desde el punto de vista organizativo hay dos entidades que juegan esta carta: la ANC y el Centre Català de Negocis. La ANC ya ha anunciado que iniciarán una rueda de contactos con esos partidos independentista para que acuerden "bloque común independentista de confrontación". En caso de que este fracase, entonces consultará a las bases para decidir si recomendar un voto nulo o la abstención. Los partidos tendrían menos de una semana de tiempo para hacer algo así. No habrá lista única, lo que quiere decir que la ANC hará campaña por la abstención.

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Lo mismo el Centre Català de Negocis, el ente que consiguió que el independentismo se hiciera con la presidencia de la Cámara de Comercio de Barcelona. La entidad ya ha emitido un comunicado asegurando que "considera que los resultados de las últimas elecciones municipales suponen un castigo severo a los partidos del proceso soberanista". Y añaden que "tanto el voto nulo como el voto en blanco han más que doblado su apoyo a las últimas elecciones, superando conjuntamente el umbral autonómico del 3% en casi todas las circunscripciones catalanas".

"Dado este resultado, el Cercle Català de Negocis quiere reafirmar su compromiso con el movimiento del voto nulo y del voto en blanco; razón por la que volverá a instar a votar con el boleto del 1-O en las próximas elecciones, convocadas para el próximo 23 de julio", aseguran en su nota.

Aragonès en alerta

La idea de Pere Aragonès de una gran movilización general el 23 de julio para frenar a un PP que gobernará con Vox busca precisamente confrontar con este tipo de iniciativas que están desangrando a ERC. "La gente que se ha quedado en casa nos dice que nos hemos de entender", aseguró esta semana el presidente catalán, que no ha mostrado dudas al afirmar que "el futuro Gobierno de España atacará a Cataluña, por lo que hace falta una movilización de país".

ERC ha perdido 302.000 votos en las últimas elecciones locales, comparándolas con 2019. No son votos que hayan ido a otros partidos. Para la CUP la debacle ha sido similar pero proporcional a su peso político: casi 50.000 votos menos. JxCAT, en cambio, solo pierde 30.000 sufragios. Y si se contara el voto del PDeCAT casi se habría quedado igual. La abstención radical no castiga igual a todos los partidos independentistas.

El argumento de fuerza es que el independentismo no puede votar en unas elecciones españolas

El gran argumento de los que abogan por no ir a votar o emitir votos nulos o en blanco es que se trata de "elecciones españolas", un argumento que es dinamita para todos los grupos, incluida la CUP, que también se presenta. Fuentes conocedoras del independentismo radical auguran que en estas generales el impacto de esta movilización será todavía mayor.

Efecto en el resto de formaciones

La abstención beneficiará a las formaciones constitucionalistas que se presenten, especialmente al PSC, que ya parte de un punto de salida muy bueno: fue la formación que ganó las municipales, aunque también ha perdido 56.000 votos entre estas municipales y las de 2019. El movimiento a favor de la abstención ayudaría a que los socialistas obtuviesen unos resultados históricos, como aquella época en que lograba veinte escaños en el Congreso. El PP también podría beneficiarse, pero más por la desaparición de Cs, que no concurre, que por el efecto de la abstención.

La CUP es la que lo tiene más complicado de confirmarse este escenario. Si sigue perdiendo votos puede desaparecer del Congreso, donde ahora tiene dos escaños, encabezados por Mireia Vehí.